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En el frente externo la situación luce complicada. Al país vecino se le vende uno de cada dos vehículos que se fabrica aquí. Impacto en firmas locales 
07/10/2015 - 09:49hs

Otro dato negativo en Brasil volvió a encender la alerta en la Argentina. La producción de autos en el país vecino registró en diciembre un derrumbe del 42% interanual.

De acuerdo con la información dada a conocer por la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (ANFAVEA), en el mismo lapso las exportaciones aumentaron casi un 30 por ciento.

Esto se debe a que la estrategia de las terminales brasileñas pasa por enfocarse en el mercado externo para mitigar los efectos de la recesión en el plano interno.

En ese escenario, los envíos hacia la Argentina "dejaron de caer", de acuerdo con la evaluación de medios de la nación comandada por Dilma Rousseff.

"Mientras las exportaciones a la Argentina, principal destino de los autos importados por terminales brasileñas, dejaron de caer, mercados como México, Sudáfrica, Chile y Perú están demandando más vehículos", destacó el diario Valor Económico.

Por su parte, el portal O Globo precisó que en setiembre "fueron fabricados 174.200 unidades, contra 300.800 de septiembre de 2014".

"Septiembre fue el octavo mes consecutivo de caída en la producción", añadió el medio.

La evolución despareja entre fabricación y exportaciones se da en un contexto de crisis económica de la principal economía de América del Sur.

A la vez, de una devaluación del real que mejoró su competitividad respecto de otros países.

Malas noticiasLos problemas que enfrenta Brasil se agravaron en septiembre, tras la decisión tomada por la agencia Standard & Poor's de rebajar la calificación credicitia (de BBB- a BB+).

Así, el mayor socio comercial del Mercosur perdió su codiciado Investment Grade, un hecho que, según expertos, tiene un claro impacto en la Argentina.

Para agravar el panorama, además de quitarle esa condición, S&P señaló que mantendrá el "panorama negativo" para su nota soberana.

Desde San Pablo, en diálogo con iProfesional el analista Gustavo Segré destacó que este deterioro se debe a que tenía las cuentas en "claramente en "desorden".

"El Presupuesto enviado al Congreso consignaba un fuerte déficit. En otras palabras, era como si estaba pidiendo que le bajaran la nota", indicó.

Los datos que viene arrojando esta economía son francamente desalentadores. 

El desempleo está en aumento mientras que el PBI viene en franco decrecimiento. Esto, por sí solo, implica un escenario de alto riesgo para las calificadoras.

Real, por el piso

El debilitamiento del real es uno de los grandes focos de preocupación del Gobierno de Cristina Kirchner, así como también para los candidatos que buscan sucederla en el poder.

El punto central es que la moneda del principal socio comercial acumula una devaluación superior al 45% en lo que va del año y se ubica en su nivel más bajo desde fines de 2002.

Esta noticia cobra más relevancia si se considera que la competitividad cambiaria de la Argentina frente a Brasil está en índices similares a los del promedio 1999-2001. Es decir, cuando aquí se desató el fin de la convertibilidad.

La nación vecina es el destino de entre el 35% y 40% de los bienes industriales que exportan las empresas albicelestes.  

Es por esta razón que un real muy debilitado complica seriamente la colocación del "Made in Argentina" en ese territorio.

Por lo pronto, entidades financieras ya están trabajando con un tipo de cambio de 4 reales por dólar para fin de año. 

Impacto en Argentina

Los analistas advirtieron que la Argentina hoy tendría que tener un dólar oficial cotizando en una cifra cercana al doble para estar en la misma situación de competitividad cambiaria que hace un año.

¿Por qué? Sencillamente porque la moneda del país vecino acumula un debilitamiento del 60% frente al dólar si se toman los últimos doce meses.

La Argentina le vende a este destino uno de cada dos autos que se fabrican localmente. De modo tal que, de no repuntar su economía, la industria automotriz difícilmente pueda recuperarse.

Tal como diera cuenta iProfesional, lo que están haciendo las terminales es colocar en el mercado interno el excedente de vehículos que no están pudiendo ubicar en el país vecino, que se está viendo castigado por un derrumbe de su consumo interno como pocas veces visto. 

El problema es que la mejora que pueden lograr con este redireccionamiento significa una mínima fracción de lo que están perdiendo de facturar.

Esto está llevando a que la capacidad ociosa de la industria automotriz argentina se ubique en niveles alarmantes. 

De acuerdo con datos de Abeceb, las terminales automotrices en la Argentina están en condiciones de producir 1,2 millones autos por año trabajando a pleno.

Sin embargo, la retracción que sucede en Brasil  (y un mercado local que aún no se ha recuperado) hace que para este 2015 estén operando con un uso de la capacidad instalada de poco más del 40 por ciento.

Esta cifra viene a ser el peor nivel en una década.

Según Miguel Ángel Boggiano, economista y docente de la Universidad de San Andrés, el hecho de que el real se haya devaluado tan fuertemente es un gran problema para la Argentina.

"Como lo que más le vendemos son autos, en lo inmediato van a aumentar los despidos y las suspensiones en la industria automotriz. Simplemente porque nos estamos volviendo cada vez más caros para ese país”, aseguró.

Por otro lado, el pobre desempeño económico del principal socio le mete más presión al muy debilitado superávit comercial.

Desde la consultora Abeceb prevén que el intercambio dejará un déficit de u$s2.000 millones, cifra que contrasta con los casi u$s500 millones de superávit de 2014.Además del sector automotor, son varios los afectados

- Las exportaciones de calzados, por ejemplo, se vienen desplomando un 95% en lo que va del año.

- En el caso de fibras de algodón, carburantes y cueros, los derrumbes van del 50% al 70 por ciento.

- En tanto que textiles, frutas frescas y derivados de caucho están sufriendo fuertes caídas, del orden del 30 por ciento.

Para Segré, en Brasil, "lo político va de la mano de lo económico. Hay mucha intranquilidad y esto está repercutiendo en el valor de la moneda".

Por lo pronto, en Brasil ningún indicador socioeconómico arroja cifras positivas: variables como PBI, empleo, consumo y actividad industrial dan cuenta de números en rojo.

La desconfianza de los inversores da lugar a que la salida de capitales se profundice y esto no le dé respiro a un real que no da muestras de una rápida recuperación.

Por lo proto, todas las empresas exportadoras en Argentina permanecen en estado de alerta.

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