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Tras la baja del 5% en el valor de la nafta, ¿cómo está ubicada la Argentina en el ranking regional de precios?

Mientras en el resto del mundo los combustibles no dejan de abaratarse, a nivel local apenas se redujo. Comparativo y perspectivas
30/01/2015 - 10:20hs
Tras la baja del 5% en el valor de la nafta, ¿cómo está ubicada la Argentina en el ranking regional de precios?

El anuncio de la baja de precios informado en diciembre por la estatal YPF no implicó un cambio sustancial para el bolsillo de los argentinos. 

Cabe recordar que, en medio del desplome del precio del crudo, Miguel Galuccio, CEO de la petrolera, anunció una baja del 5% de los valores en los surtidores.

Sin embargo, esta reducción es mínima considerando que a lo largo de 2014, los combustibles se habían apreciado más de un 50%.

Así, mientras que en buena parte del mundo el precio de las naftas al público experimentó importantes rebajas, en la Argentina se aplicó un retoque mínimo, pese a que el crudo perforó el piso de los u$s50 y alcanzó su valor más bajo de los últimos seis años.

De este modo, la Argentina actualmente pasó a ubicarse como el tercer país más caro del continente (en términos de dólar oficial), siendo apenas superado por Uruguay y Paraguay, según se desprende de un relevamiento de la consultora Global Petro Prices.

El dato a destacar es que estas últimas dos naciones importan todo lo que consumen en materia de hidrocarburos y sus refinados.

A continuación, un comparativo de los precios de la nafta a nivel regional, en el cual la Argentina se ubica en el podio, superando a países como Brasil, Chile, Perú, México y Estados Unidos, entre muchos otros:

Comparativo en el mundo

En la actualidad, y en términos mundiales, todas las naciones tienen acceso a los mismos precios del petróleo en los mercados internacionales, pero por su carga impositiva, los valores de los combustibles muestran diferencias.

De ahí que Hong Kong sea la nación más cara del mundo y Venezuela, gracias a los subsidios que aplica, la más barata.

Precisamente la nación que gobierna Nicolás Maduro, con una cotización del litro de apenas u$s0,02, se mantiene como el país con el combustible más barato del planeta.

Detrás de Venezuela, Bolivia aparece como el segundo país más económico de la región. Comercializa el litro de súper a u$s0,51, mientras que Guatemala, con un valor de u$s0,74, la que le sigue en la lista.

En México, la nafta cotiza a u$s0,98, Colombia a 1 dólar, Chile, 1,13, Brasil, 1,16, Paraguay a 1,49 y Uruguay a 1,59 dólares.

La Argentina, en tanto, ocupa el lugar 42 en el concierto mundial detrás de Marruecos, con un precio por litro del orden de los u$s1,34 dólares -en su valor oficial-.

Argentina, a contramano

Para Raúl Castellano, directivo de CECHA -la cámara que aglutina a los empresarios del expendio de todo el país-, "la situación en términos regionales que muestra a la Argentina como uno de los mercados más caros, es consecuencia de la decisión del resto de los estados de reducir sus precios por la baja del petróleo".

"En el mundo, la nafta se abarató. Así, mientras que afuera el precio del litro está atado al vaivén del barril, acá rigen pautas fijas para la comercialización a las refinadoras. Por eso en el exterior el barril está por debajo de u$s50 dólares y en la Argentina se sigue pagando a u$s70", dijo a iProfesional.

"Al comprar el barril a u$s70, las refinadoras no pueden abaratar el producto que luego llega a las estaciones de servicio. Como en otras oportunidades, acá se está dando una situación a contramano del mundo. Hoy, a las petroleras que extraen en la Argentina les conviene más vender a nivel local, precisamente a las refinadoras, antes que exportar", amplió el directivo.

Castellano agregó que está ventaja de vender dentro de la Argentina a mejor precio es aquello que explica el hecho de que no se hayan dado situaciones de desabastecimiento, como sí ocurría años atrás.

Incluso, aseguró que "en algún momento, por el precio del barril tan barato, puede darse que las comercializadoras les convenga más traer el refinado desde el exterior antes que comprarlo en la Argentina".

