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La Presidenta envió a Aníbal Fernández a desautorizarlo luego de que, en nombre de Scioli, habló de acordar con buitres
04/10/2015 - 10:14hs

El gobierno de Cristina Kirchner dejó trascender ayer el profundo malestar que causó en la Presidenta el discurso del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que ante los empresarios del Consejo de las Américas, en Nueva York -y en nombre del candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli- dio una seguidilla de definiciones políticas y económicas antagónicas con el discurso del modelo económico de la Casa Rosada.

En ese foro, con un tono crítico a la actual gestión, Urtubey prometió a los influyentes empresarios que Scioli buscará llegar a un acuerdo con los holdouts y colocar deuda en los mercados externos.Criticó la falta de inversión en energía y transportes, anticipó rebajas en las retenciones al agro y un saneamiento en las estadísticas del Indec.

La Presidenta le ordenó a su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández -candidato a gobernador bonaerense del FPV en la misma lista de Scioli-, que saliera públicamente a desautorizar a Urtubey. Fernández señaló que sus definiciones no representan al Gobierno ni al futuro gobierno y que son sólo expresiones aisladas de un gobernador del PJ.

"El enojo con Urtubey en Olivos se potenció especialmente por lo cerca que estuvieron sus palabras de las denuncias de Cristina ante las Naciones Unidas la semana pasada", confió un alto funcionario del Gobierno.

La Presidenta había acusado a los fondos buitres de haber financiado al fallecido fiscal Alberto Nisman y al ex director de Operaciones de la ex SIDE, Antonio "Jaime" Stiuso.

Pero no se detuvo allí: denunció al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, de "proteger" a Stiuso, que se encuentra en Miami por temor a que lo maten.

Las fuentes oficiales atribuyeron el mayor fastidio con las palabras de Urtubey a la propia Cristina Kirchner; a su secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, que además es candidato a vicepresidente de Scioli, y al canciller, Héctor Timerman. No descartan que se abra una fisura en el último tramo de la campaña.

Para agravar las suspicacias, en la Casa Rosada no pasaban por alto que Urtubey es uno de los candidatos a ocupar la Cancillería de un eventual gobierno de Scioli, si éste gana las elecciones del 25 de octubre próximo.

En Olivos sospechan, además, que Scioli procura fuertes relaciones con el gobierno de los Estados Unidos, mientras que la Presidenta se esmera por mostrar beligerancia con Washington.

También la Presidenta sospecha que su candidato mantiene un buen vínculo con el Grupo Clarín, consigna La Nación, que el Gobierno busca limitar.

Aníbal Fernández dijo ayer que la afirmación de Urtubey respecto de la necesidad de "acordar" con los holdouts "no deja de ser la visión de un gobernador de la Argentina".

"No representa al Gobierno esa visión ni al nuevo gobierno, que todavía no se conformó", dijo Fernández a Radio Continental.

Añadió que si Urtubey plantea negociar "en las mismas condiciones" que el 92,4% de los bonistas que ingresaron en los canjes de deuda reestructurada de 2005 y 2010 le "parece estupendo". Pero que si proponía "pagar a otro precio" sería "más o menos lo que pensaba" el candidato presidencial de Cambiemos, Mauricio Macri.

"Pensar parecido a Macri es casi asustarse", advirtió con dureza.

El contraste con la Presidenta resultó muy notorio. La semana última Cristina dijo en la ONU que los EE. UU. "protegen" a Stiuso, que los fondos buitre financiaban a Nisman, y defendió el pacto con Irán para avanzar en el caso AMIA.

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