El partido de izquierda Syriza se impuso el domingo en los comicios realizados en Grecia, donde obtuvo el 36,1% de los votos y consiguió así 149 bancas en el Parlamento, dos menos de lo necesario para tener la mayoría absoluta. 

Durante toda la campaña el discurso de este espacio, liderado por Alexis Tsipras, propuso el fin de los planes de austeridad y una renegociación de la abultada deuda pública que ahoga las finanzas de ese país europeo. "Grecia deja atrás la catastrófica austeridad, deja atrás el temor y el autoritarismo, deja atrás cinco años de humillación y angustia", dijo Tsipras en su primer discurso tras conocerse los primeros conteos de votos.

No obstante, para el economista argentino Luis Palma Cané, este triunfo de la izquierda en Grecia no significará automáticamente una salida de este país de la moneda común europea.

Detalló que, "si bien toda la campaña de Tsipras fue de querer romper con Bruselas, de querer una quita importante de la deuda y de terminar con la austeridad", hubo un giro cuando "en los últimos 15 días de la campaña, salieron las encuestas de que la sociedad griega tenía un alto temor a estos cambios radicales".

Es por eso, aseguró Palma Cané, lo que hizo Tsipras fue "atemporar su discurso diciendo, en apretada síntesis, que no tenía ninguna intención de tomar una medida unilateral".

Grecia "no se va a ir del euro", porque este partido "es de izquierda, pero no suicida. Salir del euro sería una implosión mucho mayor para Grecia", dijo el analista el lunes por Radio Mitre.

En ese marco, Palma Cané recomendó que lo que debería hacer este país europeo es "refinanciar la deuda a largo plazo, sin quita, y obviamente flexibilizar la austeridad que ha llevado a una situación caótica de recesión, altísimo desempleo".