iProfesionaliProfesional

La presidenta de Wines of Argentina alertó que las bodegas no recibieron una partida de $5 millones. Además, advirtió que se agravó el atraso cambiario
23/02/2015 - 20:32hs

En 2014, las exportaciones argentinas de vino concluyeron con la segunda caída interanual consecutiva, tanto en términos de valor como en volumen.

En concreto, se exportaron 262,7 millones de litros por unos u$s837 millones, lo que representó una fuerte caída del 16% y de casi el 5%, respectivamente.

Así, la industria vitivinícola se posiciona cada vez más lejos del récord logrado en 2012, cuando se habían enviado a los mercados internacionales unos 365 millones de litros, valuados en más de u$s922 millones.

En este contexto, una de las variables que más preocupa a los bodegueros es la fuerte pérdida de competitividad cambiaria.

En un contexto en el que el dólar se hace fuerte en el mundo y se deprecian las monedas tanto de los países que consumen vino argentino como de aquellos que producen y pelean por un lugar en las góndolas mundiales, el BCRA está apelando a utilizar el tipo de cambio como ancla de la inflación, volviendo a las economías regionales menos competitivas. 

En el marco de la novena edición del Argentina Wine Awards, la presidenta de Wines of Argentina (WOfA), Susana Balbo, advirtió en diálogo con Vinos & Bodegas iProfesional sobre los riesgos que esta coyuntura está generando en toda la cadena de valor de la industria vitivinícola.

-¿En qué medida la Argentina dejó de ser competitiva en los mercados internacionales?

-La competitividad cambiaria es un tema muy serio. Para las bodegas es un hecho que el dólar quedó muy retrasado, en un contexto de alta inflación como el que padecemos. Un indicador que sirve para ilustrar esto es que hoy la Agentina no puede exportar en los segmentos bajos de precios. Ya no somos rentables por debajo de los u$s30 FOB por caja. Y el precio promedio que hoy manejamos es de u$s33, es decir que estamos apenitas por encima de la línea de flotación. Esto es crítico, porque hace unos años éramos rentables a u$s18.

-Entonces es un hecho que más bodegas están exportando a pérdida o subsidiando sus envíos con la alta gama...

-Absolutamente. Hay bodegas que están exportando a 20 a 24 dólares, lo cual es inviable en términos financieros. Lo que hacen es subsidiar las gamas bajas por las más altas o directamente con el mercado interno. Esta estrategia tiene como objetivo no resignar share o no perder mercados. Otro indicador que sirve para entender el panorama actual es que Chile hoy tiene en el mercado brasileño 42 puntos de share y nosotros 21. Es una diferencia de exactamente el doble, cuando hace unos años la brecha era mínima. Esto es producto de la pérdida de competitividad que tenemos por el tipo de cambio y las dificultades por las relaciones bilaterales.

-Desde hace un par de años se viene hablando sobre los riesgos de que aumente la exportación de vino a granel. ¿Este problema se extendió?

-Sí, cada vez hay más bodegas que están exportando vino a granel y envasando en el exterior, lo cual es muy peligroso porque estamos perdiendo el valor agregado y la generación de mano de obra argentina. El fraccionado en origen, tenía un sentido de incentivar la economía regional y esto hoy se está perdiendo en el negocio de exportación por la falta de rentabilidad.

-¿Las diferencias de costos son tan elevadas?

-La diferencia de costos es enorme. No es lo mismo trasladar en un contenedor 9.000 litros de vino en botella que enviar en un tanque 25.000 litros. Ya sólo el flete cuesta la tercera parte. A esto hay que sumar insumos como cajas, cápsulas, botellas y corchos, que afuera se consiguen más baratos. Por eso cada vez más bodegas argentinas envían a granel y embotellan en Estados Unidos, Reino Unido o Asia.

-Esto va a contramano de la estrategia de comunicar terorir...

-Exacto. Se pierde todo ese trabajo. Atenta contra toda una política de largo plazo con la que intentamos establecer la imagen que queremos llevar al mundo para poder sustentar la vitivinicultura que tenemos.

-¿Qué están exigiendo como entidad?

-Exigimos que haya una verdadera política de Estado de exportación. Por ejemplo, que se generen tratados bilaterales porque no tenemos ninguno. La mayoría de las bodegas pagan aranceles en la mayor parte de los mercados a los que exportamos. Esto representa una pérdida de competitividad enorme, nada más que por la falta de tratados internacionales. A esto se suma el problema del atraso cambiario y la falta de fondos para exportar. El Gobierno de la provincia de Mendoza, en el último almuerzo de la COVIAR, nos prometió $5 millones para que podamos promover exportaciones pero nunca llegó esa partida. Hemos asumido nuestros compromisos de exportación, que se pagan anticipadamente, pero esos fondos no están y la COVIAR no tiene la posibilidad de reemplazarlos. Entonces, ¿cómo hacemos? ¿Cómo trabajamos en una política exportadora si ni siquiera tenemos el cumplimiento por parte de las autoridades de los fondos prometidos para trabajar en la exportación?

-En este contexto difícil para trabajar, el debate sigue abierto: ¿Hay boom de Malbec para rato o estamos en la curva descendente?

-El tema del futuro del Malbec va a seguir en debate por mucho tiempo porque así como hay gente que opina que ya llegó a su techo, hay personas que opinan que todavía tienen mucho espacio para crecer. En este sentido, yo tengo una postura clara: los millennials en Estados Unidos, una gran masa de consumidores de 25 a 35 años que están irrumpiendo en el negocio, tienen entre sus variedades favoritas al Malbec y el Pinot Noir. Estos millennials representan a 70 millones de consumidores en EE.UU., lo que implica que todavía no han consumido ni siquiera una botella de Malbec cada uno, si uno se fija los litros exportados a ese país. Esto es un claro indicador de que todavía queda mucho camino por recorrer con el Malbec.

© Por Juan Diego Wasilevsky - Editor Vinos & Bodegas iProfesional - [email protected]

Temas relacionados