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Venta de motos, indicador preferido de CFK, se volvió un boomerang y muestra el agotamiento del modelo

La venta de motos, el indicador preferido de CFK, se volvió un boomerang y muestra el agotamiento del modelo
03/09/2015 - 14:17hs
Venta de motos, indicador preferido de CFK, se volvió un boomerang y muestra el agotamiento del modelo

En tiempos de “guerra de monedas” y con el principal socio comercial de la Argentina, como es el caso de Brasil, en plena crisis, Cristina Kirchner dejó en claro cuál es la estrategia oficial para sobrepasar el tembladeral: potenciar la demanda doméstica. 

La mandataria ya avisó que bajo ningún aspecto propiciará una nueva devaluación del peso para compensar el debilitamiento de las demás monedas frente al dólar, bajo el argumento de que eso implicará “barrer y destruir el único dique de defensa que nos queda: el mercado interno”. 

Incluso, en el marco del Día de la Industria hizo un llamado a "sustituir exportaciones". Es decir, a vender adentro lo que no compran los socios comerciales. 

Con esas palabras, la Presidenta intentó responsabilizar por el desplome de los envíos al mundo –que en lo que va del año acumulan una baja del 17%-, a factores puramente exógenos, como la devaluación del real o la caída de los precios de los granos.

Así, el Gobierno evitó hacer alguna referencia a una variable clave como la pérdida de competitividad cambiaria. 

Por otro lado, está reconociendo implícitamente la estrategia de sostener el “dólar barato” con el objetivo final de apalancar el poder adquisitivo y llegar con más oxígeno político a las elecciones de octubre, aun a costa de profundizar la crisis de las economías regionales. 

El problema es que, mientras que algunos indicadores están jugando a favor del "relato" –como las ventas en supermercados, shoppings y comercios minoristas-, otros están empañando todos los esfuerzos oficiales por demostrar la fortaleza del mercado interno. 

El martes, por ejemplo, se conoció que los patentamientos de autos habían registrado en agosto una caída interanual del 6%, acumulando en lo que va de 2015 un desplome del 14%. 

Ahora, las malas noticias llegan de la mano del mercado de motos. El punto central es que se trata de uno de los productos más emblemáticos en la construcción del relato kirchnerista. 

En numerosas intervenciones públicas, Cristina Kirchner elevó a estos vehículos a la categoría de símbolo de la "inclusión social", dado que para una gran porción de los sectores de la población con menos recursos representa el medio de transporte al que pueden acceder. 

Cabe recordar que allá por el mes de abril, había hecho público su enojo con la prensa, que se había enfocado en destacar la caída en las ventas correspondientes al primer trimestre antes que señalar la variación interanual de marzo, que había arrojado la primera tasa de crecimiento, después de mucho tiempo en rojo. 

En economía se mide mes contra mes”, dijo en tono de reproche. 

La realidad es que, actualmente, se mida como se mida, al kirchnerismo no le conviene hacer referencia a ninguna de las cifras que está arrojando un mercado tan estratégico para el "relato" como lo es el de las motos. 

Si se considera sólo el dato de agosto, se observa una preocupante caída interanual del 7%, marcando así la segunda baja consecutiva tras cuatro meses de crecimiento. 

Ahora bien, si el comparativo se traza considerando el período enero-agosto, el panorama es incluso menos alentador: se observa una baja del 8% respecto a igual lapso de 2014.

Sin embargo, la crisis que afecta a esta actividad cobra mucha más relevancia al contrastar los valores actuales con los de 2013: en ese caso, el derrumbe es impactante, ya que se acerca al 40%. 

Así es como 2015 está arrojando el peor nivel de ventas en seis años (ver cuadro). 

Para el Gobierno, el hecho de que en apenas dos años las ventas se hayan desplomado en 175.000 unidades implica un paso hacia atrás, considerando que en este 2015 intentó poner todas las fichas para intentar reeditar un mini boom consumista de cara a las elecciones presidenciales

No es para menos: el BCRA le estuvo dando a full a la “maquinita” de imprimir billetes, a punto tal que el dinero circulante se viene expandiendo a un ritmo cercano al 40%, lo que se tradujo en una fuerte inyección de casi $150.000 millones el último año. 

Por otro lado, intentó potenciar los planes destinados al consumo, como es el caso del Ahora 12, iniciativa que permite comprar, en cuotas sin interés, motos de fabricación nacional que tengan un precio de hasta $23.000.

No sólo eso: el Gobierno también quiso procurar una recuperación en las ventas del sector mediante la aplicación del plan “Precios Cuidados”, que pasó a incluir a más de 30 modelos de 15 marcas distintas. 

La caída que está experimentando esta rama de actividad cobra más relevancia si se tiene en cuenta, además, que los salarios ya se actualizaron y que también pasó el cobro del medio aguinaldo.

Es decir, la contracción de las ventas se está dando a pesar de la recuperación del poder de compra en términos relativos frente a los valores de las motos. 

Un dato clave es que, a fines de 2014, el propio secretario de Comercio Interior, Augusto Costa, había dado su compromiso a los empresarios del sector de que el Gobierno iba a poner todas las herramientas disponibles para propiciar un salto en el nivel de patentamientos

Tras las garantías que les brindó el funcionario, la Asociación Argentina de Motovehículos presentó un ambicioso plan, que iba en línea con las proyecciones oficiales y que preveía 600.000 unidades vendidas para este 2015. 

