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En Brasil alcanzó su valor máximo desde marzo de 2003, al igual que en Uruguay. En tanto, en Chile superó el tope de diciembre 2009
28/07/2015 - 10:00hs

Con el real brasileño a la cabeza, las monedas de la región no pudieron escapar a un nuevo sacudón propiciado por el dólar, en un contexto de marcada turbulencia financiera tras otro derrumbe de la principal bolsa de China. 

La caída del indicador bursátil del gigante asiático fue la gota que rebasó un vaso que ya venía colmado por los datos provenientes de Europa y la posibilidad de un inminente ajuste de las tasas de interés en EE.UU.

Como consecuenica de ello, la divisa brasileña sufrió otro nuevo golpe en la rueda del lunes, ya que el dólar alcanzó su valor más elevado de los últimos 12 años, llegando a un pico de 3,38 reales por unidad.  

Para encontrar un nivel superior hay que retrotraerse al 31 de marzo de 2003, cuando la moneda llegó a las 3,40 unidades por billete verde. 

Especialistas brasileños como Adriano Moreno, de Futura Invest, destacan que la caída del real obedece a una "fuerte preocupación por China", que ha impactado en los mercados, especialmente en el Bovespa de San Pablo.

Pero no todos los problemas son exógenos. Por el contrario, los inversores dudan de la capacidad del Gobierno de Dilma Rousseff para llevar adelante un ajuste fiscal tendiente a reducir el déficit y bajar la inflación. 

La inestabilidad política en el país vecino es un condimento importante que suma nerviosismo en el mercado. 

"El futuro de Dilma se presenta complicado, más aun con una economía que no crece, con inflación en alza, pérdida del empleo y cuentas públicas en rojo. De hecho, existe una posibilidad concreta en varios frentes de que no llegue a cumplir su mandato", alertó el analista internacional, Gustavo Segré.

Impacto en la ArgentinaPara las empresas argentinas, este movimiento de la moneda brasileña no pasa desapercibido.

Especialmente en un contexto en el que el atraso cambiario se profundiza, de la mano de un billete verde oficial que avanzó apenas 11% en los últimos doce meses, en tanto que la inflación se movió a un ritmo del 30% en igual lapso. 

De acuerdo con la consultora Economía & Regiones, si se toma como punto de partida el año 2011 -el último período en el que el PBI argentino registró crecimiento- el tipo de cambio real con respecto a la divisa brasileña se apreció más del 45%.

Así las cosas, se terminó erosionando todo el colchón de competitividad cambiaria que dejó la última devaluación (enero 2014). 

Incluso, desde la consultora advierten que, de no lograr bajarse la suba de costos en el plano doméstico, en 2016 el peso se encamina a una peligrosa paridad con la moneda brasileña en términos reales (ver cuadro). 

“Este fortalecimiento del peso argentino respecto del real brasileño complica fuertemente la rentabilidad de los sectores que comercian con Brasil. Serán varios los rubros que se verán negativamente afectados. Entre ellos hay que mencionar no sólo a las industrias exportadoras, sino también a las que compiten con importaciones provenientes de ese país”, advirtieron desde la consultora.

Para Dante Sica, director de Abeceb, "la devaluación del real, la revisión de metas fiscales dispuestas por el gobierno de Brasil y el nuevo recorte de gastos, afectará a la Argentina con una mayor caída en el volumen de envíos a ese país, lo que impacta directamente en la actividad industrial". 

Brasil seguirá dando malas noticias, ya que reducirá la demanda de productos argentinos y eso repercute en la industria argentina, fundamentalmente en el sector automotriz”, agregó.

En un tono similar se expresó Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de Fundación ExportAr: "El comercio exterior argentino está exhibiendo malos resultados. Una de las razones de ello es que los principales mercados para nuestras exportaciones están atravesando coyunturas peores que las que tuvieron hace poco tiempo". 

En este sentido, indicó que "el principal mercado es Brasil, que se encuentra en recesión, en medio de un proceso de devaluación de su moneda, y con crecientes dificultades políticas". 

Frente a ello, consideró que "la Argentina, que contará con un nuevo Gobierno en diciembre, deberá generar una nueva política comercial internacional, por la cual se deberá tender a un reenfoque de mercados". 

El "vecindario", a merced del billete verde

La fortaleza del dolar también se hizo sentir en Chile, donde el tipo de cambio subió $5 este lunes y llegó a $666 vendedor y $665 comprador frente al peso chileno. Se trata del mayor nivel desde el 9 de diciembre de 2008, cuando se cotizó en $669.

Los motivos del desbarranque del peso chileno se encuentran principalmente en la debilidad del cobre y en las dudas de una estabilidad económica de China, el gran socio comercial del país trasandino. 

En línea con estos movimientos que se están dando en el "vecindario", en Uruguay el tipo de cambio también trepó con fuerza el lunes al cotizar a 28,80 unidades por dólar frente a los 27,95 del cierre del viernes, lo que implicó un alza del 3,5%, igualando en apenas una jornada el avance de la semana pasada. 

Este porcentaje es el más elevado desde fines de mayo de 2013, con una incidencia directa del avance del dólar en Brasil, que llevó a los operadores locales a mostrar una clara disposición compradora.

De esta manera, la divisa acumula en la plaza uruguaya un alza de casi 5,5% en julio y del 17% en lo que va del año.

Guerra de monedas: lo que viene

Expertos consultados por iProfesional, en cuanto a si el rally se extenderá en los próximos días, indicaron que ello dependerá, en gran medida, de lo que decida esta semana la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) con respecto a su política monetaria, una de las principales razones de que el dólar se mantenga al alza.

Teniendo en cuenta lo ocurrido con las monedas del vecindario, en opinión de Gabriel Holand, CEO de HR Global, "a nivel global el escenario es absolutamente favorable para el dólar estadounidense, salvo que surja una declaración por parte de la FED en la que se anuncia que se estiran los plazos para la suba de la tasa de interés".

"Sólo en ese contexto podría aventurarse un retroceso en las expectativas del dólar para el presente año o bien en el corto y mediano plazo", completó. 

Mientras se da esta depreciación generalizada de los signos monetarios del "vecindario", las empresas argentinas y las economías regionales, sufren la actual situación cambiaria, dado que el Banco Central continúa con su esquema de minidevaluaciones diarias, acumulando en el mes un magro 1%.

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