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Las oportunidades de negocios que ofrece Internet cristalizan en la generación y performance de nuevas empresas globales de bandera nacional
03/08/2015 - 12:45hs

En la actualidad, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son un pilar fundamental para el crecimiento económico sostenible y para la innovación.  

Las TIC impactan de manera trasversal a todos los sectores económicos promoviendo eficiencia y eficacia y aportando a la creación de nuevas oportunidades de negocio y nuevas formas de empleabilidad de alto valor agregado. 

El desarrollo digital no sólo de la economía, sino de todos los aspectos del sector privado y público de una nación, se convierte así en la clave para lograr una verdadera competitividad de países y regiones.

Y, por tanto, un retraso en su aplicación supone una gran barrera a la hora de competir en una economía global e interconectada.

Por ello es trascendente la incorporación del desarrollo de las TIC en la agenda Argentina para posicionarnos en el mundo.  

En nuestro país, la telefonía móvil ha crecido exponencialmente desde sus inicios: en la actualidad hay más teléfonos móviles que cantidad de habitantes  (más de 50 millones de líneas según la Comisión Nacional de Comunicaciones con una penetración en el mercado del 117%).

Por otra parte el 70 % de los argentinos tienen conectividad de internet, duplicando la media mundial.

Las oportunidades de negocios que ofrece Internet resultan evidentes y cristalizan en la  generación y  performance de nuevas empresas globales de bandera nacional.

De acuerdo a estudios de eMarketer el comercio electrónico aparece como una fuente de crecimiento económico continuo, con proyecciones de ventas por más de u$s6.400 millones para 2016 en Argentina.

Según datos de la CEPAL, las visitas a sitios de tiendas comerciales alcanzaron en Argentina el 80% del total de usuarios, agregando que en 2011 las transacciones de comercio electrónico ascendieron al 0,6% del PBI.

La experiencia argentina demuestra que el desarrollo de un ecosistema de Internet, si bien incipiente, es capaz de provocar un aumento en la innovación y la productividad; la creación de nuevos negocios e inversiones; nuevos puestos de trabajo y un aumento en el nivel de ingresos medio de los hogares. 

En el país, la penetración de Internet es mayor que en Brasil y México, entre otros.

De acuerdo con datos del INDEC el 54% de las personas residentes en hogares urbanos del país cuenta con acceso a Internet, superando al promedio regional y global.

Los accesos con tecnología inalámbrica, satelital y otras representaron el 66,8% de los accesos de banda ancha en septiembre de 2013 e impulsaron el crecimiento de las cuentas de banda ancha con un incremento de 27,5% en un año, mientras que las conexiones ADSL representaron el 26,2% del total de cuentas de banda ancha.

Por su parte, un estudio de IPSOS revela que la penetración de los teléfonos smart con acceso a Internet es en la Argentina del 30,7 del total de la población.

Debe tenerse presente que ya se está hablando de la próxima etapa de Internet: Internet de las cosas (IdC).

Este concepto se refiere a la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet.

La importancia de este tema puede apreciarse en las siguientes cifras: la consultora Gartner estima que unos 26.000 millones de dispositivos estarán conectados a Internet en 2020, otra consultora, ABI Research, sube a la cifra a 30.000 millones, mientras que Cisco Systems los cifra en no menos de 50.000 millones.

Por esta razón muchas empresas consideran que estamos frente a la próxima evolución de Internet, entrando en una nueva etapa de conectividad y desarrollando la Internet Industrial.

Pero para que esta tecnología se transforme en una verdadera disrupción transformadora que puede cambiar nuestra forma de vivir, trabajar, aprender y comprar se debería también abordar y desarrollar temas complejos como la unificación de los estándares, la interoperabilidad, la privacidad y protección contra ataques maliciosos, o los derechos de propiedad intelectual, entre otros temas.

Finalmente, no debemos de olvidar que el impacto de IdC, así como las TIC en general en el sector público puede ser de una envergadura considerable, ya que puede ayudar a aumentar considerablemente la eficiencia en ese sector: “hacer más con menos”.

Esto se logra a través de programas para potenciar la interoperabilidad entre los distintos sectores de la Administración pública, ya sea nacional; provincial o municipal, sea administración centralizada o descentralizada.

El desarrollo de la economía digital depende del entorno donde se desarrolle, de cuestiones culturales, del nivel formativo del país, de la iniciativa privada, de la actitud de la población, pero también, del entorno legal y de las políticas públicas de cada país.

Contar, por un lado, con un ecosistema de innovación activo que fomente las inversiones, y además, con instituciones y políticas que aseguren la generación de sinergias entre la difusión de las nuevas tecnologías y el cambio de la estructura productiva hacia sectores más intensivos en digitalización y el conocimiento, permite aprovechar el potencial de las TIC.

Según sugiere un estudio del Banco Mundial, una de las condiciones para que el ecosistema de las TIC se fortalezca, de forma tal de fomentar la creación de nuevas empresas y negocios, es disponer de un sistema regulatorio que facilite la interacción en los mercados y proteja el interés público sin obstaculizar innecesariamente el desarrollo el sector privado.

Entre las políticas reconocidas para tal fin se pueden nombrar el fomento vía la creación  de esquemas impositivos que alienten al sector,   el mayor acceso al financiamiento para la inversión en infraestructura y esquemas de promoción del emprendedorismo, a través del acceso a capital financiero y regulaciones que apoyen este tipo de innovaciones. 

Desde la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) compartimos la necesidad de promover a la industria de las TIC por considerarla estratégica para el desarrollo del país de cara a los próximos años.

Para promover no sólo el desarrollo digital de nuestra economía, sino de todos los aspectos del sector público y privado de nuestra nación, Argentina necesita una estrategia clara, un plan creíble, una financiación adecuada y una agenda estructurada. 

Por ello, abogamos por el fortalecimiento de los procesos de diálogo institucional entre la dirigencia política, la sindical, empresarial y la sociedad civil en su conjunto, que permitan en forma consensuada consagrar  políticas de estado en temas centrales de las TIC para el desarrollo integral y sustentable de nuestra economía nacional, conforme un marco legal adecuado. 

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