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Así, por ejemplo, una remera costaba $75 en 2011 y hoy vale $183,50, mientras que en 2003 su precio era $17, es decir que sufrió un incremento de 1.079%
13/10/2015 - 10:48hs

En los 12 años de gestión kirchnerista, que estableció un esquema de protección frente a las importaciones para el sector textil, los precios de la ropa aumentaron más de 1.000 por ciento. 

El mayor salto se dio en el último período presidencial. Por caso, una remera costaba $75 en 2011 y hoy vale $183,50 (145% más), mientras que en 2003 su precio era $17. Es decir, atravesó un aumento del 1079 por ciento.

Un short de baño que en 2003 estaba $29 ahora se abona $320 (incremento del 1103%) y un pantalón de jogging que costaba $37 cuando asumió la presidencia Néstor Kirchner, valdrá $396 cuando su esposa entregue el bastón, lo que implica un aumento de 1070%, según datos de Focus Market a los que accedió el diario La Nación.

Un chaleco Sire valía $34 en 2003, $53 en 2007, $130 en 2011 y $323 en 2015. El aumento de precios fue de 950%. En tanto, una campera polar costaba $41 en 2003, $74 en 2007, $199,80 en 2011 y $442 este año. Su costo se incrementó 1078%, continúa el informe.

Damián Di Pace, director de la consultora, explicó que los aumentos responden al incremento del costo de los insumos y de los fletes durante la gestión kirchnerista, sumado al factor estructural de la concentración económica a nivel de las hilanderías y tejedurías en todo el país.

"Estos problemas se vieron intensificados en el último mandato presidencial, con la imposición de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI). El industrial textil vio complicada la adquisición de materias primas básicas para elaborar sus prendas", comentó al matutino el especialista en consumo.

Al comparar los valores con los del exterior, queda claro que vestirse resulta mucho más caro en la Argentina. En la página web de la cadena minorista sueca H&M una remera, que aquí cuesta $183,50, figura a u$s9,99 ($94,45 al cambio oficial del viernes). Los jeans de esa marca se consiguen a u$s24,99 ($236,15) mientras que en la Argentina no bajan de $1000, apunta La Nación. 

Adolfo Trípodi, productor textil, presidente de la Federación Económica de Mendoza y secretario de Comercio Exterior de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), atribuye parte de la culpa de este fenómeno a que la industria textil tiene una estructura piramidal, con sectores altamente concentrados (hilanderías), otros un poco menos (tejedurías) y la confección totalmente atomizada.

Trípodi considera que sería sensato proteger este último eslabón, que genera los puestos de trabajo, y establecer aranceles de protección más bajos para hilanderías y tejedurías. "Así se permitiría que la materia prima, como los hilados y las telas, tuviera un poco más de competencia y no fuera tan fácil poner precios altos", acotó.

La imposibilidad de importar telas genera faltantes y aumentos de precio. "Cuando se ingresa una prenda, se importa mano de obra; en cambio, cuando se trae una tela o un hilado, se ingresa una materia prima para elaborar otra cosa. ¿Conclusión? Si se flexibilizara la importación de telas se abarataría el precio de la indumentaria", aseguró el productor.

Por otra parte, remarcó que la textil es una cadena muy cara, porque incluye la estructura impositiva de una prenda (21% IVA, 4% de ingresos brutos, más costos de distribución y costos impositivos de cada municipio). Ese valor final, aseguró Trípodi, influye en el precio más fuertemente que en otros países donde hay menos pasos en la cadena.

"El Estado protegió al sector, pero el sector no respondió aumentando la producción; la demanda creció más rápido que la oferta", concluyó.

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