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Ni el maquillaje alcanza: con reservas por sólo u$s500 millones, el BCRA agotó la caja y topea importaciones

No hay maquillaje que alcance: con reservas por sólo u$s500 millones, el BCRA agotó la caja y topea importaciones
17/11/2015 - 10:01hs
Ni el maquillaje alcanza: con reservas por sólo u$s500 millones, el BCRA agotó la caja y topea importaciones

“Estamos en una situación realmente límite”. Así define el actual contexto Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior y referente en materia de importaciones, en relación con la última restricción aplicada por el Banco Central. 

La entidad que conduce Alejandro Vanoli, urgida por el desplome de las reservas, acaba de achicar de u$s75.000 a u$s50.000 el monto diario permitido para cancelar compras al mundo sin solicitar permiso. 

En la práctica, esto funciona como un reforzamiento del cepo, con dos consecuencias graves para el aparato productivo nacional, básicamente porque:  

• Expone a las empresas que requieren insumos y componentes del exterior a mayores demoras para la habilitación de divisas, lo que se traduce en nuevas trabas para el “Made in Argentina”. 

• Aquellas compañías que igualmente avancen con la operación, sin contar con los dólares necesarios, sufrirán un aumento de la deuda que tienen con sus proveedores, algo que, según Ponce, “refuerza el riesgo de un default comercial por parte de las industrias”. 

Para el experto, “la situación es gravísima, porque el límite de u$s50.000 hace que muchísimas industrias hoy no puedan realizar giros para cubrir un contenedor”. 

Ponce alertó que en la actualidad “el 90% de las operaciones de importación que se realizan sobrepasan ese tope que impuso el Banco Central, lo que no hará más que aumentar la multimillonaria deuda que la entidad mantiene con el sector privado por importaciones ya realizadas y para las cuales nunca habilitó las divisas necesarias”. 

Desde la Consultora Ledesma advirtieron que “la presunción de un BCRA cada vez más exhausto se ve reforzada por este endurecimiento de las restricciones”, para luego señalar que “el monto de u$s50.000 que fijó el BCRA en muchos casos ni siquiera cubre el valor de un container de mercadería”. 

Para los expertos, de algún modo, Vanoli no hizo más que "oficializar" que ya no cuenta con margen de maniobra alguno como para hacer frente de manera simultánea a las demandas que diariamente plantean los particulares y las empresas

Si bien la entidad informa reservas brutas por u$s26.100 millones, desde Consultora Ledesma afirmaron que a ese monto hay que descontarle pasivos monetarios por más de u$s25.600 millones”, entre los que figuran el swap con China, los encajes de depósitos en los bancos y pagos de deuda retenidos por el juez Griesa. 

Así las cosas, limpiando todo ese maquillaje contable, entonces las reservas netas al 16 de noviembre, “se ubican por debajo de los u$s500 millones, acumulando un retroceso de u$s15.600 millones en lo que va de 2015”, afirmó Gabriel Caamaño Gómez, economista jefe de la consultora (ver cuadro). 

“Por esta razón, es de prever que el Gobierno llegue al balotaje con tenencias en terreno nulo o, incluso, negativo”, recalcó. 

La paradoja K: todo para ahorristas, poco para la industria

Lo que refleja esta nueva restricción es que la actual administración ya tiene las reservas "agotadas" para hacer frente a la demanda de particulares y empresas.

Con el fin de llegar al traspaso de mando, lo que está haciendo la entidad claramente es privilegiar a ahorristas y turistas en detrimento del “Made in Argentina”. 

Lo llamativo de este refuerzo de este nuevo cepo -que ahoga aun más a la industria-, es que se produce luego de que la propia Presidenta se ufanara de cómo durante su gestión se había entregado un importantísimo volumen de dólares para “bancar” operaciones de “dólar ahorro”, gastos con tarjeta en el exterior y operaciones de turismo internacional. 

Justamente, todo lo contrario a lo que se había comprometido Axel Kicillof allá por 2012 –cuando era viceministro de Economía-. En ese entonces había adelantado que todas divisas iban a ir para cubrir importaciones esenciales y no para gastos superfluos de la clase media. 

En contraposición al propio relato K, a través de una catarata de tuits, Cristina afirmó que “cada vez más argentinos pueden viajar al exterior. Siempre lo comento cuando regreso de algún viaje en misión oficial. No hay país en el que no me encuentre con argentinos”. 

“Las salidas al exterior de los turistas fueron durante el mes de septiembre un 33% mayores a las del mismo mes del año pasado. Sí. Más de medio millón de argentinos… Y eso que no estamos de vacaciones”, continuó la mandataria. 

En un tramo más “picante”, y luego de hablar de los récords de despacho de materiales para la construcción, la jefa de Estado explicó que “el cemento lo pago con pesos, pero si me voy afuera ¿qué te pensás? ¿Qué pago con patacones o tickets del club del trueque? No señor, pago todo en dólares”. 

Pasajes, hoteles, comida, transporte, y ´alguna cosita´ que uno se compra siempre, o trae ´de regalito´. Bueno mirá, lo de ´alguna cosita´ podemos charlarlo. Te cuento que ya llevamos pagado en uso de tarjetas en el exterior u$s5.140 millones en lo que va del año. Sí, casi lo que nos costó YPF. Pero con una pequeña diferencia: las tarjetas de crédito las pagamos contante y sonante de una sola vez. YPF, la mayor empresa del país, la pagamos con una emisión de bonos”, afirmó Cristina. 

Acto seguido, la mandataria destacó que desde enero de 2014 llevaban entregados en concepto de dólar ahorro “casi u$s9.000 millones. O, si te gusta más, casi dos YPF” y que los responsables de esa demanda eran “empleados en relación de dependencia”. 

