Acosada por el escándalo de coimas, en medio de agudos problemas financieros, con una deuda que a fines de 2014 rondaba los u$s100.000 millones, Petrobras -la compañía que ha sido emblema de la gestión de Lula- puso en venta sus activos en la Argentina.

Tal decisión viene a ser el paso posterior a lo sucedido a fines de junio, cuando informó que recortaría un 40% su plan de inversiones e inició la búsqueda de compradores para los activos que aún le quedan en el país.

Tal como viene dando cuenta iProfesional, uno de los objetivos es que su salida no derive en roces políticos y es por eso que se viene dando de manera muy pausada y con perfil bajo.

Crónica de una salida anunciada

El proceso de desinversión comenzó a fines de 2012, con un anuncio que se conoció mediáticamente después del Día del Petróleo. Petrobras había abierto un "data room" para vender sus activos en la Argentina.

Apremiada por deudas y por la falta de recursos para buscar petróleo off shore, la compañía había tomado la decisión de desinvertir fuera de Brasil. 

Esto fue un cimbronazo en el sector, ya que la firma no estaba haciendo otra cosa que revertir su multimillonario plan de acción internacional lanzado a finales de la década del noventa. 

Al lograr el autoabastecimiento y al tener que pasar obligadamente por el Congreso de Brasil para pedir permiso en caso de querer avanzar con cualquier proyecto de inversión fronteras afuera, contar con activos en el exterior no tenía mucho sentido.

Lo cierto es que Petrobras tuvo bastantes dificultades para concretar lo que buscaba incialmente en la Argentina. 

En primer lugar, la idea de la compañía era conseguir un socio que comprara parte del paquete accionario. 

Se habló de Tecpetrol y hasta de YPF como grandes candidatos. Pero, cuando este interés se hizo público, Cristóbal López -a través de Oil Combustibles-, apeló a la cláusula del first refusal (primera prioridad de compra).

Esto fue consecuencia de que, años antes, el empresario le había adquirido a Petrobras la refinería de San Lorenzo y con ella el canal de distribución de más de la mitad de la red de estaciones de servicio.

La posibilidad de que Petrobras Argentina sea comprada por Oil generó un gran revuelo, tanto en Brasil como en el mercado interno. 

La causa, más allá de los vínculos políticos, tenía que ver con la participación de López en el negocio del juego. En Brasil, por cuestiones religiosas, no hay casinos ni bingos. 

Socialmente, está considerado que el juego es un elemento que "empobrece más al pobre". Esto, ligado al fuerte sentido de pertenencia que tiene Petrobras en la población brasileña, se transformó en un escollo difícil de sortear para la entonces presidente de la estatal brasileña, María das Gracas Silva Foster.

En mayo de 2013, Petrobras le comunicó a las bolsas que desistía de la venta en la Argentina. De ahí en más, hubo muchas especulaciones. 

Ahora, la estrategia de que Petrobras quiere salir del país es un secreto a voces. Esto, sustentado en la necesidad de conseguir plata fresca, luego del alto endeudamiento al que recurrió y que la transformó en la petrolera con mayor pasivo del mundo.

También influyó la imposibilidad de girar divisas desde la Argentina y, por cierto, el terremoto que generó el LavaJato, la investigación llevada a cabo en Brasil por el lavado de más de 10.000 millones de reales que salpica a directivos de la compañía. 

Desinversión silenciosa

La empresa ya se había desprendido a principios de año de todas sus concesiones petroleras en Santa Cruz. Los yacimientos pasaron a manos del empresario Eduardo Eurnekian, previo desembolso de unos u$s100 millones.

A mediados de 2014, iProfesional anticipó la decisión tomada por la casa matriz de concentrar su operatoria en la rica Cuenca de Santos, justo frente a las costas del vecino país.

Claro que, a raíz de la relación entre Cristina Kirchner y Dilma Rousseff, el proceso de desinversión en la Argentina se fue haciendo bajo la premisa de mantener hasta la última instancia una presencia al menos simbólica en territorio argentino.  

Concretamente, en la reserva de gas y petróleo más importante de esta parte del mundo: Vaca Muerta, en Neuquén.

"Desde hace tiempo Petrobras ha venido achicando sus inversiones en el país. Pero lo ha hecho de manera progresiva y silenciosa, de modo tal de evitar un conflicto diplomático que salpique el presente político de ambas mandatarias", confió un experto del sector. 

De ofertaEn Brasil, fuentes del sector energético dan por descontado que Petrobras Argentina (PESA) -subsidiaria de la compañía a nivel local- se desprenderá de sus activos que van desde estaciones de servicio hasta la refinería en Bahía Blanca.

La empresa puso el cartelito de venta sobre 30 áreas petroleras en Neuquén, cerca de 100 puntos de expendio de combustibles, instalaciones petroquímicas en Santa Fe y en Bahía Blanca, además de las participaciones accionarias en TGS (Transportadora Gas del Sur), en la central térmica Genelba y en Pichi Picún Leifú.

