El juez Sebastián Casanello clausuró la investigación judicial respecto de Macri luego de haber realizado algunas medidas de prueba que estaban pendientes.

La semana pasada la defensa de Macri había pedido el sobreseimiento del actual jefe de Gobierno porteño.

El año pasado Casanello había enviado a juicio oral y público al resto de los imputados, pero no a Macri. Consideraba que debían llevarse a cabo algunas medidas de prueba que no habían sido aplicadas por el juez que inicialmente tuvo el caso: Norberto Oyarbide.

Además del fiscal Di Lello tendrán que opinar los dos querellantes en la causa: quien fuera el cuñado de Macri, Néstor Daniel Leonardo y Sergio Burstein. Se comprobó en el expediente que los teléfonos de ambos habían sido pinchados por gente vinculada a Macri.

En 2014 Casanello había anulado la vista al fiscal dada por Oyarbide para enviar a juicio a Macri y al resto de los procesados. Di Lello había apelado aquella decisión pero la Sala I de la Cámara Federal respaldó al juez. Desde entonces Casanello envió un exhorto a Estados Unidos relacionado con la empresa de investigaciones Ackerman. La respuesta oficial no llegó, en cambio la defensa de Macri aportó una declaración jurada con los datos pedidos por el juez. Los abogados de Macri pidieron que la situación se resolviera con rapidez. Ante la segura demora de la respuesta de Estados Unidos –algo que sucede en casi todas las causas judiciales– Casanello decidió terminar la instrucción del caso.

Ahora tienen que opinar el fiscal y los querellantes. Mientras tanto el futuro presidente de la Nación continúa procesado.