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Se da por descontado que el PRO no se impondrá en primera vuelta y es probable que en el balotaje Lousteau reciba gran caudal de votos del kirchnerismo
03/07/2015 - 10:20hs

Este domingo, en las boletas (o, mejor dicho, en las ciber-listas del voto electrónico) los nombres que aparecerán con mayor fuerza en la batalla por ganar la jefatura del gobierno porteño serán los de Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau.Sin embargo, el que realmente se estará jugando el futuro de su carrera política será Mauricio Macri.

Es que por más que los candidatos intenten "regionalizar" cada elección provincial y afirmen que no tienen nada que ver con la carrera presidencial, lo que los votantes peciben es otra cosa.

El calendario electoral de 2015 hace que cada resultado sea leído como un round más de una única y verdadera pelea, que es la que determinará quien ocupará la Casa Rosada.

Así, Scioli "perdió" por los reveses del kirchnerismo en Río Negro y Mendoza mientras que salió victorioso en Salta.

En tanto, Macri obtuvo una semi-victoria en Mendoza -al haberse aliado con la UCR triunfante- pero sufrió un revés por la derrota de Del Sel en Santa Fe.Ahora la elección es en la Capital, un escenario de mucho mayor peso político, por el alto nivel de visibilidad nacional y también porque es el "cuartel general" del PRO.

Esto es lo que lleva a que en el ámbito político se esté planteando el gran interrogante: si Rodríguez Larreta pierde con Lousteau en un balotaje, ¿se "desinfla" la candidatura presidencial de Macri?

Todo al balotaje

Por lo pronto, lo que parece una realidad asumida por todo el mundo es que una segunda vuelta en la ciudad será inevitable.

El propio Macri -y también Rodríguez Larreta- se han mostrado calmadamente resignados a esta situación, al afirmar que alcanzar el nivel de la mitad más uno de los sufragios que exige el régimen electoral porteño resulta casi imposible de lograr.

Las encuestas de intención de voto coinciden en que el domingo no será la última vez en el año en la que los porteños elijan gobernante. Y adelantan que Larreta no logrará sumar más del 50% que necesita para ganar cómodo.

Según Management & Fit, el macrismo supera casi en 18 puntos a Lousteau y se quedaría con un 42% de los sufragios.

Para Poliarquía, el jefe de Gabinete se impondría con el 43% contra casi el 25% del postulante de ECO.

La consultora Aresco, de Julio Aurelio, da para las generales una proyección del 45% para el candidato del PRO, frente a un 26,5% de Lousteau.

En tanto, el sondeo de OPSM -coordinada por Enrique Zuleta Puceiro- es un poco más optimista para los dos principales candidatos: 46% para Larreta y 30% para Lousteau.

Pero, más allá de los números, lo que Macri tiene en cuenta es su experiencia personal en las elecciones porteñas.

El primero de sus mandatos llegó en 2007, pero no sin antes padecer un segundo round contra el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Filmus.

La misma situación debió atravesar en 2011 cuando resultara reelecto.

La gran diferencia entre esas contiendas electorales y la de este domingo es que, en las anteriores el jefe de Gobierno porteño tuvo enfrente a un rival desgastado.En cambio, Larreta se mide contra un candidato que posee buena llegada al electorado: Lousteau tiene un 52% de imagen positiva y apenas 16% de negativa, según Management & Fit. El fantasma del "segundo round" 

Aunque Macri y Rodríguez Larreta acepten que habrá segunda vuelta, lo que no admiten, claro, es la posibilidad de perder en esa instancia.

Sin embargo, es una eventualidad que está generando expectativas en el ámbito político, por la posibilidad de que los votantes kirchneristas de Mariano Recalde -llegado un escenario de contienda sólo entre el macrismo y Lousteau- terminen apoyando a este último.

Esto, a efectos meramente de dañar la posición de Macri en la carrera presidencial.

Los sondeos muestran que el candidato del Frente para la Victoria no lograría terciar la disputa, pero sí que llegaría a captar un caudal de votos suficiente como para poder influir en el resultado final.

Es, al menos, la hipótesis a la que se aferra Lousteau. El dirigente de ECO tiene fichas puestas en contar con un gran apoyo kirchnerista para la segunda vuelta."Con el balotaje ganamos todos", rezan los afiches que empapelan la Ciudad con su rostro.

El propio Macri sabe que existe la posibilidad de que el vencedor de la primera vuelta sea eventualmente el perdedor de la segunda.

A fin de cuentas, eso mismo le ocurrió a él en 2003, cuando el binomio que armó con Rodríguez Larreta salió victorioso en primera instancia pero luego cayó frente a Aníbal Ibarra en el balotaje.

Para el politólogo Sergio Berensztein, habrá un dato fundamental a tener presente: "Es muy importante la distancia entre el primero y el segundo para saber si el resultado de la elección del domingo es reversible". La peor de las pesadillas

Es altamente probable que al líder del PRO le esté quitando el sueño la idea de que su partido tenga que volver a las urnas. Y no es para menos.