Petrobras Argentina es el cuarto mayor productor de crudo del país, si bien el volumen viene en franco declive. 

"Su valor de mercado podría superar, en conjunto, los u$s1.000 millones, cuatro veces más que el valor bursátil de PESA, que ronda los u$s260 millones. En rigor, Petrobras Brasil controla un 65% de la filial. El resto cotiza en la Bolsa", aclara la fuente consultada. 

Pero el tiempo es tirano. Más, si la empresa tiene como principal objetivo que la venta se concrete antes del cambio en la gestión presidencial. 

YPF, Pluspetrol, la firma Tecpetrol del grupo Techint y Pan American Energy (PAE) figuran en la lista de candidatas a quedarse con sus activos.

Esta última está en el ojo de la tormenta por presuntas irregularidades por coimas en la extensión de la concesión de su principal yacimiento patagónico, Cerro Dragón.

El apuro por vender sus activos en una suerte de "trámite exprés" obliga a las compañías mencionadas a tener que confirmar su interés en breve.  

Fuerte presencia en la city En la actualidad, Petrobras ocupa el primer lugar por volumen negociado diariamente en el panel de acciones líderes.

Representa el 22% del Merval, seguida de lejos por YPF (13%), Grupo Galicia (12,5%) y Tenaris, con el 10%.

Las tres principales acciones del sector petrolero concentran nada menos que el 45%. 

En tanto, Petrobras Brasil tiene una capitalización bursátil (precio de la acción por la cantidad emitida) del orden de los u$s54.000 millones. 

Pese a la magnitud de esta cifra, lo cierto es que la misma está lejos de los máximos alcanzados hace un año, cuando escaló a los u$s128.000 millones.

La fuerte baja registrada se corresponde con la evolución de la acción en el mercado local: pasó de los $127 (julio de 2014) a los actuales $54.

Esto implica una caída de casi el 60%, básicamente por dos motivos:

1. Su acción, al cotizar en dos mercados (Buenos Aires, Nueva York) es usada para el "conta con liqui". Es decir, se compran aquí en pesos y se revenden afuera en dólares. 

Parte de su "viejo" precio se debía a que estos papeles han sido un buen instrumento para realizar esta operatoria. Ahora perdieron cierto protagonismo, a raíz de la lupa del Gobierno sobre empresas e inversores, lo que pinchó su cotización. 

2. El destape del "Petrolao" y sus derivaciones en el plano local, en una suerte de "efecto contagio", por lo que ha ido sucediendo en la bolsa de San Pablo.  

Comparaciones odiosas

Cuando se menciona a Petrobras, suelen trazarse comparaciones con YPF. 

Durante mucho tiempo se hizo especial hincapié en la forma en que evolucionaron ambas, en referencia a que en los años 90 tenían niveles de capitalización relativamente similares.

La máxima diferencia se registró en los momentos posteriores a la nacionalización de la petrolera argentina, cuando la brecha entre el valor de mercado de una y otra llegó a ser de casi 30 veces. 

El año pasado, la compañía brasileña valía unas diez veces más que la argentina. Ahora se redujo a sólo cinco, a raíz del declive de  Petrobras y la mejora en la performance de YPF.

Cambio de planes

En paralelo a la decisión tomada para su operación en la Argentina, la petrolera ratificó su decisión de vender diferentes activos en el propio Brasil.

Envuelta en el megaescándalo de corrupción, está en tratativas para desprenderse de sus plantas de etanol para conseguir dinero fresco que le permita hacer frente a inversiones en nuevos pozos petroleros que posee en alta mar y pagar sus compromisos.

En el país vecino posee nueve plantas de etanol y otras cinco de biodiesel, que vienen siendo menos rentables que las empresas controladas por la misma firma que distribuyen otras variedades de combustibles alternativos.

Obligada por la situación, la compañía tiene en sus planes desinvertir por una cifra que supera cómodamente los u$s15.000 millones sólo en 2015-2016, tal como lo anunciara el presidente de Petrobras, Adelmir Bendine.

Todo esto ocurre a pocos días de que el juez federal Sergio Moro ordenara encarcelar a otro ejecutivo. Se trata del ex director Jorge Zelada, cuarto hombre que está tras las rejas.

Se lo acusa de haber pagado coimas a una empresa constructora. Para el letrado y sus fiscales, la detención de Zelada -que comandó hasta 2012 la gerencia internacional de Petrobras- puede abrir la puerta a una nueva "cacería" de ejecutivos y arrepentidos. 

Se estima que la red de corrupción desvió de la empresa estatal casi u$s4.000 millones entre 2004 y 2012 

Esto no es todo: en las últimas horas, la justicia brasileña tuvo que salir a negar un pedido de habeas corpus preventivo para evitar una detención del mismísimo ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.