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Los estudios realizados por una consultora privada estiman que el rojo fiscal de este año medido en términos del PBI estaría duplicando el de 2014
15/09/2015 - 10:08hs

El rojo en las cuentas del Estado va camino a convertirse en el máximo histórico de la era kirchnerista y se convertirá en un verdadero dolor de cabezas para el próximo presidente si no logra "domar" el gasto público.

Al menos así lo manifestó un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), que estimó que el déficit fiscal podría llegar a ser del 5,3% del PBI a fin de año. Es decir, una cifra que duplica el registrado en 2014.

El desfasaje se produciría debido a que, según los cálculos realizados por la consultora, el gasto nacional podría llegar a representar un 37,8% del PBI en 2015, mientras que los ingresos del mismo período estarían en el orden del 32,6% del PBI.

 

Esta tendencia es la que se repite desde el 2009. Como se puede observar en el gráfico, a partir de ese año se vienen sucediendo los déficit fiscales (a excepción del 2010, donde hubo un pequeño repunte del 0,2%).

Un detalle no menor, es que "la creciente preponderancia del gasto público dentro del producto de la economía, por encima a la de los ingresos, implica hacia el futuro una restricción de política económica".

Esto es así, según el IARAF ya que impone por un lado la necesidad de reunir cada vez más recursos, lo que dificulta la posibilidad de sostener el financiamiento del gasto sin generar condiciones negativas para la estabilidad y el nivel de actividad económica.

Y, por otro, debido a que es una fuerte restricción para encarar cualquier tipo de reforma tributaria que requiera una resignación de recursos fiscales.Un gasto insostenibleEl informe del IARAF realiza un detallado análisis del gasto público realizado durante la década comprendida entre 2004 y 2014, donde explica que "la participación del gobierno en la economía argentina pasó del 17,4% en el 2004 al 32,7% en el 2014". Es decir que representó "un aumento de 15,3 puntos porcentuales en los últimos diez años".

Eso no sería un problema si se tratara de una gran inversión en infraestructura. Sin embargo, sólo el 11% tuvo es destino, mientras que el 89% restante fue a cubrir erogaciones corrientes como sueldos a empleados estatales, seguridad social o subsidios.

Del análisis de estos datos se desprende que el principal aumento estuvo asociado al "Gasto en Seguridad Social (3,7 puntos del PBI), que explicó un 24% del crecimiento del tamaño del Estado".

"Con una participación del 20% en dicho crecimiento, le siguió el rubro Transferencias corrientes al sector público", destacó el IARAF.

Por su parte, los "subsidios a empresas privadas" y el "gasto en personal" contribuyeron cada uno con un 9% al crecimiento de la importancia relativa del gasto público dentro de la economía.

Dicho de otra manera, y tal como deja en evidencia el informe elaborado por la consultora dirigida por Nadin Argañaraz, "en conjunto estas cuatro partidas explicaron el 62% del mayor tamaño del Estado entre los años 2004 y 2014".Los ingresos suben, pero no tantoEl trabajo del IARAF destaca que los ingresos públicos también mostraron un aumento medido en términos del PBI durante el período. Claro está, la velocidad de crecimiento fue menor a la registrada en los gastos.

En los últimos diez años el incremento fue de 10,6 puntos porcentuales. En efecto, de un 19,6% registrado en el 2004, pasó al 30,2% en el 2014. Los dos factores que explican esa suba son los ingresos tributarios y las contribuciones a la Seguridad Social.

El primero aportó un 39% del crecimiento generado en la década, mientras que el segundo contribuyó con un 35%. No obstante, desde el Instituto resaltaron participación de las "rentas de la propiedad" que explicaron un 25 por ciento.

Si se analiza año a año, se puede observar que este tipo de ingresos que representó en 2006 apenas del 1%, fue ganando importancia con el paso de los años hasta convertirse en el 12% en 2014.Domar el gastoEl informe realizado por el IARAF deja en claro que el próximo presidente, sin importar la bandera política que levante, deberá reducir el gasto público para evitar agravar los actuales desequilibrios macroeconómicos.

Ocurre que el déficit fiscal se puede solucionar de dos maneras: generando ingresos suficientes para cubrir el rojo o disminuyendo las erogaciones.

La primera alternativa es la que menos futuro tiene, ya que en la actualidad la presión impositiva está en su máxima expresión y difícilmente pueda incrementarse. O, tal como indica el mismo informe, es una "clara restricción de política económica".

De esta manera, todo parece indicar que la alternativa será "domar" el gasto. Algo que se muestra complicado si se tiene en cuenta que para reducir el déficit a la mitad será necesario que las erogaciones tendrían que crecer "15 puntos porcentuales menos que los ingresos".

"Teniendo en cuenta que el gasto crece dinamizado principalmente por las erogaciones previsionales y el gasto asociado al empleo público, ambos con fuerte inflexibilidad a la baja, se abre el interrogante sobre cuáles partidas y con qué intensidad recaerá la contención, si es que se opta por esa alternativa", concluyó el IARAF.

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