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Con ajuste tarifario en carpeta, Macri se prepara para pasar su primer verano con apagones

Con el ajuste tarifario en carpeta, Macri ya tiene asumido que pasará su primer verano con apagones
26/11/2015 - 13:40hs
Con ajuste tarifario en carpeta, Macri se prepara para pasar su primer verano con apagones

Mauricio Macri ya sabe que no podrá resolver para este verano los cortes de luz. La "herencia" kirchnerista es muy pesada en este sentido. 

También entiende que es mucho lo que hay que hacer. La situación financiera de firmas como Edenor o Edesur es tan paupérrima que nadie, ni el más optimista, prevé una mejora en el corto plazo.

La suba de tarifas que ya está en carpeta, tendiente a mejorar la caja de las empresas, tampoco será de la partida.

Macri considera que sólo podrá ser aplicada una vez que los usuarios comprueben fehacientemente una mejora en el servicio.

Tal como diera cuenta iProfesional, no habrá modificaciones durante el verano para evitar que al enojo por los cortes se le sume el mal humor por los aumentos.

De modo tal que habrá unos meses más de "boletas baratas". Desde Cambiemos indicaron a iProfesional que el 40% de los usuarios de Buenos Aires y el Conurbano abonan una factura que promedia los $30 por mes.

Afirman que ese monto no alcanza ni siquiera para cubrir el 20% de los costos que implica generar, transportar y distribuir la electricidad a los hogares.

Las tarifas deberán ser incrementadas. En algunos casos, hasta seis veces. Las asociaciones que nuclean a las empresas de distribución alzan la voz para alertar que la situación actual resulta insostenible.

Recalcan que no puede ser que mucha gente esté pagando $1 por día por el servicio de luz.

A la hora de formular declaraciones, desde la Fundación Pensar se impone el off the record, a raíz de la sensibilidad que genera el tema.

"El sector está en crisis, hay que tomar medidas urgentes. Subir las tarifas y facilitar el ingreso de inversiones externas forman parte del menú. El Estado ya no puede sostener a las compañías. Está exhausto, sin dinero", expone una fuente consultada.

Por otra parte, el nuevo Gobierno quiere contar con un ancla inflacionaria. Ante el traslado a precios de una devaluación, la única manera de morigerar el impacto sobre los bolsillos de los consumidores es manteniendo por un tiempo el esfuerzo del Estado en el subsidio a la energía.Y ahora, ¿quién podrá ayudar? La llegada de Juan José Aranguren como ministro de Energía apunta a resolver este tema. Ingeniero químico, de 61 años, graduado en la UBA, muestra en su CV una larga trayectoria - 37 años- en la petrolera Shell.

Su designación como CEO de la filial local se dio paradójicamente el mismo año en el que Néstor Kirchner arribó a la Casa Rosada. Quienes lo conocen señalan que es un "obstinado" en el trabajo y que no para hasta alcanzar aquellos que se propone.

No tiene "pelos en la lengua" y eso le ha valido fuertes cruces con Axel Kicillof y con Néstor Kirchner, a los que acusó explícitamente por las malas políticas aplicadas en el sector energético.

Sufrió todo tipo de embates por parte del Gobierno:

-Fue acusado de conspirador del "modelo" por comprar u$s3,5 millones (en realidad, eran para atender la operatoria de comercio exterior de Shell).

-Le fueron iniciadas 50 causas penales -con pedidos de prisión- por presunto incumplimiento del marco regulatorio.

-Recibió más de 60 multas millonarias por sus políticas de precios en los combustibles.

En todos los casos la Justicia falló a favor de él. Sus firmes convicciones sobre cómo debían resolverse las problemáticas y sus críticas al kirchnerismo le valieron el reconocimiento de Macri.

Frases como:

-"Hay que ordenar el sector energético y que deje de ser un coto de caza de un par de ministerios, aunque algunos no se animen a decirlo".

- "Resulta necesario diferenciar precios de costos, como así también darse cuenta de la distorsión generada por los subsidios del Estado. De ese modo se podrán reducir la inflación y el déficit fiscal".

Resumen su modo de pensar y deja entrever cuál será la política que aplicará para intentar rescatar a una actividad en crisis, en las que firmas como Edenor y Edesur muestran patrimonio neto negativo (si se le resta el maquillaje estatal) y están en virtual bancarrota.

Plan "paso a paso" En Cambiemos, hay certezas respecto de cuál será la estrategia que se aplicará a corto y mediano plazo.

Este medio recibió de fuentes altamente confiables los lineamientos que comenzarán a implementarse a partir de diciembre. Los puntos más relevantes son:

1. Habrá una quita gradual en los subsidios una vez que transcurra el verano. Será de modo progresivo, hasta llegar al 90% en la quita de beneficios.

2. Los beneficios tarifarios quedarán acotados sólo a los sectores de menores recursos.

3. El importe de las boletas de luz se incrementará hasta un 500% en Capital Federal y el conurbano bonaerense (4 millones de hogares).

4. Se redefinirán todos los aspectos vinculados con el ente regulador del sector eléctrico.

5. Se renegociarán pautas con Edenor y Edesur, que incluirán los incentivos para nuevas obras.

"Hasta tanto la Argentina se transforme en un polo seguro en términos legales -tal como ocurre con Chile, Perú, o Paraguay- la solución pasa por devolverle capacidad financiera a las compañías a través de una recomposición tarifaria", precisa Emilio Apud, ex funcionario de Energía y Minería.

"Luego, la discusión pasará por la matriz energética. Hay que reemplazar toda esta herencia contaminante de producción térmica para avanzar rumbo a otro modelo, tal vez con mayor protagonismo del parque eólico", completa.

