La industria local comenzó a tomar medidas para amortiguar el impacto de la fuerte devaluación en Brasil y llamar la atención a las autoridades por los problemas de competitividad, en medio de las tensiones entre los empresarios y el Gobierno por el dólar y las barreras a la importación, y a dos meses de las elecciones presidenciales.

Luego de que algunas automotrices pusieran un freno a su producción, la principal fabricante de cubiertas del país, Fate, decidió seguir el mismo camino y suspenderá a su personal esta semana, por segunda vez en el año. La medida fue adoptada tras haber llegado a un acuerdo con el Sindicato del Neumático (Sutna), encabezado por Pedro Wasjeko, rerente de la CTA kirchnerista.

La empresa había reiniciado un plan de inversiones, pero el contexto económico la ha forzado a que las exportaciones perdieran relevancia en su mix de ingresos. Y esas ventas externas eran las que contaban con mayor valor agregado.

Hoy, como muchas de las industrias emblemáticas del modelo industrial K, no puede disimular la erosión que el retraso cambiario está provocando sobre sus números.

La compañía notificó en forma individual a sus trabajadores que el miércoles paralizará la planta de San Fernando en su totalidad y que el jueves sólo trabajará la mitad de los 1.860 operarios, según confirmó a iProfesional la delegación zona norte del Sutna, que rechaza la medida y está enfrentada a la conducción nacional del gremio.

Durante ambas jornadas, los operarios percibirán el 75% de su jornal básico, más base del premio, como ya lo habían hicieron en abril pasado cuando la firma perteneciente al Grupo Aluar presidido por Javier Madanes Quintanilla había suspendido a los trabajadores por dos días.

Lo que llama la atención esta vez es que el ajuste anunciado contrasta con el crecimiento que experimentó la empresa en el último tiempo. De hecho, Fate viene de realizar importantes inversiones con la instalación de máquinas de alta tecnología, y acababa de incorporar a 40 personas, tras realizar entrevistas en julio para cubrir 200 puestos, que convocaron una fila de cuatro cuadras.

"Fate continúa siendo así el mayor fabricante de cubiertas de la Argentina y el mayor generador de empleo de esa industria", dijeron a este medio fuentes de la compañía.

Sin embargo, la empresa ahora advierte que una parte importante de la nueva capacidad productiva, en particular en la sección de neumáticos radiales para camiones, se encuentra ociosa debido a la menor demanda interna y a las dificultades para exportar a Brasil, adonde la firma llegó a destinar más de un 20% de sus productos.

Entre los industriales, hay incertidumbre por el fallo de marzo de la Organización Mundial de Comercio que obliga al Gobierno a abandonar a fin de año las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), un dispositivo que desde 2010 funcionó como una barrera a la competencia externa y que al levantarse podría dejar fuera del mercado a numerosos rubros. En el caso de Fate, el mercado interno hoy absorbe la mayoría de las 390.000 cubiertas que produce por mes. 

En cuanto a las exportaciones, la fabricante coloca 30.000 unidades en el país vecino, mientras que su plan es vender entre 100.000 y 120.000 por mes. Se trata de una porción reducida en relación a la producción total de la planta, pero que afecta su facturación porque una parte importante de las ventas externas son destinadas a camiones, cuyo valor es ocho veces mayor a sus productos para automóviles.

Como resultado, los nuevos puestos de trabajo previstos permanecen vacantes y las incorporaciones apenas llegan a cubrir las bajas habituales, argumentan desde la empresa.

Los motivos aducidos por la firma implican un giro en relación con la situación que enfrentó en abril. En aquel entonces, había alegado una caída en las ventas, producto de la devaluación del real y el deterioro del mercado automotor vecino.

Esta vez, en cambio, la fabricante líder no sólo culpa al frente externo sino que, en sintonía con la postura crítica de otros sectores industriales, también observa con preocupación los problemas de la economía local, en un tiro por elevación al Ejecutivo. "Acá no vendemos ni afuera ni adentro", dicen fuentes de Fate.

Según el Estimador Mensual Industrial que mide el INDEC, la producción de neumáticos subió 5,6% en julio, respecto del mismo mes del año pasado, mientras que registra una caída acumulada del 1% en el primer semestre, en comparación con enero-julio del 2014.

Tensiones pre electorales

El freno en la producción de cubiertas llega en momentos que el sindicato no pudo cerrar todavía la paritaria del sector y enfrenta las presiones de los sectores opositores en Pirelli y Fate, donde el último plebiscito llevado adelante por el oficialismo obtuvo un rechazo del 40 y el 70%, respectivamente.

En la planta de San Fernando, los operarios se encontraban en plena discusión de una mejora en el convenio vinculada al premio celular, que conforma el 50% del jornal. La fabricante ofrecía llevarlo al 12% (unos 4 puntos adicionales por encima del aumento salarial 29% que pretendía firmar Wasejko), mientras que la comisión interna reclama elevarlo al 26,5%.

Sin embargo, las medidas acordadas entre la empresa y el gremio frenaron en seco la negociación y sorprendieron a la seccional opositora de San Fernando, donde aseguran que "no hay una situación de crisis" que motive el parate, que vino a sumarse al de General Motors, Fiat, Volkswagen y Ford.

De acuerdo con los datos del Sutna San Fernando, si bien la producción no está en el tope de su capacidad, la situación no reviste la gravedad de otros momentos, por lo que no podría denominarse el momento actual como crítico. La fabricación de neumáticos para autos y camionetas en Fate se mantuvo firme en los últimos tres meses en torno a los 339.000 por mes, mientras que las destinadas a camiones y micros alcanzaron en agosto las 51.000, casi 10.000 más que en abril pasado. 

Por ello, los trabajadores del neumático se quejan por la falta de previsión y la manera drástica con la que se están implementando las suspensiones. E insinúan que, más que una crisis productiva, lo que ha motivado las medidas drásticas es un deseo de llamar la atención de las autoridades y la opinión pública.

"La gran cantidad de horas extras, el ingreso de nuevos compañeros, el llamado a trabajar en los feriados no habla de una crisis real (o por lo menos no se trata de evitar el sobre stock), más bien aparenta una maniobra política para pedir favores al gobierno y una pronta devaluación", dijo Alejandro Crespo, vocal del Sutna San Fernando.

En los últimos días, la subida del blue que llegó a tocar los $16 motivó críticas del empresariado al "atraso cambiario". Desde la Bolsa de Comercio, Cristina Kirchner salió a defender el miércoles pasado el manejo del tipo de cambio y advirtió que sería un "error" devaluar, una postura que al día siguiente fue replicada por el equipo de Daniel Scioli.

En paralelo, algunos medios oficialistas apuntaron en los últimos días contra los principales industriales del país, que en lo que va del año redujeron la producción y ajustaron sus costos laborales.

En esa línea, el periodista del canal C5N Roberto Navarro caracterizó a Madanes Quintanilla como uno de los "capos del círculo rojo" y dijo que, junto a los titulares de Arcor, Techint y Fiat, el empresario buscaría una devaluación, ajuste y apertura comercial.