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Se achica "factura" de energí­a y el Gobierno vuelca más dólares a importar bienes de consumo

Las baja en la cotización del petróleo, las menores temperaturas y el cuadro recesivo se combinan para que la administración K gaste menos en el sector
22/05/2015 - 14:08hs
Se achica "factura" de energí­a y el Gobierno vuelca más dólares a importar bienes de consumo

En una primera lectura puede interpretarse como una mejora en uno de los aspectos más cuestionados de la gestión kirchnerista. Bajo un análisis más detallado, ese avance se transforma en preocupación.

Ocurre que, por primera vez desde la pérdida del autoabastecimiento energético ocurrida en 2011, el Gobierno siente un alivio en el requerimiento de dólares de la caja estatal destiandos a la compra energía.

Hasta ahí la parte buena. La parte mala es que las razones que dan lugar a estas menores necesidades no son precisamente para festejar.

Es que se vinculan con el parate en la industria y en otros sectores productivos, en vez de sustentarse en una mejora en la producción de gas o petróleo local.

En otras palabras, no es que la oferta se incrementó sino que la demanda se contrajo, a raíz el escenario recesivo.

Hubo, además, dos "extras" en los que el Gobierno no tuvo influencia. Uno es la caída en el precio del petróleo en el mercado internacional. El otro es la temperatura inusualmente alta de este otoño, que ha suavizado los requerimientos de gas para el sector residencial.

De acuerdo con datos de INDEC, la compra de energía en el primer trimestre del año cayó casi 60% respecto de igual período de 2014.

Para ese lapso, el monto destinado a la generación -a través del uso de combustibles- demandó unos u$s990 millones, mientras que en el ejercicio anterior el Gobierno había sacrificado más de u$s2.300 millones para garantizar el abastecimiento de las redes industriales y hogareñas.

La necesidad de cubrir el déficit que ostenta la Argentina ha sido una de las principales razones para implementar el polémico cepo cambiario, ya que la administración K tuvo que asegurarse la disponibilidad de dólares para el pago de esas importaciones.

"Las restricciones guardan vínculo directo con la situación energética y con la necesidad de mantener los subsidios. Lo que ahora está sucediendo es un cambio importante, que debe ser analizado e interpretado desde varios enfoques", afirma a iProfesional Jorge Lapeña, ex secretario de Energía.

"Se observa un menor uso de fondos con fines energéticos, a raíz de la fuerte baja del precio del petróleo en el mercado internacional, que se suma a un consumo más moderado en el plano local y a una industria que requiere de menos cantidades de energía", agrega.El "aporte" del estancamiento

El alivio no sólo relaja las fatigadas arcas del Banco Central, también la caja fiscal, de la que salen los pesos para solventar la política de subsidios.

En este sentido, existe un dato clave, que fuera confirmado a iProfesional por los ex secretarios de Energía: en lo que va de 2015 apenas se lleva gastado el 35% de lo presupuestado para solventar las compras al exterior, contra el 65% que se había desembolsado el año pasado en igual período.

Hablando en plata, el Gobierno destinó menos de $30.000 millones de los casi $80.000 millones disponibles para la compra de gas y de otros combustibles líquidos.

Tal reducción aporta una gran bocanada de oxígeno a las cuentas públicas y, a su vez, contribuye a moderar la presión sobre el mercado cambiario.

"La recesión económica es la principal causa del cambio. Los menores desembolsos reflejan cómo está frenada la industria, que absorbe el 40% de la demanda", apunta Emilio Apud, ex secretario de Energía.

Alejandro Sruoga, ex secretario de Energía y Minería, coincide: "El consumo está planchado y hace que ya no se gaste tanto. De todos modos, el Gobierno había contemplado para este año un presupuesto superior, en pos de cubrirse y de no correr grandes riesgos".

La producción, en falta

Los expertos reiteran que este nuevo contexto no se debe a un fuerte incremento en la oferta, o a una mejora sustancial en cuanto a fuentes de energía y explotación."Salvo YPF, la producción de otras compañías claramente no aumentó. Muy por el contrario, la extracción de gas y petróleo todavía se mantiene a la baja", señala Sruoga.

