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El juez Piombo, que redujo pena a violador, renunció como profesor en la Universidad de La Plata

El magistrado presentó su dimisión en la Facultad de Ciencias Sociales. Ya juntaron 180.000 firmas para pedir su juicio político y el de Sal Largués
26/05/2015 - 23:02hs
El juez Piombo, que redujo pena a violador, renunció como profesor en la Universidad de La Plata

El juez del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires Horacio Piombo presentó este martes la renuncia como profesor ante el decanato de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata.

Piombo estaba fuertemente cuestionado a raíz del fallo en el que le redujo, junto al juez Benjamín Sal Llargués, la condena a un violador de un niño de 6 años.

Este martes por la tarde estudiantes y miembros de varias organizaciones sociales de Derechos Humanos participaron de la reunión del Consejo Superior cuando se enteraron de la renuncia de Piombo.

Los presentes se manifestaron para exigir que el magistrado no dictara más clases en la institución y para que fuese sometido a un juicio académico.

La dimisión fue anunciada por el decano de la facultad, Vicente Santos Atela, durante la sesión extraordinaria que el Consejo Directivo había convocado para tratar el pedido de juicio académico contra Piombo, pedido por estudiantes para separarlo de su cargo.

"Hace una hora el doctor Piombo presentó ante el decanato la renuncia indeclinable a su cargo", afirmó Atela al comienzo de la reunión, y puso a votación la presentación, que fue aceptada por la totalidad de los 16 integrantes del Consejo Directivo de la Facultad de Derecho. 

Atela aseguró que "nunca había habido una promoción de juicio académico contra estos profesores", recordó que la facultad "solamente juzgó la ética universitaria" de los magistrados y dijo que "el juzgamiento de los fallos corresponde al jury de enjuiciamiento".

Ahora será la Justicia la que decida sobre el futuro del juez. "Nosotros queríamos que este personaje sea juzgado y que viniera a dar explicaciones de este fallo homofóbico, machista y patriarcal", dijeron los manifestantes.

La semana pasada los estudiantes y miembros de las organizaciones sociales ya se habían presentado ante las autoridades de la Facultad y reclamaron que se expidieran sobre el caso y que el juez fuera destituido de su cargo.

Este martes se conoció también que ya suman 185 mil las adhesiones a un petitorio de la página Change.org para que tanto Piombo como Sal Llargués sean sometidos a juicio político y se los destituya de sus cargos.

La polémica sobre los fallos de Piombo y Sal Llargués se desató a principios de mes cuando se conoció que habían beneficiado a un hombre acusado de violar a un niño de 6 años con la reducción de la pena de 6 años de cárcel a 3 años y 2 meses.

Los jueces fundamentaron la reducción de la pena en que el menor de edad tenía su "orientación sexual definida" porque había sido abusado anteriormente por su padre. 

La resolución fue apelada por la fiscalía de Casación y se encuentra a consideración de la Suprema Corte bonaerense, que deberá resolver si revoca la sentencia o la deja firme, según informó DyN.

Tras conocerse el fallo, Piombo fue expulsado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata, mientras que Sal Llargués fue apartado de la Universidad Nacional del Sur (UNS) de Bahía Blanca y del Consejo de la Magistratura bonaerense, donde desempeñaba una función administrativa.

Piombo y Sal Llargués afrontan, además, un jury de enjuiciamiento por "mal desempeño de sus funciones" a raíz de una decisión similar en 2011, cuando redujeron la condena a un pastor evangélico acusado de abusar de dos adolescentes, de 14 y 16 años, de una villa de la localidad bonaerense de Merlo.

Qué dice la carta

A continuación, la transcripción de la carta que escribió el juez para renunciar como profesor en la Universidad de La Plata:

Señor Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, profesor Vicente Atela.

S/d. Ciudad.

De mi más distinguida consideración:

Ante la comunicación remitida por la Universidad enderezada a que ejercite mi derecho de opción, manifiesto formalmente mi renuncia al cargo de profesor titular de las cátedras I de Derecho internacional Público y II de Derecho Internacional Privado de nuestra Casa de estudios.