En el sector, según pudo averiguar iProfesional, se está dando una serie de negociaciones para evitar este escenario mediante una baja en la cotización del barril para el mercado interno.

Paralelamente, en el Gobierno también se discute reducir en otro 5 por ciento el valor del litro en el surtidor, a fin de seguir más de cerca lo que ocurre fronteras hacia afuera.

Claro que esto es resistido por los estacioneros. ¿Por qué los vendedores al público se oponen a otra baja? La respuesta está en los costos que afrontan los puntos de expendio. Abaratar otro cinco por ciento implicaría para los empresarios enfrentar una menor rentabilidad respecto de una evolución de gastos, siempre en ascenso.

De hecho, en el sector no faltan las voces que tildan de insuficientes a los aumentos de 2014.

"Las subas del año pasaron ni siquiera permitieron empatar los costos de la paritaria. Y para este ejercicio los gremios ya anticiparon que irán por aumento de, al menos, un 40 por ciento. Esto, ante un mercado en el que se da por hecho que la suba del litro de nafta será acotada o directamente inexistente", anticipó Castellano.

Desde la Asociación de Estaciones Independientes (AESI) su titular, Manuel García, también prevé un horizonte complicado para los puntos de venta si se vuelve a bajar el precio del combustible.

"Al Gobierno le importa tanto la inflación que es capaz de poner en peligro la supervivencia de cientos de estaciones que hoy apenas pueden pagar sueldos. Si se concreta la idea de abaratar la nafta otro 5 por ciento, me temo que las estaciones empezarán a responder con despidos de personal", aseguró.

"Siempre se dijo que cuando aumenta la nafta, sube todo lo demás. En la Argentina, jamás vi que suceda lo contrario. O sea, que si baja el combustible también lo haga el resto de las cosas. Esta no es la excepción.

Los costos no dejan de subir con el litro a menor valor. Se pagan cada vez más sueldos, más impuestos, con una menor entrada para las estaciones", aseveró García.

Para concluir: "Uno entiende que el mundo se ajusta a lo que sucede con el barril. Pero los países que hacen esto en la mayoría de los casos no tienen una situación inflacionaria como la que se da hoy en nuestro país. Darse el lujo de seguir la caída del barril mientras todo lo demás sigue subiendo pueda dar lugar a una contexto de cierres masivos por parte de las estaciones de servicio".

Un anuncio con vaivenes

Tras anunciar una baja en las naftas del 5 por ciento en diciembre, el mismo Miguel Galuccio advirtió sobre el desarrollo en 2015 del sector, ya golpeado por la tendencia actual de caída del precio internacional del petróleo.

"Nos viene una tormenta de afuera y la vamos a tener que campear. De todos modos el norte sigue siendo el mismo, no ha cambiado para nada", aseguró el ejecutivo en diálogo con la agencia Télam.

Sobre la perspectiva para los próximos meses, Galuccio señaló que "2015 va a ser un año complicado desde el punto de vista del contexto internacional".

En el último tramo de 2014, y junto con el ministro de Economía, Axel Kicillof, Galuccio encabezó las negociaciones para reducir el precio de los combustibles en las estaciones de servicio.

El acuerdo -entre la Casa Rosada, las provincias productoras y otros actores del sector- se ratificó en horas previas a la Navidad pasada: el precio de los combustibles bajaría desde el 1° de enero 5 por ciento en todos los surtidores del país.

Se trató, no obstante, de una leve mejora para los bolsillos de los consumidores, ya que los precios de la nafta y el gasoil subieron 55 por ciento en los últimos doce meses.

El precio de la nafta súper, uno de los combustibles más usados por particulares, pasó así de un mínimo de 11,90 pesos a 11,30 a partir del corriente enero, aunque los valores pueden divergir según cada petrolera.

Además, como consecuencia de la fuerte baja mundial del precio del petróleo, el Gobierno dispuso una caída de sólo 7 dólares del barril local de petróleo, con el objetivo de mantener un piso de rentabilidad y la voluntad inversora en el sector.

Galuccio consideró que "los fundamentos que hacen al precio del petróleo a largo plazo no han cambiado, con lo cual lo que hay que hacer es mantener el norte y capear la tormenta".

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