El comercio exterior continúa siendo un motivo de preocupación para la administración kirchnerista. 

En momentos en que el Banco Central está cada vez más necesitado de divisas, el resultado entre las exportaciones e importaciones arroja una cifra "anémica" en relación con el registro de años anteriores. 

Según informó el INDEC, durante el primer trimestre el saldo de la balanza comercial alcanzó los u$s168 millones.

Si bien esto implicó unos u$s12 millones más que el superávit del mismo período del año pasado, se trata de un nivel muy pobre, considerando que en 2009 la diferencia entre ventas y compras al mundo ascendía a los casi u$s4.000 millones. 

Lo más preocupante es que, en lo que va del año, las exportaciones todavía no registraron tasas de variación positiva.

En marzo la caída fue del 4%, tras registrarse envíos por u$s5.000 millones. Pese a que se desaceleró el ritmo de contracción, el balance exportador del primer trimestre está lejos de ser alentador: la baja acumulada es del 16%, lo que equivalió a cerca de u$s2.500 millones menos que en igual período de 2014. 

Desde la consultora Abeceb destacaron que un 61% de la caída de las exportaciones "se debe a las menores ventas de combustibles y de manufacturas de origen agropecuario", rubro que se explica principalmente por los derivados de soja, como harina y aceite.

El avance de la venta de la cosecha es un motivo de preocupación para el Gobierno, dado que gran parte de la producción permanece en poder de los ruralistas, que esperan una mejora del tipo de cambio de cara a los próximos meses. 

Según datos de la cámara que nucela a cerealeras, hasta mediados de abril se habían liquidado u$s4.500 millones por ventas de granos, casi u$s1.900 millones menos que en el mismo lapso de 2014, lo que deja en evidencia el alto nivel de retención por parte del campo. 

Paralelamente, el 39% restante de la merma de las exportaciones responde "a la contracción en los envíos de manufacturas industriales".  

Según Abeceb, "esta evolución da cuenta de cómo la caída en la actividad en el país vecino tiene su correlato en una menor demanda de bienes industriales locales".

Cabe destacar que uno de los rubros más afectados es el automotor, que cerró el primer trimestre con una caída de casi 20% en sus envíos al exterior. 

Isela Costantini, presidente de la ADEFA, afirmó que el balance arrojó "números negativos en sus principales variables, que se explican en gran medida por la contracción que viene registrando Brasil, principal socio comercial que representa un 50% de nuestra producción, más del 80% de las exportaciones y acumula al momento una caída del 17% en su mercado interno". 

Importaciones

Respecto de las importaciones, desde la consultora explicaron que "en el primer trimestre, se puede observar que la caída presenta variaciones muy similares a la registrada en las exportaciones".

En marzo, las compras al mundo se acercaron a los u$s5.000 millones, lo que implicó una baja del 4%. Sin embargo, el "efecto arrastre" que dejó enero y febrero -cuando tuvieron lugar fuertes desplomes-, llevó a que el primer trimestre cierre con un una caída acumulada del 16%. 

"En un escenario de importaciones administradas y de debilitamiento de las exportaciones, este resultado se asocia al objetivo de las autoridades locales de controlar las compras externas de manera de mantener equilibrada la cuenta de divisas", advirtieron desde Abeceb.