¿Ayuda Vaca Muerta? Este experto en materia energética lo relativiza: "Pese a todo lo que se dice del reservorio, en la actualidad, apenas representa el 8% de lo que se produce localmente".

Apud destaca que para el desarrollo de energía convencional -que es la que más contribuiría a mejorar la matriz energética- "prácticamente se dejaron de recibir inversiones en 2005. Los recursos son cada vez menores y resulta más costoso sacarlos".

Jorge Lapeña y Apud hacen referencia al precio de los insumos energéticos a nivel mundial.

"Los subsidios lo que hacen es tender a cubrir diferencias de precios en las importaciones. El contexto internacional abarató el gas licuado y los derivados del petróleo para generar energía. Esto ha beneficiado a la caja del Gobierno", apunta Lapeña.

Apud expresa que "la Argentina importa a través de barcos el 20% del total de gas que demanda el país". Y añade que "también se ha vuelto más accesible el que ingresa de Bolivia por gasoductos".

"De los fondos disponibles se han usado la mitad. Pero ese alivio se contrarresta con el estancamiento económico", expresa.El clima, un aliado K

El otro aspecto que los especialistas y ex funcionarios tienen presentes para explicar el "ahorro" energético -aunque en menor medida- es el clima.

"El beneficio climático no estaba contemplado al momento de elaborar el presupuesto. Las temperaturas templadas redujeron el consumo residencial", comenta Apud.

"Con el frío, el consumo de gas en los hogares se suele multiplicar hasta por ocho. Además, deja de ser utilizado para producir energía eléctrica (se recurre al fuel oil) y ese ahorro es destinado a la red residencial. En la actualidad nada de esto está ocurriendo, porque sigue haciendo calor", expresa.

Al igual que su colega, Srouga también se refiere al efecto climático como otro "viento de cola", que se suma a la baja de los precios internacionales.Más dólares para bienes de consumo

Esta menor necesidad de dólares para pagar energía -sumada a la mayor predisposición del Gobierno para tomar deuda en los mercados- ha posibilitado una mayor flexibilidad en las restricciones que pesan sobre las importaciones.

Este no es un tema menor, sobre todo por tratarse de un año electoral.

Una mayor "holgura verde" contribuye a que las industrias puedan hacerse más rápido de insumos, mejorar su ritmo de actividad y mantener empleos.

En tanto, posibilita que Cristina pueda soñar con la reedición de un mini boom consumista.

"El regreso del Gobierno al mercado de crédito es una noticia positiva para la economía y fortalece las expectativas de cierta recuperación", afirman desde la consultora abeceb.

Y completan: "El ingreso de divisas da un mayor margen para relajar las trabas a las importaciones".

Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior, ratifica que "junto con las cámaras y las empresas estamos observando una mayor celeridad en los permisos de ingreso, tanto en los que otorga la Secretaría de Comercio Interior -a través de las Declaraciones Juradas-como mediante la habilitación de divisas por parte del Banco Central".

"El flujo de compras al mundo viene mostrando una mayor celeridad", agrega el experto.

Además, pronostica que "al menos hasta fin de año habrá un ingreso más fluido de bienes de consumo, considerando el clima electoral".

Entre los sectores que se verán altamente beneficiados figura el automotriz y el de la electrónica fueguina.

Según Abeceb, en marzo el Gobierno permitió la importación de casi 30.000 autos, el mayor registro en 14 meses.

En tanto, fuentes de AFARTE, cámara que nuclea a fabricantes de artículos tecnológicos, confirman a iProfesional que "ahora sí se está finalmente respetando el cupo de dólares para el pago de importaciones acordado, del orden de los u$s230 millones mensuales".

"En la medida en que nuestros proveedores reactiven los embarques y vayan llegando más componentes, iremos incrementando progresivamente el ritmo de actividad", concluyen.

Desde AFARTE aseguran que para poder abastecer la demanda actual, necesitan como mínimo u$s300 millones por mes, dado que son responsables de proveer casi el 100% de los celulares, más del 90% de las notebooks y el 95% de televisores.

Por ahora, la "manija" la sigue teniendo el Banco Central, que continúa priorizando las reservas por sobre el ritmo de actividad pero ya con un colchoncito más mullido, se atreve a aflojar un poco el cerrojo.