El problema es que ya pasaron ocho meses y apenas se cruzó la barrera de las 300.000 motos patentadas. A esta altura, la meta inicial ya resulta prácticamente imposible de cumplir. 

Esto se debe a que entre enero y agosto se suelen concentrar el 70% de las ventas de cada año. Esto implica que hoy el mercado está en condiciones de cerrar el 2015 con un volumen global de patentamientos de apenas 400.000 unidades, lejos de las 600.000 proyectadas por los fabricantes y el propio Gobierno. 

¿Qué falló?

Si el BCRA inundó la plaza con pesos, el Ministerio de Economía garantizó las 12 cuotas sin interés y Comercio Interior obligó a los empresarios a contener los valores de algunos vehículos, ¿por qué no explotaron las ventas? 

El principal inconveniente es que el Gobierno intentó fogonear la demanda pero sin tener los dólares suficientes para “bancar” ese incremento. Es lo mismo que está sucediendo, por ejemplo, con el mercado automotor

Cabe destacar que si bien las estadísticas marcan que casi el 80% de los modelos de motos que se patentan son nacionales, el nivel de integración de componentes realmente locales es bajo

Por caso, uno de los últimos proyectos de inversión anunciados por el Gobierno, que corrió por cuenta de Yamaha, comenzó con un "contenido argentino" real de tan sólo el 14%, con la expectativa de llevarlo al 32% hacia fines de 2015.

En otras palabras: para propiciar un boom de ventas, entonces se necesitan dólares, el bien “escaso” por excelencia en la Argentina de hoy. 

Las idas y vueltas que padece esta industria son un claro resumen de los problemas que arrastra toda la actividad por la falta de divisas. 

De hecho, a fines de julio el Gobierno anunció con bombos y platillos que los fabricantes de motos iban a poder acceder a un cupo de u$s40 millones durante un plazo de tres meses, unos u$s10 millones más que lo que venían recibiendo, para la importación de partes, piezas y motos completas. 

Sin embargo, luego de que bajó el ingreso de billetes verdes por la cosecha, la demanda por parte de ahorristas se potenció y se disparó la brecha cambiaria, la administración kirchnerista dejó de cumplir con lo acordado y la escasez de divisas se volvió una constante

"El sector de motos es uno de los más afectados por la falta de dólares", afirmó Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior, quien marcó una clara contradicción: "El Gobierno impulsa el Ahora 12 para que la gente compre este tipo de vehículos pero, por otro lado, a las empresas les niega los recursos para importar insumos". 

El presidente de una de las cámaras del sector, confirmó a iProfesional que "hay mucha preocupación en el sector, porque el Gobierno no está cumpliendo con el cupo que nos había asegurado en julio. Y hay riesgos de que se intensifique la falta de oferta en el último trimestre". 

Esta llamativa estrategia de querer potenciar el negocio de las motos pero, a su vez, no contar con todos los dólares necesarios para acompañar esa mayor demanda, no fue la única contradicción que protagonizó el Ejecutivo en este último tiempo. 

Otro de los grandes “símbolos” de la era kirchnerista, como los aires acondicionados, también dejaron al descubierto las paradojas del modelo.

Durante años, la administración K festejó los sucesivos récords de ventas de estos equipos, como una señal de una economía pujante. Sin embargo, luego la infraestructura no estuvo a la altura del mayor consumo de energía, lo que dio lugar a la ola de cortes de luz veraniegos, uno de los pasajes más amargos para el Gobierno.  

En boca de un empresario del sector, "el Ejecutivo festeja la venta de equipos pero luego prende una vela para que éstos no se enciendan". 

Y así como la industria de las motos refleja lo que pasa, a gran escala, con todo el aparato productivo nacional, también es un claro termómetro de lo que sucede con las economías regionales. 

¿Por qué? Porque el gran mercado para los fabricantes de estos vehículos está en el interior del país. De hecho, según el ranking de las 20 localidades donde más motos nuevas se venden cada año, sólo tres corresponden al Gran Buenos Aires. 

Así las cosas, hoy en la ciudad de Tucumán se vende más del doble que en La Matanza, Morón o La Plata. Otras ciudades fuertes del interior son Resistencia, Salta capital y la ciudad de Mendoza (ver cuadro). 

No por casualidad, estos mercados clave para este tipo de vehículos hoy están atravesados por la crisis que golpea a las economías regionales. Esto, lógicamente, se traduce en un menor ritmo de actividad en todas esas provincias y en una baja en el consumo. 

“Los sectores exportadores de materias primas y derivados -que representan casi dos tercios del total- se encuentran ahogados por la falta de competitividad generada por el dólar cuasi fijo, las devaluaciones de nuestros socios comerciales, el incremento interno de los costos, la falta de financiamiento, la inflación y la elevada presión tributaria”, resumieron desde E&R. 

Según el relevamiento de esa consultora, producciones estratégicas para varias provincias como azúcar, algodón, cítricos, vino, tabaco y arroz, “ya están trabajando con un nivel de competitividad más desfavorable que a fines de 2001, cuando se abandonó la convertibilidad”. 

Así las cosas, la caída en la venta de motos va más allá del mero dato estadístico: es una muestra de que intentar "bombear" el consumo interno sin dólares y con un ritmo de actividad golpeado por el atraso cambiario, es una estrategia que puede transformarse en un boomberang.  

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