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La estabilidad financiera tiene su "Lado B": la competitividad cambiaria ya es peor que la del 2001

Mientras el Gobierno prioriza controlar la inflación y cuidar las reservas, las monedas de los socios comerciales, con el real a la cabeza, se debilitan 
18/04/2015 - 11:56hs
La estabilidad financiera tiene su "Lado B": la competitividad cambiaria ya es peor que la del 2001

El titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, sigue avanzando con su plan de "estabilidad financiera", tendiente a mantener estable el tipo de cambio, cuidar las reservas y controlar la inflación

El dilema actual de la economía argentina es la política del dólar oficial barato. Contribuye a calmar los precios, generando un relativo bienestar en la población, pero sigue perjudicando a la industria y a las economías regionales, según el análisis de la economista Inés Butler, de Fundación Mediterránea. 

En efecto, la consecuencia de apostar por la estabilidad terminó por hundir completamente la competitividad cambiaria en relación con los principales socios comerciales de la Argentina.

Según un reciente cálculo de Elypsis, nunca antes desde la salida de la convertibilidad, es decir, en cerca de 13 años, el país había registrado un nivel de tipo de cambio en términos reales tan desventajoso como el actual.

En diálogo con iProfesional, Luciano Cohan, economista de la consultora, confirmó que "la relación respecto a la canasta de monedas de las naciones con las que comercia nuestro país, considerando inflación, está en los niveles más apreciados desde el fin del 1 a 1". 

Es decir que no sólo se perdió todo el efecto del salto cambiario de enero de 2014, sino que, en términos prácticos y por el efecto de la elevada inflación local, ya no quedó absolutamente nada de aquel "colchón" que dejara la megadevaluación de 2002 (ver cuadro). 

El siguiente cuadro permite observar cómo la competitividad cambiaria se terminó evaporando, a punto tal que hoy registra el peor nivel en más de una década.

En la misma tónica, desde la consultora Economía & Regiones, advirtieron que "actualmente el tipo de cambio real contra el dólar se ubica en niveles similares a los de 2001. Pero, si al efecto de la inflación sobre la apreciación se le agrega el impacto de la mayor presión tributaria -que se duplicó en la década- se observa que actualmente la competitividad efectiva de la economía es menor que la de 2001". 

"La elevada presión tributaria e inflación son un obstáculo infranqueable para la rentabilidad, la capacidad de hacer negocios y el aumento de la producción y el empleo en los distintos sectores de nuestra economía", completaron desde E&R. 

La consultora indicó además que, "de seguir hasta fin de año la actual política de dólar cuasi fijo, entonces el tipo de cambio real se deslizaría 6 puntos por debajo del nivel de la salida de la convertibilidad".

"Si al efecto de la inflación sobre la apreciación se le agrega el impacto del aumento de la presión tributaria (Nación + provincias), que se duplicó durante el período de análisis, se puede concluir que actualmente la competitividad efectiva de la economía es menor que en 2001, lo cual explica los actuales problemas de nivel de actividad", completaron desde E&R. 

Con los ojos puestos en el real brasileño

Una de las razones por las cuales se deterioró el "colchón" es que, mientras que el dólar argentino varió muy poco en los últimos meses -en un contexto de alta inflación-, las monedas de los principales socios comerciales de la Argentina se depreciaron frente al billete verde, especialmente el real brasileño, que cruzó el tope de las tres unidades, lo que le quitó "oxígeno" a los productos nacionales. 

Cabe destacar que la moneda del país vecino llegó a depreciarse cerca de un 15%, tocando su menor valor desde julio de 2004.

Y si bien en las últimas jornadas se fortaleció un poco frente al dólar, el real sigue manteniéndose por encima de las 3 unidades por billete verde, un nivel que, para los expertos, compromete las exportaciones nacionales. 

Para economistas como Miguel Ángel Boggiano, director de Carta Financiera, "la evolución de la moneda en Brasil es inevitable que le sume una nueva presión al valor del dólar en la Argentina". 

Para el Banco Central, la relación entre entre el peso y el real atenta contra el esquema de microdevaluaciones, dado que la competitividad en términos reales desde el mes de febrero pasó a ubicarse en el peor nivel desde la salida de la convertibilidad (ver cuadro).

Menos divisas por exportaciones

En momentos en que el plan de "estabilidad financiera" con la que viene avanzando el Gobierno depende más que nunca de la disponibilidad de "dólares frescos", el frente externo entrega malas noticias.  

Según los últimos datos informados por el INDEC, las ventas de productos argentinos al mundo alcanzaron en febrero pasado los u$s4.065 millones, lo que implicó un fuerte desplome del 25% frente al mismo mes de 2015. 

Si bien el superávit comercial alcanzó los u$s53 millones en febrero (u$s11 millones más que en febrero del año pasado) y u$s126 millones en el primer bimestre (un 66% más que en el mismo lapso de 2014), los expertos advierten que este saldo es magro en función de las necesidades del Banco Central. 

