El grupo automovilístico cerró el primer trimestre del año con un beneficio neto de 924 millones de dólares, un 7% menos que un año antes.

De enero a marzo Ford obtuvo un beneficio por acción (bpa) de 0,23 dólares, por debajo de los 0,26 dólares que esperaban los analistas.

Las ventas del fabricante de coches alcanzaron los 33.900 millones de dólares, un 6% menos que un año antes. El descenso registrado en sus cuentas se debe al deterioro de su negocio en América Latina y Europa.

Ford obtuvo unos beneficios antes de impuestos entre enero y marzo de 1.400 millones de dólares, 24 millones de dólares más que en 2014.

En Europa, las pérdidas antes de impuestos sumaron 185 millones de dólares, 9 millones menos que hace un año, mientras que en América Latina las pérdidas ascendieron a 189 millones, una mejora de 321 millones de dólares con respecto a las de 2014.

Pero estás pérdidas fueron compensadas por los buenos resultados en Norteamérica y, en menor medida, en el resto de regiones en las que opera Ford.

En el norte del continete américano, las ganancias antes de impuestos de Ford ascendieron a 1.340 millones de dólares (un 10% menos que en 2014), en el Oriente Medio y África fueron de 79 millones (un 46% de aumento) y en Asia Pacífico, 103 millones de dólares (un 64% de caída).

En el conjunto del primer trimestre, Ford vendió en todo el mundo 1.568.000 vehículos, tuvo unos ingresos de 33.900 millones de dólares y su margen de beneficio mejoró al 3,6%, según informó Expansión.

Mark Fields, presidente de Ford, dijo en un comunicado que "el primer trimestre fue un buen inicio de un año en el que los resultados mejoran de forma progresiva a medida que los nuevos productos que hemos lanzado empiezan a dar rendimiento".

"Volvemos a confirmar que 2015 representará un gran avance para Ford a medida que aceleramos nuestro plan One Ford, generando excelencia de producto e innovación en todas las áreas de la empresa de forma que beneficia a todos", añadió.

Sobre los resultados en Europa, Ford dijo que la fortaleza del dólar redujo los ingresos, que se situaron en 6.900 millones de dólares, unos 900 millones menos que en 2014, pero que las ventas de vehículos aumentaron en 9.000 unidades hasta alcanzar 376.000.

En Suramérica, el fabricante explicó que la "estrategia de reemplazar los productos antiguos con productos One Ford está empezando a dar frutos. En el primer trimestre, el nuevo Ka mejoró nuestra cuota de mercado en la región 1,1 puntos porcentuales".

Por otra parte, Ford Credit, el brazo financiero del fabricante, tuvo unos beneficios antes de impuestos de 483 millones de dólares, 16 millones menos que en 2014.

Pese a todo, el rendimiento de la multinacional que dirige Mark Fields es peor de lo que esperaban los analistas de Wall Street. Junto a la fortaleza del billete verde, se atribuye el descenso en las ventas a la introducción de nuevos modelos.

Lo que no está claro es qué impacto tendrá el deterioro de la economía en América Latina durante el resto del año, donde la situación empeora más rápido de los previsto.

La esperanza de Ford es que el resultado para el conjunto del año en ese mercado sea mejor que en 2014, aunque no tan bueno como anticipó hace unos meses porque la demanda sigue débil.