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¿Cómo impacta en Argentina?: el real toca su nivel más bajo desde 2002 y Dilma puede perder la Presidencia

 Las empresas argentinas están en alerta, ya que la nación vecina compra el 40% de los bienes que se exportan. Así, el déficit comercial se triplicó
02/09/2015 - 14:11hs
¿Cómo impacta en Argentina?: el real toca su nivel más bajo desde 2002 y Dilma puede perder la Presidencia

Existe un "código de convivencia" que rige entre los países del "vecindario". No está escrito pero todos los miembros conocen sus lineamientos básicos.

Se trata de una suerte de "pacto de no agresión", por el cual, cuando una de las naciones que forma parte del Mercosur está encarando un proceso eleccionario, las demás deben evitar el más mínimo roce diplomático o comercial

En 2011, por ejemplo, en momentos en que las trabas a las importaciones estaban al rojo vivo, los gobiernos de Brasil y Uruguay esperaron pacientemente a que Cristina Kirchner pasara el test de las urnas, antes de realizar cualquier reclamo público. 

Contrariando ese "código de convivencia", la administración de Dilma Rousseff está generando un gran foco de tensión en el equipo económico que comanda Axel Kicillof

Sucede que el real brasileño sigue debilitándose y marcando récord tras récord. Este martes, llegó a rozar los 3,70 por billete verde, su valor más bajo desde diciembre de 2002. 

Sobre el cierre de la jornada, apenas cedió un centavo para concluir en un valor de 3,69, un número que genera nerviosismo, tanto entre los funcionarios de la administración K como entre los empresarios locales. 

Cabe destacar que en los últimos 12 meses, el real se devalúo más de un 50% en términos nominales. Este movimiento encendió todas las alarmas, dado que esa nación, en años de bonanza, compra el 40% de los bienes industriales que exporta la Argentina (ver cuadro). 

¿Por qué se desploma el real? 

En diálogo con iProfesional desde San Pablo, el analista Gustavo Segré destacó que "hubo dos noticias que impactaron en el ánimo de los inversores y esto se reflejó en el mercado cambiario". 

"En primer lugar, Elho Bicudo, uno de los fundadores del Partido de los Trabajadores junto con Lula da Silva, pidió el juicio político para Rousseff. Esto causó una fuerte conmoción política en Brasil", afirmó el experto. 

Por otra parte, "un fiscal ante el Tribunal de Cuentas planteó que la Presidenta se benefició electoralmente del aumento del gasto público. Y lo hizo denunciando unas quince irregularidades cometidas por Dilma".  

Esto, para Segré, no hizo más que incrementar la tensión, dado que "el mes próximo el Tribunal de Cuentas tendrá que dar su veredicto tras realizar una auditoría sobre las cuentas públicas. Si este tribunal y el Congreso rechazan los números que presentó la mandataria, automáticamente se inicia un juicio político". 

Para el analista, "los datos que está arrojando la economía de Brasil son francamente desalentadores. El presupuesto presentado por el oficialismo asume que habrá déficit el año próximo. Esto implica que el Gobierno deberá endeudarse más para cubrir las obligaciones. A esto se suma un desempleo que está en aumento y un PBI en decrecimiento. Esto, por sí solo, implica un escenario de alto riesgo para las calificadoras. Por eso consideramos que la pérdida del investment grade, o grado de inversión segura, es inminente". 

"Esto, lógicamente inquieta a todo el mercado. Por eso hay salida de capitales y esto debilita aun más al real", afirmó Segré.  

En tanto, el economista Ramiro Castiñeira sostuvo que “el Banco Central brasileño decidió no sacrificar ni un dólar de las reservas acumuladas para defender la moneda, como sí suele hacer la Argentina. El problema es que la devaluación conllevó a una caída del consumo en general y de lo importado en particular”. 

De hecho, como consecuencia de esta debilidad del real, el gobierno de Dilma Rousseff informó este martes que logró un superávit comercial de casi u$s7.300 millones entre enero y agosto, su mejor resultado para el período desde el año 2012, principalmente por un desplome de las compras al mundo, lo que está perjudicando a las empresas albicelestes.  

