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Las iniciativas y declaraciones del titular del Palacio de Hacienda no generan tranquilidad en filas oficialistas. Consideran que puede jugar en contra
13/10/2015 - 14:10hs

Ni los buitres. Ni los poderosos bancos de Wall Street. Ni siquiera los operadores locales, en su mayoría opositores al kirchnerismo y a todo lo que huela a continuidad del actual ciclo político. Nada de eso.

En confianza, cuando no hay ningún micrófono cerca ni oídos indiscretos que puedan escucharlo, Daniel Scioli admite que le teme más al "fuego amigo" que a las operaciones que puedan armar desde el mercado financiero para perjudicarlo.

Ese "fuego amigo" tiene nombre y apellido: Axel Kicillof. El candidato del Frente para la Victoria teme que el titular del Palacio de Hacienda tome decisiones o formule declaraciones que perjudiquen su llegada a la Casa Rosada.

Considera que pueden alejarlo del voto de la clase media, un sector que pretende conquistar para captar esos dos o tres puntos que lo separan de un triunfo en primera vuelta y lo conducen a un peligroso balotaje.

A esta altura, el candidato ya no recela solamente por las medidas que puedan minarle un triunfo electoral. También de aquellas iniciativas que, llegado el caso, afecten sus primeras semanas al frente del Ejecutivo.

La medida de la Comisión Nacional de Valores (CNV) que alteró el negocio de los fondos comunes de inversión encendió las alarmas.

El cambio del criterio de valuación para los bonos dolarizados -desde los $14 (conta con liqui) a $9,40 (tipo de cambio oficial)- les infringió una gran pérdida patrimonial. Consideran que esta iniciativa fue intempestiva y fuera de timing, ya que podría haberse tomado pasadas las urnas.

El temor es que haya más "ocurrencias" de este tipo que, a ojos del equipo que asesora a Scioli, perjudican la marcha de los mercados.

A Miguel Bein, principal asesor del gobernador en temas de economía y finanzas, se lo ve nervioso. Y no es para menos.

"Conspiran contra nosotros", confió en una charla íntima con su equipo antes de viajar a los Estados Unidos a visitar a su hija y nieta. "Decimos algo y salen a contestarnos por otro lado", agregó.

El malhumor de Bein parece justificado, a juzgar por los últimos sucesos. Todo parecía encaminado. Incluso él mismo se había puesto a la cabeza del equipo económico sciolista con el objetivo de dar certidumbre en un momento complicado.

Por eso suspiró aliviado cuando el ministro confirmó que el Gobierno iba a pagar el vencimiento del Boden 2015 y que, un día más tarde, ofrecería una nueva emisión de títulos públicos (Bonar 2020).

Economista estrella"El mercado valora mal a la Argentina. No tiene en cuenta que se desendeudó y que junto con Chile es el país más desendeudado. Tenemos 10 puntos del PBI flotando (en manos de inversores) contra 80% del año 2001".

Con estas palabras, Bein expresaba públicamente su visión sobre el precio de los bonos locales y daba cuenta del costo que tendría que afrontar el país si saliera a buscar fondos en los mercados internacionales de crédito.

Por cierto -a la hora de interpretar algunas señales políticas-, sus dichos no fueron los que generaron la mayor atención de los inversores. A ellos les importó, más que nada, que Scioli lo llevase sólo a él al programa televisivo de Alejandro Fantino.

Además, no pasaron por alto el hecho de que, en ese espacio, el candidato oficialista dijera que las expresiones del economista estaban avaladas por él.

Para el mercado, esa noche marcó un antes y un después.

Hasta ese momento, Scioli venía repartiendo el poder entre todos sus asesores económicos. Miguel Bein, Mario Blejer, Gustavo Marangoni y Silvina Batakis formaban parte del equipo titular.

Sin embargo, esa entrevista televisiva generó un cambio en las percepciones, a raíz de haberlo elegido sólo a él y de darle semejante respaldo ante lo que pudiere llegar a decir en un programa en vivo.

En el mismo acto -y con el candidato a presidente como testigo de lujo- el economista estrella confirmó que se intentará llegar a un acuerdo con los "buitres", en caso de que el Frente para la Victoria gane las elecciones.

Ante la consulta de iProfesional, uno de los principales "portfolio manager" del país sintetizó: "Sus declaraciones, delante del propio Scioli, han sido muy relevantes, ya que dan idea de un cambio en la visión del partido oficial".

Sólo esa inequívoca señal propició un incipiente cambio en las carteras de inversores locales. Al día siguiente de las declaraciones televisivas de Bein, este medio publicó en exclusiva un informe del banco de inversión Barclay´s.

