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¿Tiene techo?: el blue encontró nuevo piso y ya superó después de un año al "dólar de convertibilidad"

La cotización de la divisa informal venía corriendo por debajo de la relación que surge de comparar los pesos que circulan en la economía con las reservas
26/08/2015 - 10:00hs
¿Tiene techo?: el blue encontró nuevo piso y ya superó después de un año al "dólar de convertibilidad"

Como si estuviera empeñado en contrariar a Axel Kicillof, el dólar blue se resiste a dejar de ser noticia.

Es que no sólo sigue batiendo récords (ayer martes cerró a $15,97 luego de tocar un máximo de $16,07) sino que -por primera vez en casi un año- superó el techo fijado por el llamado "dólar de convertibilidad".

Este último surge de comparar las reservas del Banco Central con la base monetaria. En otras palabras, mide cuántos pesos circulan en la economía por cada billete verde de respaldo que hay en la caja oficial.

La actual situación lleva a la pregunta sobre si el precio del paralelo obedece a razones meramente económicas o si, en realidad, hay otros factores que están ejerciendo influencia.

Durante los últimos meses, quienes pronosticaban una alza del blue como algo inexorable recurrían siempre al mismo argumento: afirmaban que aún tenía potencial de suba porque se ubicaba por debajo de la relación "pesos-dólar" que iba marcando el llamado índice de convertibilidad.

Ahora esa premisa no está tan clara, luego de haber sobrepasado incluso ese techo.

Hay quienes creen que lo que influyó en la disparada de estos últimos días fue el ruido político, que incluyó declaraciones de Silvina Batakis -asesora de Daniel Scioli- respecto del bajo nivel de reservas del Banco Central.

Otros opinan que el mercado está protegiéndose por adelantado ante una devaluación que considera inexorable. La gran demanda de bonos dólar-linked (títulos que pagan lo que pueda subir el billete verde oficial más un plus) es una prueba más que elocuente de tal expectativa.

Blue y convertibilidad, de la mano

El llamado dólar de convertibilidad -que no se transacciona sino que es apenas una referencia- ha sido varias veces denostado por el Gobierno. En particular por Axel Kicillof.

El ministro rechaza el criterio según el cual el precio del billete verde debe guardar relación con el valor que surja de dividir la base monetaria (pesos) con las reservas (dólares). Por cierto, hay economistas que convalidan en parte sus dichos.

"Es una deformación que nos quedó en la cabeza después del 1 a 1, no me gusta tomarlo como referencia", apunta Federico Muñoz.

Y agrega: "Si bien hoy no estamos en la situación de aquel entonces y el dólar no tiene por qué valer esa cifra, lo cierto es que hay una correlación bastante estrecha entre el blue y el dólar convertibilidad".

Al igual que otros analistas, Muñoz afirma que "cuando el mercado ve que el primero está por debajo del segundo compra, porque lo considera barato. Para los inversores, funciona como una guía".

Tal es así que desde que se instauró el cepo cambiario hasta hoy, ambos han ido de la mano en su camino alcista, como puede observarse en el siguiente cuadro que da cuenta de la marcada correlación entre ambos:

Así las cosas -frente a un volumen de pesos que crece en relación a los dólares que hay en el país- el tipo de cambio de convertibilidad trepa y la cotización del informal acompaña.

En algunos períodos la brecha se agranda, en otros se hace más estrecha, pero lo cierto es que el primero ha venido siendo una suerte de "techo", del segundo. Una cifra tope que daba cuenta del potencial de suba que podía tener el blue. Se rompió un techo

Lo que sorprende ahora, es que ese techo se haya perforado, ya que el actual nivel del billete informal ($15,97) sobrepasó al de convertibilidad ($15,77).

La pregunta es por qué. ¿Acaso el primero ha escalado más rápido de la cuenta? ¿O es que el segundo dejó de ser referencia?

Los analistas dan algunas pistas a estos interrogantes.

"El dólar de convertibilidad ahora está distorsionado. Porque en esa relación entre pesos y reservas -que mide $15,77- no se está incluyendo la emisión de moneda local que realiza el Banco Central vía títulos Lebac", apunta el economista Enrique Szewach.

Considera que si se incluyesen estos "pagarés" (que el BCRA otorga a los bancos por depósitos en pesos y que pagan un interés) el tipo de cambio de convertibilidad -en el plano teórico- podría superar la referencia de $20.

Los analistas consultados señalan que, además de ello, los inversores toman nota de otro aspecto clave: una cosa son las reservas teóricas que informa la entidad (los u$s33.000 millones que incluyen swaps, encajes y otros conceptos) y otra muy distinta son las líquidas.

"En resumen- considera Szewach- las reservas ya no son todos los dólares que dicen que hay, ni los pesos que circulan son los que figuran como base monetaria".¿Cuánto vale el dólar?

Los economistas tienden a creer que si hubiera un dólar libre no valdría el precio actual del blue, sino un valor intermedio entre el tipo de cambio oficial y el informal.

