El gobierno nacional acordó el traspaso de la autopartista sanjuanina Delphi Packard a un nuevo propietario que se comprometió a mantener todos los puestos de trabajo, tres días antes del anunciado cierre por parte de sus actuales dueños, que reportan a un fondo buitre.

La fábrica de mazos de cables para la industria automotriz quedará en manos de un empresario afín al exsecretario de Comercio Interior Guillermo Moreno y que gestionó la compra con los accionistas y con la ministra de Industria, Débora Giorgi.

La crisis alegada por Delphi mantenía en vilo a 470 operarios que la planta autopartista ocupa de manera directa y a otros 130 indirectos, entre personal de limpieza y seguridad.

Los trabajadores habían protagonizado en los últimos meses numerosas protestas y cortes para llamar la atención sobre el eventual cierre de la firma. También preocupaba al Gobierno de San Juan en vista de que la compañía es en la actualidad la principal contratista industrial del sector privado de la provincia, según informa Ambito Financiero.

Ayer en la cartera nacional de Industria confirmaron que los directivos de Delphi en Brasil pactaron -no trascendió el monto de la operación- el traspaso de las acciones a favor del empresario argentino Enrique Ruffo, dueño de la firma Cibasa, que produce conductores eléctricos para las industrias automotriz, de electrodomésticos, electrónica, de telecomunicaciones y el agro.

Ruffo es conocido en el ambiente gremial empresarial por su actividad dentro de la Confederación General Económica (CGE) en sus diversas encarnaciones de los últimos años, en general asociada a la línea del Gobierno que conducía el exsecretario Moreno.

La operación dio por concluidas las gestiones orientadas a la compra de Delphi por parte del presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, quien hasta hace dos semanas daba por hecho que quedaría al comando de la autopartista.

La compra por parte de Ruffo incluirá un compromiso de las terminales automotrices (Delphi era proveedora primordialmente de Peugeot) para adquirir mazos de cables de la empresa. Como había informado este diario, los fabricantes de autos suelen recelar de nuevos actores en el sector de sus proveedores, lo que complicaba el cambio de manos de la fábrica.

Pero además, Ruffo contará con un período de gracia de apoyo oficial: desde Industria le garantizaron que ya sea a través de subsidios directos o mediante los programas de recuperación productiva (REPRO) del Ministerio de Trabajo habrá una ayuda del Gobierno para sostener los 600 empleos de la planta fabril.

Delphi Packard, emplazada en la ciudad sanjuanina de Santa Lucía, pertenece todavía al fondo Elliott, del financista internacional Paul Singer, el mismo que le ganó a la Argentina en Nueva York el juicio por los bonos impagos de la deuda y que le exige al Gobierno el pago inmediato de casi u$s1.600 millones. Esos accionistas tuvieron en sus manos la fábrica de mazos de cables desde 2012, cuando a su vez le compraron la fábrica al grupo Pescarmona.