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La obsesión por "llegar a la meta" que tienen este tipo de personas genera que sean muy críticas consigo mismas y ello las hace caer en la depresión
28/08/2015 - 15:51hs

El perfeccionismo es una de las características que más se escuchan pronunciar en las entrevistas laborales como algo positivo, pero esta obsesión por obtener los resultados deseados puede ocultar, en realidad, consecuencias completamente negativas.

"Lo que los individuos no siempre ponen en la balanza es cuáles son las consecuencias que puede traer al cuerpo y a la mente el hecho de enfocarse sólo en metas y objetivos".

De acuerdo con el diario El Mundo, hay dos características que definen a las personas que son esencialmente perfeccionistas: son muy críticas consigo mismas y son incansables en la búsqueda de cumplir con sus metas.

"Hasta que no consigue lo que busca, no para", es la típica frase con la que se los reconoce.

Sin embargo, hay dos aspectos muy negativos asociados con el perfeccionismo. Estos son la ansiedad y el sufrimiento que pueden generar depresión y estrés.

"Una persona perfeccionista es aquella que en todo momento está sufriendo y fomenta su inseguridad, ya que quiere llegar a una perfección tal que, o cree que la consigue o no dará por terminada la acción que realiza. Lo normal es que pierda tanto tiempo en realizar acciones cotidianas que tenga que descuidar su vida personal", explica Fernando Miralles, profesor de Psicología de la Universidad CEU San Pablo.

Hay que tener en cuenta que el perfeccionismo está fuertemente vinculada con la falta de confianza de la persona en sí misma. Además, en muchos casos, estas personas tienen actitudes rígidas y controladoras.

"Sienten una gran presión que les produce mucho sufrimiento: nunca están conformes con el resultado de sus acciones y rechazan cualquier error o imperfección, relacionándolo con una falta de valía personal", afirma Josefa Perez, presidenta de la Asociación Nacional de Psicólogos clínicos y sanitarios (ANPCS).

Modificar esta visión del mundo es necesario para poder vivir de una manera más sana y no sentirse asfixiado por los objetivos.