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Una dosis de show, otra de relato: Cristina pondrá su sello en la campaña con último 25 de mayo "a todo trapo"

Música, desfiles, un gran despliegue tecnológico y el reciclado "Centro Cultural Néstor Kirchner". CFK prepara la gran fiesta, para que ser recordada
22/05/2015 - 10:06hs
Una dosis de show, otra de relato: Cristina pondrá su sello en la campaña con último 25 de mayo "a todo trapo"

Las fechas patrias para el kirchnerismo nunca ocuparon el lugar aburrido de la efeméride escolar.

Lejos de la postal tradicional del Cabildo, del chocolate y el locro y de los desfiles de Granaderos y Patricios, siempre le ha impreso a estos actos un fuerte contenido político.

En ocasiones, haciendo gala de su gusto por mezclar la historia con la actualidad, Cristina Kirchner aseguró que, si viviera en estos días, Manuel Belgrano apoyaría el proyecto kirchnerista.

En otros momentos, optó por realizar un balance de su gestión, incluyendo en 2013 el recordatorio de lo realizado en la década transcurrida desde la asunción de Néstor Kirchner. Otras veces aprovechó la efeméride patria para expresar su enojo con los grupos mediáticos o el "Partido Judicial".Sin olvidar, claro, las señales más o menos sutiles de malestar con la Iglesia, como la de pasar los 25 de Mayo en el interior para esquivar el Tedeum en la Catedral a cargo del entonces arzobispo Jorge Mario Bergoglio.

Algo que siempre quedó en claro es que el kirchnerismo tiene su estilo propio, que implica una gestión profesional de la comunicación y un gusto particular por los festejos masivos.Sin escatimar presupuesto ni recursos tecnológicos, se ha asegurado que las fechas patrias sean recordadas por toda la población, incluyendo por los sectores que habitualmente no están interesados en los temas políticos pero que valoran la espectacularidad del show en la calle.

"La gente menos politizada considera que está muy bien que se hagan este tipo de actos en la plaza, a los que acuden conjuntos musicales y artistas. En este sentido, han dado en la tecla en cuanto a lo que significa un acto popular", apunta el politólogo Roberto Starke.

Este analista no duda que en este nuevo 25 de Mayo el Gobierno pondrá "toda la carne en el asador". La justificación para tal expectativa es que éste no será uno más: será el último con Cristina ocupando el sillón de Rivadavia, lo cual le dará al festejo cierto tono de despedida.

No obstante, será una despedida sin nostalgia. Más bien, orientada a ponerle un "broche de oro" a los doce años de este período político.

Una especialidad kirchnerista

La "puesta en escena callejera" será ambiciosa y se apuntará a revivir la espectacularidad de los festejos del Bicentenario.

Bajo el lema "El mismo sol, la misma Patria", el objetivo que se han fijado los organizadores es "recuperar la alegría" y "transmitir un mensaje de esperanza", según informaron fuentes oficiales.

Como en los grandes eventos K, el "show runner" será Javier Grosman, ex propietario de la productora La Corte, ahora integrante del grupo mediático de Cristóbal López.

Grosman es considerado un maestro en la preparación de actos masivos. De hecho, tuvo un rol excluyente en el del Bicentenario.

"Con este tipo de eventos se recibió de genio de la comunicación política", observa el analista Diego Dillenberger.

Desde el otro costado de la organización, los principales responsables son el Secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini y el secretario general de la Presidencia, Eduardo "Wado" de Pedro.

Se habilitará un servicio especial gratuito de trenes durante el fin de semana largo para garantizar una concurrencia masiva.

Para Dillenberger, los festejos del Bicentenario jugaron un rol muy importante en la recuperación de la imagen pública de Cristina tras su caída de 2009, consecuencia del conflicto con el campo agravado por la recesión económica.

"Ahora, a diferencia de lo que ocurría en 2010, no estamos en un momento de fuerte repunte del ritmo de actividad. Pero, de todas formas, el Gobierno buscará transmitir fortaleza y popularidad", agrega Dillenberger.

Reconoce que uno de los aciertos políticos de la implementación de este tipo de festejos populares es haber logrado que la concurrencia deje de estar ligada a aparatos sindicales o a "punteros" trayendo militantes, ya que se transmite la imagen de una multitud que asiste por iniciativa propia.La puesta en escena

Sobre la parte artística de los festejos, además de los músicos invitados, habrá performances y desfiles con los que se buscará dar un fuerte impacto político.

El show contará con trenes que el ministro y candidato oficialista Florencio Randazzo cedió para que pudieran "volar" sobre los asistentes.

Todo un caso de estudio para los politólogos del mundo: la política ferroviaria -uno de los mayores déficits de la era kirchnerista y que ha dejado decenas de muertos- ahora hasta resulta funcional al "relato".Otro anhelo de CFK es realizar un desfile callejero con todos los ex combatientes de Malvinas que sería presidido -claro está- por ella. El dato no ha sido confirmado oficialmente, pero las fuentes consultadas hacen referencia a la realización de una marcha masiva.