Según el Ministerio de Desarrollo del país vecino, en agosto el intercambio entre la Argentina y Brasil volvió a contraerse, acumulando así 23 meses consecutivos de caída

Desde la consultora Abeceb advirtieron que las exportaciones están desplomándose a una tasa mayor que las importaciones, lo que está profundizando el déficit comercial con esa nación. 

De acuerdo con el análisis de la consultora, los envíos se derrumbaron cerca de un 30% en agosto, mientras que las compras de productos brasileños cayeron a un ritmo menor, del orden del 12%. 

Así las cosas, el saldo comercial arrojó una cifra negativa de casi u$s250 millones ese mes, muy por encima del déficit de u$s85 millones que había dejado el mismo período del año pasado. 

Dado que los envíos están cayendo a una tasa superior que las importaciones, el rojo acumulado en lo que va del año no hizo más que incrementarse: el déficit ya suma unos u$s1.500 millones, una cifra que triplica el registro de igual lapso de 2014. 

El nuevo "efecto caipirinha"A fines de los años ‘90 estaba en boca de todos la expresión "efecto capirinha". No era más que una metáfora con la que se hacía referencia a la enorme crisis que estaba castigando a la economía brasileña y, principalmente, daba cuenta de los coletazos que ésta tenía sobre la Argentina. 

Las exportaciones hacia ese destino se desplomaron, se profundizó el deterioro de la economía doméstica y se disparó la tensión cambiaria. Todos los sucesos derivaron, unos años después, en la megadevaluación que puso fin al plan de convertibilidad diseñado por el ministro Cavallo

Los analistas ya hablan de un “efecto capirinha” versión 2015 que, si bien no tiene la magnitud del "tsunami" que se desató hace casi 20 años, está agravando los problemas que arrastra la economía comandada por la administración K. 

A la fuerte depreciación del real se sumó otro dato clave y es que Brasil entró “oficialmente” en recesión en el segundo trimestre del año, dado que su PBI cayó un 2,6% frente al mismo lapso de 2014, acumulando además dos períodos consecutivos con tasas negativas. 

Al trazar una radiografía por sectores, se observa que la caída de las exportaciones hacia Brasil está explicada mayormente por el sector automotriz, ya sea por los menores envíos de vehículos como de autopartes. También se registran fuertes bajas en minerales, combustibles, metales y sus manufacturas

"Entre los factores que explican esta baja se combinan los menores precios junto con una menor demanda brasileña. Sin embargo, también debe tenerse en cuenta el deterioro de la competitividad de las exportaciones argentinas, agravado con las sucesivas devaluaciones del real", advirtieron desde Abeceb.

Sobre este último punto, un análisis de Consultora Ledesma revela un dato preocupante: si se toma como base el año 1998, el tipo de cambio con Brasil arrojó en julio una relación de 0,76 pesos por real (descontando la inflación en ambos países). 

Para tener una referencia, basta saber que en 2012 ese mismo indicador estaba en $1,64. De modo que, en poco más de tres años, el colchón de competividad cambiaria se desplomó cerca de un 55%

Peor aun, los datos correspondiente al mes de agosto, según la consultora, arrojan que esta cifra “ya alcanzó el mismo nivel crítico que se registraba en el período que se inició entre 1999 y 2001”. Es decir, el lapso en el cual se desató la crisis de los dos mayores socios del Mercosur.   

Así las cosas, de acuerdo con un análisis de Segré, la participación del "Made in Argentina" en el total de importaciones brasileñas cayó por debajo del 6%. 

"Se trata del peor nivel en más de quince años. Es una muestra irrefutable del terreno que han ido perdiendo las empresas albicelestes en ese mercado estratégico", afirmó el analista.

Además, el experto destacó, por la continua pérdida de competitividad cambiaria, muchos de los productos nacionales fueron reemplazados en ese país por artículos de Asia, Estados unidos y el resto de América latina

El panorama no da vistas de revertirse en el corto plazo. Y será un nuevo problema que deberá enfrentar la próxima gestión que, precisamente, no gozará del viento de cola que tuvo el kirchnerismo durante la "década ganada". 

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