El detalle, según Pérez Santisteban, es que esa cifra de u$s9.000 millones es equiparable a la deuda que el Banco Central tiene con los importadores “por operaciones ya efectuadas pero para las cuales no se habilitaron divisas”. 

En definitiva, fueron las propias empresas las que terminaron “bancando”, en gran medida, la compra de billetes verdes a ahorristas a precio subsidiado

Las razones de un “reparto desigual”

¿Por qué el Gobierno decidió entregar divisas a particulares y dejar poco y nada para la industria? 

Para Dante Sica, director de la consultora Abeceb, se los privilegió afectando la provisión de insumos para la producción nacional, “básicamente porque el reclamo del sector empresarial se ahoga un poco en términos de presencia mediática”. 

“Si veían que había una fuerte sangría de las reservas tendrían que haberla frenado antes. Pero no lo hicieron porque estamos en un contexto electoral. El problema es que, para no generar disturbios antes de las urnas, terminaron afectando a la producción”, completó el experto. 

En tanto, para Caamaño Gómez, “el Gobierno claramente está intentando cerrar su ciclo sin ningún ajuste que afecte a los ahorristas o turistas. No quieren ser ellos los que cierren completamente las ventas para atesoramiento, tras la reapertura parcial de 2014, o los que convaliden una fuerte devaluación”. 

“El Ejecutivo hoy está decidido a llegar al fin de su mandato como sea, aun cuando esto implique entregar un BCRA con un 100% de reservas prestadas”, completó. 

En diálogo con iProfesional, Santisteban advirtió que “el problema evidente es que los recursos se están agotando. En el Gobierno hay una sensación de que la continuidad política se puede acabar y, sin posibilidades de ningún tipo de reforzar las reservas, el único objetivo que tienen es llegar al 10 de diciembre, aun cuando esto implique afectar la industria". 

En tanto, para Ponce, la última traba a la que apeló el BCRA “demuestra que en esta semana electoral se sigue privilegiando la entrega de dólar ahorro, porque el Gobierno tiene cuantificado que esto abarca a más de 1 millón de particulares por mes. En cambio, consideran que tiene un impacto menor en la producción, un diagnóstico erróneo”. 

Para el experto, “lo que está transmitiendo el BCRA, al bajar el tope a u$s50.000 diarios por empresa es que las reservas ya tocaron fondo y no quedan divisas ni siquiera para cubrirle el ingreso de un contenedor a una Pyme”. 

Cabe destacar que con la irrupción del “cepo cambiario”, allá por 2011, el Central permitía girar hasta u$s500.000 por operación de importación sin que la empresa tuviera que pedir una autorización especial

Hacia noviembre de 2013, conforme se fue agudizando el problema de las reservas, ese límite se achicó hasta los u$s300.000. 

Menos de un año después, la entidad –todavía liderada por Juan Carlos Fábrega- decidió bajar aun más el tope y lo llevó hasta los u$s150.000. 

Los tiempos se aceleraron para Vanoli, dado que a fines de octubre lo redujo en un 50% hasta los u$s75.000 y, tan sólo dos semanas después, lo llevó hasta el nivel actual de u$s50.000. 

“Esto implica que en apenas dos años redujeron el límite en más de un 80%”, sintetizó Ponce (ver cuadro). 

Una medida que complica a la industria

La decisión del BCRA volvió a encender las alarmas entre las industrias, dado que el achicamiento del tope significa mayores plazos para contar con las divisas para el pago de una operación de importación –sin ninguna garantía de que efectivamente se les habilitará el giro- o un incremento de la deuda con proveedores del exterior, lo que incrementa el riesgo de default ante las crecientes probabilidades de que sobrevenga una devaluación

El directivo de una empresa vinculada a CAMOCA, entidad que nuclea a fabricantes de computadoras portátiles, tablets e impresoras, alertó que “el límite que fijó el Gobierno hoy no alcanza para pagar un embarque pequeño de partes y piezas”. 

“Si una empresa necesita traer en un contenedor cargado de insumos como discos rígidos, circuitos o pantallas para la producción local de portátiles, necesita más de u$s1,5 millón. Es decir que el tope ni siquiera alcanza para cubrir el 5% de esa operación. Esto obliga a particionar las solicitudes durante varios días”, agregó la fuente. 

En tanto, el directivo de una de las principales cámaras autopartistas alertó que “cuando te bajan la valla de lo que te dejan girar, esto automáticamente se traduce en un problema con tus proveedores y genera una contingencia financiera, porque ahora nadie sabe a qué valor del dólar se podrán cancelar los compromisos". 

Según Santisteban, “la medida del Central no hace más que ampliar el listado de empresas con problemas. El argumento que brindan desde la entidad de que hicieron esto para tener más información no tiene sentido, porque ellos ya cuentan con todos los datos desde el mismo momento en que una empresa solicita una Declaración Jurada de Importación”. 

“Lo que buscan es ganar un día más para acercarse al 10 de diciembre”, afirmó el presidente de CIRA, quien alertó que “llamativamente, la entidad está retrasando la publicación del balance trimestral de pagos que permitiría conocer la verdadera dimensión de la deuda que mantiene con los importadores, pero que estimamos que supera cómodamente los u$s9.000 millones". 

De acuerdo con el presidente de la Cámara de Importadores, "tememos imaginar lo que puede ocurrir con el sector hasta el 10 de diciembre si en el balotaje gana Cambiemos". 

"Si al día siguiente de la primera vuelta redujeron el tope a u$s75.000 y luego del debate de los candidatos lo achicaron a u$s50.000, nos preocupa qué va a pasar luego del domingo. Seguramente se profundizará la falta de interés por el sector productivo", concluyó.  

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