Por lo pronto, aún no cicatrizó la herida de Santa Fe donde, luego de mostrarse exultante tras la victoria en las PASO, no logró hacer pie en las generales con su candidato, Miguel Del Sel.

Sirve de consuelo -y de justificativo- que allí "jugaba de visitante" y que el escrutinio estuvo plagado de dudas. Pero la Ciudad de Buenos Aires es otra cosa:

-Es el lugar desde donde el PRO cimentó su imagen de "retador" contra el peronismo.

-Es la base desde la cual muestra "gestión".

-Es el lugar de residencia de la mayor parte de su militancia.

-Es un distrito con el que cuenta Macri, de ser Presidente, para tener un gobernador "puro" del PRO.

En otras palabras: en Capital puede jugar de local. De modo tal que un traspié en su propia casa abriría un gran signo de interrogación respecto a su capacidad de triunfar a nivel nacional.

En diálogo con iProfesional, el encuestador Ricardo Rouvier explica que si no resulta vencedor sería un "golpe muy fuerte" para el mandatario porteño.

"Además de ser un distrito relevante en número -2.5 millones de electores, el 8% del padrón nacional-, la Capital tiene una importancia simbólica para él, por ser el lugar donde viene gobernando desde hace ocho años", agrega.

"Para Macri el escenario ideal es triunfar en primera vuelta, hacerlo en el balotaje sería una situación intermedia y perder significaría una catástrofe", enfatiza el analista político Jorge Giacobbe.

Desde una visión menos drástica, Berensztein sostiene que una derrota en la Capital no necesariamente dinamitaría sus chances presidenciales, aunque sí lo obligaría a pegar un fuerte volantazo en su estrategia de campaña.

"Lo que puede pasar es que quede dañado su liderazgo y que, sin el desarrollo en la Ciudad, el PRO pierda consistencia y visibilidad", afirma.

Más contundente es Artemio López, el encuestador y politólogo más explícitamente afín al kirchnerismo. Desde su punto de vista, "Macri profundizaría la crisis que ya viene atravesando".

Destacó que, además de la derrota en Santa Fe, ya había tenido un revés en Neuquén, donde dominó las urnas el Movimiento Popular Neuquino, y que no logró capitalizar desde el punto de vista de la imagen la victoria que su alianza con la UCR obtuvo en Mendoza.Un ojo en el domingo, otro en las PASO

Además del líder del PRO, habrá otros candidatos que también estarán viviendo como propia la elección en Capital.

Son precisamente los rivales de Macri en la carrera presidencial: Daniel Scioli y Sergio Massa.

Es que si Rodríguez Larreta no gana en balotaje y la imagen del PRO pierde su impronta exitista, podría empezar a darse una fuga de votos, que otros querrán capitalizar con vistas a las elecciones nacionales de agosto.

La gran pregunta que se harán los candidatos será quién se beneficiaría en caso de darse esta hipotética situación. "Scioli será quien más lo capitalizaría", asegura Artemio López con los resultados de sus encuestas en mano.

"En nuestra consultora -se refiere a Equis- hemos medido una intención de voto en la general que está arriba del 40% mientras que Macri no está llegando al 30%. Quizás se pueda proyectar un 32,% pero Scioli va a estar arriba del 43%", dice.

En un hipotético escenario de un Macri golpeado -que se vea obligado a redefinir su estrategia- los analistas consideran altamente probable un cambio en la política de alianzas del PRO.

El hecho de que las listas de candidatos ya estén registradas no quita que pueda cederle un mayor protagonismo a los aliados de la UCR y el Frente Cívico, a modo de concesión para amortiguar la caída.

Claro que esto implicaría un cambio rotundo en la estrategia "purista" que viene llevando a cabo el PRO."Por el momento, Macri no quiere ofrecer nada. Él apunta a llegar a la presidencia en las condiciones que él quiere y eso puede obstaculizar la estrategia que lo lleve a ganar", opina Giacobbe.

La política suele tener esas vueltas crueles. Y el mismo candidato que hasta ahora usufructuó una actitud de autosuficiencia, puede encontrarse frente a un escenario que lo muestre demasiado rezagado ante el imponente aparato kirchnerista.

Es probable que nunca una elección porteña haya tenido la posibilidad de influir tanto a nivel nacional. La historia empezará a develarse con el escrutinio de este domingo. Habrá que ver si el búnker del PRO se vuelve a llenar de globos y si Macri puede, una vez más, hacer una demostración de sus siempre particulares pasitos de baile.

Pero también puede pasar que Lousteau festeje un segundo puesto cerquita de Larreta y que entonces, desde las sombras, sean Scioli y Massa quienes formen el trencito de la alegría.

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