El Tribunal Oral Federal N°6 rechazó el pedido de la ex secretaria de Medio Ambiente Romina Picolotti - investigada por administración fraudulenta- para residir en Estados Unidos, a donde quería mudarse para trabajar.

La ex funcionaria quería viajar a Palm Beach, Florida, y permanecer allí hasta mayo de 2016, consigna la agencia NA.

Los jueces Julio Panello, José Martínez Sobrino y María del Carmen Roqueta evaluaron que no hay constancias del contrato de trabajo que acompañó la ex funcionaria de la administración kirchnerista (una fotocopia) y que tampoco hay justificación sobre por qué debía estar presente en Estados Unidos para realizar el empleo.

Otro asunto que llamó la atención de los jueces es que Picolotti quería residir en Florida cuando la empresa que supuestamente la contrató tiene sede en Washington.

Picolotti está en instancia de juicio por administración fraudulenta a raíz de una gran cantidad de gastos que hizo durante su gestión con fondos púbicos y que no pudo justificar. Al ser elevada la causa a juicio, Picolotti estaba en Francia realizando un curso y fue intimada a presentarse en el Tribunal. Al presentarse, planteó el pedido de residencia temporal.

La ex secretaria de Ambiente entre 2006 y 2008 fue acusada por una infinidad de gastos durante su gestión, entre ellos varios vuelos privados que no pudo justificar pese a que argumentó que tuvieron relación con la tarea que llevaba adelante.

Entre los gastos analizados por la jueza están la compra de flores en La Orquídea el 8 de agosto de 2006 por 80 pesos; comidas en Puerto Sorrento o Il Gatto y hasta la compra de una barrita de cereal, entre otras cosas.

También se la acusa por una gran cantidad de vuelos aéreos privados que contrató para ella y su familia. Para justificarlos, adujo desarraigo porque ellos son oriundos de Córdoba pero la jueza señaló que para esa fecha todos residían en Buenos Aires.

En algunos de esos vuelos incluso se trasladó la entonces mucama que tenía la familia de la funcionaria. Además, la jueza descartó que se trataran de gastos funcionales como lo intentó argumentar Picolotti, concluye NA.