Gustavo Segré, analista político residente en San Pablo hace varios años, habló sobre el escándalo de corrupción de Petrobras que salpica al gobierno de Dilma Roussef y el de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, y comentó: “No me parece que tengan participación directa, por lo menos hasta ahora”.

Sin embargo, afirmó que “el 62% de los ciudadanos quiere que Dilma se vaya”.

Altos empresarios de la empresa Petrobras (Petróleo Brasileiro SA) están implicados en una trama de sobornos y lavado de dinero que transfirió cientos de millones de dólares de la petrolera a los bolsillos de empleados, contratistas y políticos.

El viernes pasado La policía federal brasileña arrestó a 18 personas, incluyendo a Renato Duque, ex director de Servicios de la empresa. En el marco de estas detenciones, este lunes cayó José Dirceu, ex jefe de gabinete de Lula Da Silva. Segré indicó que es un evento “terrible” ya que “este hombre fue quien tenía el poder en el primer gobierno de Lula”. 

Asimismo, el analista sostuvo que “Dirceu es preso por primera vez en el escándalo del Mensalao dónde el Partido de los Trabajadores (PT) tomaba dinero de préstamos que nunca pagaba. Le pagaban a los congresistas para que aprobaran las leyes que Lula enviaba” y agregó: “Lo que mencionan las informaciones que los fiscales y el juez Moro tienen, es que a diferencia de Mensalao, en este caso hay muchísimas pruebas de enriquecimiento ilícito de él como persona, no solamente para el partido”.

“Hay 6 arrepentidos. El juez Moro no indicó sus nombres pero hay uno, Renato Duque, quien fue puesto en Petrobras como ejecutivo de la cuota del Partido de los Trabajadores por José Dirceu”, indicó. 

Consultado sobre cómo esto afecta el gobierno de Rousseff, Segré sostuvo: “Yo creo que Dilma zafa de este escándalo, no creo que haya ninguna prueba ni ninguna sospecha sobre ella” y agregó que “Lula también escapa a Petrobras pero no de las investigaciones sobre las empresas”.

“Lo que se vislumbra aquí es que hay un escándalo de corrupción dónde se inflaban los valores de los contratos para que parte de ese dinero vuelva al PT”, afirmó.

Segré concluyó que “el problema mayor de Dilma no está en el escándalo de Petrobras sino en la aprobación de las cuentas de sus mandato en el 2014. Esto debe ser resuelto el hasta el 12 de agosto por el Tribunal de Cuentas de la Unión”. Según el analista, si el Congreso no aprueba estas cuentas “Dilma se tiene que ir porque estaría infringiendo la ley de responsabilidad fiscal, ya que utilizó recursos de bancos públicos para financiar programas sociales”.