La causa Malvinas es probablemente la única en el país que no admite discusión. Es por eso que el Gobierno considera que tendría un efecto impactante verlos caminar por la Avenida de Mayo hacia la Plaza.

Además, se contará con el gran atractivo del renovado Palacio de Correos, uno de los edificios más bellos de la ciudad, ahora rebautizado Centro Cultural Néstor Kirchner. Mensajes políticos

Como siempre, el rol central, el protagónico y el primer plano de las cámaras estará reservado para Cristina. Y no solamente por los eventuales pasos de baile que ensaye junto a los grupos musicales.

Su agenda en estos días concitará la atención mediática, de manera que se esperan altos niveles de "rating político" para el Tedeum en la basílica de Luján y para la restitución del sable de San Martín a las Fuerzas Armadas.

Durante el Gobierno de Onganía, éste había sido trasladado al Regimiento de Granaderos. Ahora la Presidenta espera que su decisión de entregarlo a las Fuerzas Armadas represente un símbolo de reconciliación tan fuerte como el dispuesto por su ex esposo al descolgar el cuadro de Jorge Videla.

Pero, naturalmente, el momento central lo dará su discurso del lunes 25 en la Plaza de Mayo.

  

El contexto de la campaña electoral creó la expectativa en el sentido de si mantendrá su neutralidad en la interna del Frente Para la Victoria o si, delante de la militancia K, pronunciará alguna frase que pueda ser interpretada como una preferencia explícita por Randazzo.

Los analistas políticos creen que, por más que haya declamado su neutralidad en la elección primaria, no podrá con su genio y dará alguna señal de rechazo a Daniel Scioli.

Alejandro Corbacho, director de Ciencia Política de la Ucema, afirma: "Ella dice que no digita, pero es evidente su preferencia por Randazzo. Seguramente va a tratar de condicionar a Scioli, que la necesita".

Pero, sobre todo, la expectativa de los expertos es que haya mensajes que den pistas respecto del futuro del "proyecto político" y del lugar que espera para sí misma, una vez entregado el poder a su sucesor.

"Sin duda, va a intentar fijar una agenda personal con respecto a ciertos temas. Va a transmitir la sensación de que el proyecto kirchnerista no se detendrá y que seguirá con lo que se suele llamar ‘el dogma del Gobierno', que tiene que ver con el repaso de lo hecho y la agenda futura", señala Starke. 

Por su parte, Corbacho apuesta a que Cristina volverá sobre uno de sus clásicos: "Hará hincapié en que ella no se entregó, que no bajó las banderas. Y dirá que si algo faltó por realizar fue por causa de que desde fuera le pusieron trabas".

"También buscará transmitir que ella seguirá siendo una pieza fundamental de la que no pueden prescindir. Va a dejar el mensaje de que necesitarán recurrir a ella", agrega el analista.

No descarta, además, que haya algún párrafo específico dedicado al Poder Judicial, uno de sus adversarios durante toda la gestión de Gobierno y, presumiblemente, también en su etapa post-presidencial.

Pero, sobre todo, lo que genera consenso es que enfatizará el rasgo de "irreversible" de las principales políticas de su Gobierno, aun si se diera la eventualidad de que en las elecciones de octubre fuera consagrado un mandatario de diferente signo político.

De hecho, en los anteriores festejos del 25 de mayo ya hubo frases muy elocuentes en ese sentido.

  

Como esta que pronunció en su discurso de 2013: "No soy eterna, lo he dicho muchas veces y tampoco lo quiero ser. Pero es necesario empoderar al pueblo y a la sociedad de estas reformas y conquistas para que ya nunca nadie más se los pueda arrebatar".

Por no mencionar esta otra, de una elocuencia que exime de comentarios: "A esta década ganada queremos que le siga otra más".

Y también, apelando al concepto de "inclusión social" que exhibe como logro de su modelo político-económico, Cristina había dicho en el feriado de hace un año: "A veces me duele, como argentina, como mujer, cuando se nos critica porque damos cosas a los pobres o a los negros o a los hijos de algún inmigrante. Cuando pareciera ser que sólo importa la suerte de cada uno, yo quiero hoy en este 25 de mayo, apelar al amor por el otro".

Todo indica que la Presidenta aprovechará la tribuna popular que le ofrece esta nueva fecha patria para volver sobre sus temas recurrentes.

En los últimos días, tras fustigar a los candidatos que "hacen pantomimas" y esquivan el debate de fondo, reclamó definiciones claras sobre temas económicos.

El mensaje, dirigido a la oposición -pero también a Scioli-, parte del supuesto que, por más que la población se manifieste insatisfecha con la economía, son pocos los que se declaran partidarios de un programa que tenga olor a "ajuste".

Y nada mejor que un 25 de Mayo para volver sobre el tópico de los "dos modelos de país".

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