En ese documento, la entidad puso de relevancia los dichos del economista como así también la luz verde otorgada hacia él por Scioli.

Esto dio lugar a que, desde Wall Street, se divulgara que los dichos de Bein eran "buenos para el mercado". (ver nota: A Scioli le salió bien la jugada de "presentar" a Bein: el Barclays lo ve "bueno para los mercados")

Juan Diedrichs, de la compañía bursátil Capital Markets, aseguró que en la city había tenido lugar una suerte de "efecto Bein".

Es decir, un incipiente cambio en las carteras de los inversores, que se veían más propensos a tomar mayores riesgos adquiriendo bonos a más largo plazo. Hasta ese entonces, preferían reducir el riesgo argentino a su mínima expresión.

"Se notó una incipiente ola de confianza. Es una mejora estructural, porque lo que viene es mejor que lo que se va, políticamente hablando. Viene una economía más racional", explicó Diedrichs.

Por lo pronto, los dichos de Bein sobre la voluntad sciolista de acercarse a los mercados de crédito -y, para ello, resolver el tema "buitres"-, han sido una clara señal de que, sí o sí, habrá una negociación y existen intenciones de resolver el conflicto.

Uno de los títulos más beneficiados en este caso sería el Discount en dólares, ante un eventual acuerdo en el despacho de Thomas Griesa.

Como tienen un alto componente de intereses, que se encuentran atrapados por el fallo del juez, si hay un entendimiento serán entonces los primeros pagos en liberarse.

La explicación a la súbita recuperación de los precios debe incluir a la expectativa del mercado en el sentido de que, en caso de confirmarse la intención de sentarse con el magistrado, la negociación debería ser corta.

Bein ya expresó que "no hay apuro" y que las conversaciones podrían extenderse entre 90 y 180 días.

Sin embargo, más allá de las fronteras -concretamente en Wall Street- señalan que los plazos se acortaron.

Remarcan que la urgente necesidad por hacerse de dólares y fortalecer reservas obligará al próximo Gobierno a un rápido entendimiento con los holdout, para así acercarse al objetivo final, que es hacerse de fondos frescos.

En el exterior aún rige la ambivalencia. La idea de una negociación futura con los fondos no se corresponde con una mayor caída en los rendimientos que debería afrontar la Argentina para financiarse.

Por la emisión de un bono a 10 años, el mercado reclamaría una tasa superior al 9% anual. Según Bein, ese costo está muy por encima de lo que le correspondería a una economía desendeudada como la argentina.

Los vencimientos de deuda del año próximo ascienden a tan sólo unos u$s5.000 millones. Un monto que podrá afrontarse sin ningún tipo de inconvenientes.

El problema, en todo caso, lo tienen las empresas, muy necesitadas de dólares para poder producir, a las que el Banco Central les adeuda nada menos que u$s9.000 millones en concepto de importaciones de insumos ya realizadas.

Como recalcan los analistas, sin billetes verdes no hay recuperación posible del nivel de actividad.

¿Estará el mercado listo para suscribir bonos argentinos? Dicho de otra forma: ¿puede esperarse que se dé un descenso en el "premio" (tasa de interés) que debe pagar el Gobierno a inversores para que éstos acepten comprarlos?

"No por ahora", afirman a este medio reconocidos analistas desde la Gran Manzana.

"El mercado esperará a que la nueva gestión tome las medidas que correspondan", destaca a iProfesional el ejecutivo de uno de los principales bancos de inversión, especializado en deuda argentina.

¿El motivo? sin sustentabilidad fiscal, el país no podría hacer frente a los repagos futuros de aquellos compromisos ya contraídos.

Por eso, mientras no se achique el rojo en las cuentas públicas, el costo del endeudamiento será elevado en relación a la tasa de interés que pagan los vecinos.

Las últimas estimaciones indican que el próximo Gobierno heredará un desequilibrio equivalente a 7 puntos del PBI, por encima de los $300.000 millones.

Esta es la realidad que, al menos por ahora, observan los inversores.

En este contexto, el asesor estrella de Scioli ha vuelto sobre la pelea con los "buitres". Confirmó que el actual gobernador cree que un acuerdo sensato es la mejor opción.

En el mercado se respira un moderado optimismo a partir del "efecto Bein", claro que sin dejar de percibir que el escenario económico viene cargado de desajustes y distorsiones que deberán corregirse rápido, a partir de un plan integral.

En definitiva, el atraso cambiario, los problemas que acarrea el cepo, el rojo en las cuentas fiscales y la alta inflación no se resolverán solamente consensuando con los "malvados" buitres.

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