Apagón financieroEl experto señaló a iProfesional que con el macrismo "se generará la confianza y credibilidad que hoy no tenemos. La inyección de capitales provendrá del exterior. Es decir, de aquello que consigan las compañías cuando el país se amigue con el mercado de crédito externo".

"Sin embargo -aclara Apud- aun si se tuviera éxito en la captación de fondos, los usuarios notarán una mejora en el servicio recién en dos años".

Esto, debido al fuerte nivel de deterioro que evidencia toda la red, a raíz de que hace desde hace ya varios años sólo se ejecuta lo mínimo indispensable para el mantenimiento.

"Por fuera de la Ciudad, la política tarifaria ha sido siempre distinta. Hoy el usuario de Caballito paga la séptima parte de lo que abona una persona, por ejemplo, en Córdoba, Rosario o Mendoza", afirma Alieto Guadagni, ex funcionario de Energía a iProfesional.

"Por eso la situación de Edenor o Edesur es mucho peor que la de distribuidoras que operan en varias provincias. Eso es lo que hay cambiar con más premura", completa.

Tal como diera cuenta este medio, al momento de evaluar cuánto dinero requieren las empresas para mejorar sus estados contables y optimizar el funcionamiento de la red, Apud es tajante: por lo menos, unos u$s3.000 millones.

"Venimos de diez años en los que se invirtió poco y nada. Cada empresa tendrá que salir a buscar alternativas para financiarse, ya que resulta imposible que ese dinero sea aportado por un empresario de la Argentina", expresa.

Los problemas no se limitan al sector de distribución de energía, como es el caso de Edenor o Edesur. También se extienden a quienes la generan y al tipo de equipamiento que utilizan. "Tenemos una matriz pequeña, vieja y costosa", sentencia Apud.¿Ajuste gradual o shock?En Cambiemos hay plena coincidencia de que sólo un ajuste de tarifas permitirá una alivio inicial. Sobre todo a las distribuidoras de Capital y el conurbano.

En Fundación Pensar estiman que el recorte de subsidios le garantizará al Estado un ahorro anual superior a los $140.000 millones.

"Inevitablemente, habrá que pagar un costo político por la medida. Pero las empresas actualmente sólo están funcionando porque son subsidiadas por el Estado, que hasta se ocupa de pagar los sueldos", indican desde el entorno de Aranguren.

"En términos porcentuales, las boletas subirán un 500%, y esto a primera vista es percibido como un tarifazo. Sin embargo no es así, si se mide el incremento en términos absolutos. Quienes pagan $50 pasarán a abonar $250. Hasta se asume lógico", afirma el flamante ministro.

Carlos Melconian, uno de los principales nombres de la "mesa chica" de Macri -cuyo destino será el Banco Nación- asegura que para eliminar los subsidios en electricidad se requiere:

-Aumentar 250% la factura domiciliaria, de $50 a $175 bimestral promedio

-En el caso de aquellos consumos pequeños subsidiados, de $50 a $300 (500%)

-Para los comercios y las industrias, resulta imprescindible incrementarla un 400%.

Melconian estima que el gasto mensual en luz, gas y transporte (que actualmente promedia los $345 en un familia tipo) se elevará a casi $900.

Por lo pronto, el macrismo tiene previsto aplicar el incremento a más de cuatro millones de hogares que hoy se reparten entre Edenor y Edesur en esta zona del país.

En principio, la opción de fijar aumentos a nivel nacional está descartada, ya que la mayoría de las provincias -como Mendoza, Córdoba o Santa Fe- ha venido aplicando alzas escalonadas en las tarifas eléctricas en estos últimos dos años.

Respecto de si el ajuste será gradual o tipo shock, se ha determinado ir avanzando de modo paulatino.

"La gradualidad tiene como ventaja que no impacta de lleno en la conciencia ni en el bolsillo de la gente", sostiene Solanet.

"Te permite ir efectuando movimientos políticos como para ir atenuando el efecto de la medida. La sociedad ya sabe que habrá aumentos, pero hacerlos de forma acotada facilita la adaptación y achica el descontento", completa ex secretario de Hacienda.

El experto subraya que el caso de la electricidad no es el mismo que el del dólar, cuya incidencia en la reactivación económica es clave. Y remarca que no se puede especular con el servicio, como sí ocurre con la divisa.

Por otro lado "hay que tener en cuenta las implicancias de una medida tipo shock. Para un Gobierno que se inicia, mantener el capital político es clave. Por eso alivia bastante elegir el camino de ir haciendo cambios graduales", añade.Sin luz y con más pacienciaA pocos días de la asunción de Macri, los referentes de la Fundación Pensar focalizan su atención en los cortes de luz que vayan a suceder en diciembre.

"La obsolescencia del sistema se reflejará en más apagones. El retraso en los desembolsos se tornó indisimulable, a raíz de los más de u$s3.000 millones que no se invirtieron en redes de distribución en esta última década", precisa Apud.

Además, destaca que los cortes a lo largo de este verano serán de mayor frecuencia y duración: "Hace diez años, el promedio en Capital Federal era de poco más de cuatro horas. Hoy, en las mismas zonas, están en el orden de las 25".

El ex funcionario señala que, incluso con el aumento de tarifas, los apagones persistirán porque el alto grado de deterioro del sistema eléctrico.

"Resulta imposible contrarrestar tamaña desinversión. Habrá malestar, eso ya está asumido, pero no queda más que enfrentar el escenario que viene hasta tanto haya una mejoría por la propia mejora de las empresas", concluye.

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