No fue fácil tomar la decisión. Tampoco agradable. Gravitaron, a manera de obstáculos espirituales, cincuenta y cinco años de estrecha vinculación con este hogar querido. Aquí obtuve mis tres títulos universitarios, dos de grado y uno de posgrado. Plasmé en esta Institución toda la escala de las funciones de apoyo docente y de ejercicio profesoral. En ese mismo lapso concluí en esta Casa trabajos básicos que me brindaron el inmenso honor de ganar ocho premios a la investigación, entre ellos en sendas oportunidades el Nacional de Ciencias, uno en su versión regional y otro con alcance federal, y dos lauros instituidos por esta Universidad, concretamente los Premios "Seminario" y "Enrique V. Galli".

Por eso no fue fácil tomar la decisión. Tampoco agradable.

El gravitante decisivo para tomar este camino fue que, como profesor ligado profundamentea esta Casa, debía imperativamente contribuir a la paz y a la tranquilidad de la Facultad; facilitar a las Autoridades el ejercicio de sus funciones alteradas por tomas de despachos y desórdenes impedientes del normal dictado de los cursos. Soy plenamente consciente de lo casi insignificante de mi aporte en un contexto de violencia generalizada; pero siempre será, pienso, algo útil, ante la animosidad que muestran muchos ciudadanos, profundamente desinformados por una campaña mediática de fuerte contenido político. Se trata, en definitiva, de una situación injusta y lesiva frente a la cual no tengo otra alternativa de comportamiento que evitar que sus efectos se extiendan a las instituciones que más quiero.

A la hora de la despedida, que no es lacrimosa sino plena de esperanza, vaya mi cálido agradecimiento a las autoridades de la Casa y a quienes lo fueron en el pasado, por la permanente atención a las peticiones que formulé, siempre enmarcadas en el objetivo de mejorar la transmisión y difusión del conocimiento jurídico. A mis compañeros del claustro de profesores, que en todas las épocas me escucharon y me dieron amplia comprensión, vaya el más cálido y estrecho abrazo. A los miembros del Consejo Directivo, mi profundo y especial respeto. Para todos los empleados administrativos de la Facultad, que me ayudaron incansablemente en exámenes, cursos, conferencias, etc. siempre con un acendrado sentido de responsabilidad, un saludo lleno de afecto. Por último, para los alumnos, mi vivo reconocimiento por la paciencia y ganas de aprender que siempre me brindaron.

Párrafo aparte merece al magnífico equipo de calificados docentes que me acompañó a lo largo de estos años, siempre con entusiasmo desbordante y con paradigmáticas ganas de hacer cosas en el plano de la enseñanza. Nada de lo que hice hubiera podido ser plasmado sin ellos. Me brindaron todo de si. Por ello, será siempre insuficiente el agradecimiento que puedo testimoniar a través de mis palabras.

Por último quiero subrayar que durante mi gestión docente -durante la cual nunca dejé, siquiera por un solo día, de dictar clases-, brindé, sin solución de continuidad, una enseñanza férreamente inspirada en la defensa de los intereses nacionales, en el afianzamiento de la paz y en pro de la inserción de la justicia como valor presente y supremo. Asimismo acentuar que, desde hace años, utilizo las posibilidades que otorgan los medios tecnológicos para estar más cerca de los estudiantes; esto, con la finalidad de brindarles, en todo momento, el material de estudio y el consejo inmediato de su profesor. Estas actitudes orientadoras, unida a la de alentar a los cursantes a encarar estudios especializados y de investigación, plasmó en lo que considero una iniciativa de especial futuro, como es la de instituir los premios "Werner Goldschmidt" y "Joaquín V. González" en las áreas del Derecho internacional Privado y del Derecho Internacional Público.

En definitiva, Sr. Decano, sepa Ud. que he dado todo por las cátedras confiadas y que, en todos mis actos, sólo aspiré a cumplir con mi deber.

Saludo a Ud., y por su intermedio al Honorable Consejo Directivo, muy cordialmente.

Profesor Horacio Daniel Piombo.

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