Sin embargo, creen que la mezcla entre una maquinita de imprimir pesos que funciona a plena capacidad y una escasa oferta de billetes verdes que no satisface la demanda del sector privado lleva a la situación actual en la que ninguna cotización parece ser el techo.

"Es exagerado el dólar a $16, pero también a $9,50. Cuando se miran los últimos diez años, surge que el atraso del tipo de cambio real es de 45%", considera Christian López, presidente de Consultatio Asset Management.

Este ejecutivo (que maneja 13 fondos de inversión con un patrimonio de casi $5.500 millones) señala que el tipo de cambio de equilibrio tendrá que ubicarse entre $13 y $14, cerca del que surge actualmente del contado con liquidación.

"Para volver a un valor que equilibre esta situación será inevitable un proceso devaluatorio. La única duda es si ocurrirá a través de un proceso gradual o de un shock", pronostica.

Al igual que López, hay otros economistas que también vislumbran que pagar por el dólar 16 pesos es muy caro, al menos desde el punto de vista de los fundamentos teóricos.

Pero claro, a ese componente hay que sumarle el aspecto "emocional" que contempla el temor que generan los cambios que llegarán con el próximo Gobierno.

"Los temores, la expectativa de devaluación, la historia económica argentina, los promesas incumplidas por partes de distintos gobiernos, la tradición de resguardar sus ahorros... todo eso se refleja en la cotización del blue", señala Jorge Todesca, ex vice ministro de Economía.

Él es otro de los que cree que, "gane quien gane, no le quedará otra que tocar el tipo de cambio".La campaña y el termómetro

¿Hasta dónde puede llegar el dólar? Por lo pronto, la mirada de los operadores de la city está puesta en el factor político, al que le atribuyen buena parte de los sobresaltos de las últimas semanas.

En la plaza cambiaria el consenso es que, más allá de los discursos, sea quien fuere el que asuma, no le quedará otra que sincerar el tipo de cambio y arreglar las distorsiones de la economía.

No obstante, están los que creen que tal decisión no será exclusiva del Gobierno de turno.

Al igual que las historia reciente (incluida la devaluación del 2014), habrá otro protagonista que ejercerá una marcada influencia en esa decisión y el que en definitiva oficiará de "árbitro".

Es, ni más ni menos, que el propio mercado. Un mercado que ya ha comenzado a tomar sus recaudos en materia inversora y que terminará definiendo si los cambios que se avecinan se harán de modo gradual o "de un saque".

China metió la cola

La principal misión de los operadores es ganar dinero. Para lograrlo, necesitan adelantarse a los acontecimientos y tener buen olfato, tras evaluar indicadores que surgen del plano internacional y local.

En el primer caso, la noticia más relevante de estos días viene siendo la debacle de la bolsa de Shanghai y su enorme gravitación en los precios de acciones, bonos, materias primas y monedas.

Para quienes siguen de cerca la evolución de los mercados globales, lo sucedido en las últimas jornadas no hace otra cosa que sumarle más presión a la llamada guerra de divisas. Esta cadena de devaluaciones de los distintos signos monetarios cobró mayor intensidad a partir del 11 de agosto, cuando el Banco Popular de China devaluó en forma sorpresiva el yuan.

La mayoría de las monedas de los países emergentes comenzaron a debilitarse frente al dólar como forma de compensar la caída del precio de las materias primas. Hubo pocas excepciones a la regla, como por ejemplo el peso argentino y el bolívar venezolano.

Si todas las monedas se devalúan -no así la local- en un contexto en el que se derrumba el precio de la soja, el saldo comercial se debilita.

De hecho, tal como diera cuenta iProfesional, el tipo de cambio real actual ($0,93) ya es menor al de la salida de la convertibilidad, lo que lleva al mercado a asignarle grandes chances a que ocurra una corrección cambiaria en el país, en un contexto en el que a las economías regionales se las hace cada vez más difícil exportar.

Se suma un contexto interno teñido por la política -afectado por un clima que se va enrareciendo a pocas semanas de las elecciones presidenciales- y algunos factores de índole económica que generan mayor volatilidad.

Entre ellos, la decisión no escrita por parte de la AFIP de reducir cerca de un 30% los montos destinados a "tenencia".

La medida, que se tomó con el objeto de tratar de aliviar el drenaje de reservas, fue contraproducente: por un lado avivó la demanda de dólares informales y, por otro, redujo la oferta de divisas en el mercado, lo que metió mayor presión a la cotización.

Además, luego de conocidos los números fiscales (que apuntan al cierre del año con un déficit comparable con los de los años '80) la percepción en la city es que se está dando un efecto de protección por adelantado ante una corrección devaluatoria post-elecciones.

Más allá de algunas presunciones, existen varias certezas. Una de ellas es que el vencimiento del Boden2015 a principios de octubre (que implicará una erogación que podría llegar a los u$s6.300 millones) impactará directamente en las reservas del Central.

Como si fuera poco, el propio Alejandro Vanoli terminó por reconocer que existe el cepo y que no se puede levantar porque, de hacerlo, las tenencias de la entidad resultarían insuficientes ante la exacerbada demanda del público.

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