Además, recalcan que el resultado entre compras y ventas al mundo sólo se pudo incrementar de la mano de los fuertes controles aduaneros, los cuales, según la consultora Economía & Regiones, implicaron un serio perjuicio a la industria nacional.

De hecho, ramas de actividad como la automotriz y la electrónica, hace meses que trabajan con un cupo mensual de divisas, lo que derivó en falta de insumos y componentes para completar procesos productivos. 

No sólo eso: también advierten sobre la pobre dinámica que vienen registrando las ventas al mundo, que alcanzaron el nivel más bajo de los últimos cinco años. 

En efecto, hay que retrotraerse a febrero de 2010 para encontrar un registro más flojo (ver cuadro).

Al trazar un análisis pormenorizado sobre los datos difundidos por el INDEC se observa otro dato que preocupa: las exportaciones de manufacturas industriales, es decir, las de mayor valor agregado, sufrieron un derrumbe del 27% en febrero, lo que deja al descubierto los crecientes problemas de competitividad del "Made in Argentina". 

Frente a esta tendencia, desde la Cámara de Exportadores advirtieron que las ventas al mundo podrían caer este año hasta los u$s63.000 millones, lo que marcaría una estrepitosa baja de u$s21.000 millones frente al récord de 2011 y el peor registro desde 2009.

Economías regionales, en riesgoEn este contexto, productores agropecuarios de economías regionales se declararon en "alerta y movilización", y reclamaron medidas para "compensar el atraso cambiario, revertir las altísimas subas en los costos de producción y reducir las excesivas cargas tributarias".

Así lo informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) tras la reunión de la Comisión de Economías Regionales de esa entidad, que convocó a más de 300 dirigentes de 128 entidades.

Durante ese encuentro, los productores aseguraron que hay 900.000 empleos en riesgo y en muchas actividades ya se anticipa que este año no se cubrirán los costos, alertó CAME.

La entidad empresaria graficó que las economías regionales "atraviesan momentos críticos: los pequeños y medianos productores de 28 complejos agropecuarios anticipan que este año no cubrirán sus costos de producción, y solicitan medidas urgentes para evitar la desaparición de miles de productores".

Además, CAME resaltó que "los problemas este año se agravaron por las devaluaciones en Brasil y Rusia (que ponen en evidencia la magnitud del atraso cambiario argentino), las subas agresivas en algunos insumos, la caída en los precios internacionales de muchos productos, la menor demanda interna y externa, las trabas de Brasil sobre sectores donde es el principal comprador, las adversidades climáticas en algunas zonas y una carga fiscal que sigue creciendo".

Ante este panorama, las entidades adheridas a CAME solicitaron "compensaciones por el atraso cambiario que resta competitividad y mercados a muchos sectores agropecuarios".

Como medidas urgentes, los productores regionales exigen:

• Reducir cargas laborales a las producciones regionales

• Eliminar el impuesto a los débitos y créditos

• Agilizar la devolución de IVA y reintegros a las exportaciones

Además, piden morigerar los costos de producción crecientes, "que vienen subiendo muy encima de los precios promedio de la economía, como agroquímicos y fertilizantes, fletes, y hasta los precios del gasoil". 

El valor del transporte es un punto clave. El fuerte incremento de costos , que pegó de lleno en las tarifas logísticas, provocó un desfasaje respecto de los valores que se están manejando a nivel internacional.

Y es el que está llevando a que se den situaciones realmente insólitas para las empresas, como el hecho de que transportar una carga desde una provincia al puerto de Buenos Aires hoy cueste hasta siete veces más que traer un contenedor cargado de productos desde una terminal de Shanghai, China. 

Según un relevamiento realizado en base a los cuadros tarifarios de las compañías más importantes de logística, una empresa que hoy tenga que enviar productos al exterior en un contendor de 20 pies desde Mendoza hacia la terminal porteña, terminará abonando casi u$s2.900 (IVA incluido) por un viaje tipo round trip. Es decir, por llevar el contenedor vacío hasta la planta, cargarlo y luego desde allí trasladarlo al puerto. 

Como contrapartida, una firma importadora que quiera traer un contenedor de la misma medida y peso cargado con artículos asiáticos, deberá pagar unos u$s625 por el flete marítimo puro -sin contabilizar gastos portuarios-. 

Es decir que el viaje por camión de casi 1.200 kilómetros desde Mendoza cuesta 4,5 veces más que el trayecto de 19.000 kilómetros desde una ciudad como Shanghai

En cambio, movilizar el mismo contenedor desde Salta, tiene un costo de u$s4.235, lo que amplía la diferencia a siete veces, tal como diera cuenta iProfesional (ver nota: Así es difícil competir: mover una carga en Argentina cuesta casi siete veces más que traerla de China).

Así las cosas, el atraso cambiario, la caída en el precio de los granos y la crisis que atraviesa a la economía brasileña, son los tres factores principales que ayudan a explicar la pobre dinámica exportadora. 

Claro que también influyen los altos costos logísticos, que no hacen más que agravar el problema de la competitividad y, por cierto, no ayudan a facilitarles los negocios a los empresarios argentinos.