El ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, cuya vuelta a la política se rumorea desde hace meses, dijo que volverá a presentarse a las elecciones en 2018 “si es necesario” para ganar a la oposición.

El ex mandatario, quien inició esta semana una gira por varias regiones de Brasil para tratar de contener la crisis política que afecta al gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff, dijo que “si fuera necesario irá a la disputa electoral] y voy a trabajar para que la oposición no gane las elecciones”.

Explicó que de ahora en adelante va a intensificar sus actos políticos y sus apariciones en la prensa, “porque veo a mucha gente que ya gobernó el país, que fue diputado, gobernador, y no hizo nada, y ahora da lecciones como si fuera el salvador de la patria”.

No es la primera vez que Lula abre la puerta a un retorno a la política, mientras su formación —el Partido de los Trabajadores, que gobierna Brasil desde hace 13 años— le propone abiertamente como el mejor candidato para 2018.

Lula, quien gobernó al país entre 2003 y 2010, cuando Brasil vivió su mayor índice de crecimiento económico en la historia reciente, admitió que Rousseff se equivocó en la gestión económica, el mismo día que se anunció que la economía del país cayó un 2.6% en el primer semestre y entró en recesión.

 “Lógico que se equivocó. Si no hubiera habido error, no estaríamos donde estamos, y Dilma reconoció que se equivocó”, dijo Lula, quien aseguró que la situación “en 2016 comenzará a mejorar”.

Considerado el ‘padre’ de los programas sociales que han sacado de la pobreza a más de 30 millones de personas en Brasil durante la última década, la crisis política y económica que vive actualmente Brasil también impactó a la popularidad de Lula.

Datos del Instituto Datafolha, publicados en abril, indicaban que la aceptación de Lula cayó entre la población brasileña, que en un 71% le consideraba en 2010 el mejor presidente de la historia de Brasil.

En junio, la policía brasileña informó que estaba investigando las donaciones de una constructora brasileña -Camargo Corrêa- por valor de tres millones de reales (un millón de dólares) al Instituto Lula, del ex presidente.

Se trataba de la primera vez que el nombre del ex presidente Lula aparecía mencionado directamente en las investigaciones de la Operación Lava Jato, que investiga el desfalque de cientos de millones de dólares desde la petrolera estatal Petrobras a través de sobrefacturación de contratos y comisiones.