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Internet, cable y celulares: Macri apura el control del sector que moverá más dólares que el petróleo

Internet, cable y celulares: Macri apura el control del sector que moverá más dólares que el del petróleo
28/12/2015 - 03:08hs
Internet, cable y celulares: Macri apura el control del sector que moverá más dólares que el petróleo

Las razones por las que el presidente Mauricio Macri decidió patear el tablero de las telecomunicaciones -a los pocos días de haber asumido- responden no sólo a la necesidad de derrotar a uno de los bastiones kirchneristas representado en la figura de Martín Sabbatella.

Por cierto, hay más que eso. Tiene que ver con un tema del que poco se habla pero que reviste una importancia trascendental para el nuevo Gobierno.

El sector de las telecomunicaciones -pese a las críticas que recibe- invierte en la Argentina mucho más que otros que suelen rankear alto a la hora de captar dólares como, por ejemplo, la industria petrolera.

Claro que para que se dinamicen los desembolsos, para que mejoren la actual infraestructura, optimicen sus servicios y avancen en el desarrollo de nuevas tecnologías, el Gobierno tiene que cumplir primero con su parte.

Esta es, precisamente, generar las condiciones adecuadas -tanto jurídicas como aquellas otras vinculadas con el plano cambiario- para que los grandes players del sector concreten los compromisos que han asumido frente a Macri y equipo.

¿Qué empresas conforman esta lista? En la "pole position" aparecen Telefónica, Telecom y Claro. Un poco más atrás, dentro del primer pelotón, Cablevisión y Telecentro.

En el segundo grupo se enlistan Supercanal, DirecTV, la red Intercable, y operadoras independientes, como iPlan, Metrotel y las cooperativas de telecomunicaciones.

Todas estas compañías en 2015 generaron ventas en el país nada menos que por $120.000 millones.

Pero hay más. Las inversiones comprometidas para 2016 sólo por pare de las cinco primeras -que concentran el 80% de los ingresos- escalan por encima de los $30.000 millones.

Este monto supera con creces el que anualmente viene desembolsando la industria petrolera en la Argentina, que suele ser "high profile", al igual que la automotriz. Es decir, que cada anuncio que realizan, por pequeño que sea, cobra una alta difusión.

Si se repasan los aportes realizados por las principales compañías que operan en el país (YPF, PAE, Chevron) apenas superan los u$s1.000 millones promedio por año, de acuerdo con lo que cada una de ellas ha informado oficialmente. Comparaciones "odiosas"Un ejemplo concreto es el anuncio efectuado por YPF y Dow, que informaron que destinarán "apenas" u$s500 millones de manera conjunta para el desarrollo de un bloque de shale gas en Neuquén. Por cierto, su ejecución se hará a lo largo de todo el 2016.

El compromiso asumido por estas compañías equivale a apenas un cuarto de lo que Telefónica y Telecom invertirán ese año. O a la mitad de lo que aportarán de manera individual en este lapso.

Cada una de ellas dispondrá de $10.000 millones durante el año próximo. En el caso de Telecom, este monto se mantendrá para 2017 y en el de Telefónica se incrementará a razón de 20% anual para 2017 y 2018.

Estas dos grandes players en el campo de las telecomunicaciones prometieron desembolsos por casi $70.000 millones hasta 2018.

Lejos de "atemorizarse" ante la contundencia de estas cifras, el resto de las compañías del sector no quiere quedarse atrás.

Si de realizar "comparaciones odiosas" se trata, el anuncio de YPF y Dow es comparable con el monto previsto por Claro, por un lado, y el de Cablevisión, por otro, para ampliar su infraestructura y su oferta de servicios.

Cablevisión desembolsará u$s450 millones para continuar desarrollando banda ancha en el país. Claro, en tanto, hará lo propio (u$s400 millones) como parte de un plan que ya arrancó y que se extenderá hasta el 2018. Hacia ese año, habrá desembolsado nada menos que u$s1600 millones.Telcos, las más activas que otrasCuando se miran los datos estadísticos del Banco Mundial, también se advierte que la industria de las telecomunicaciones ha sido la más activa de los últimos 15 años.

Incluso, si se la compara con aquellos sectores que suelen ser claves para la economía de un país, como lo es el de la energía, el transporte y algunos servicios, como la provisión de agua.

En el lapso comprendido entre 2006 y 2010, los desembolsos de la industria energética fueron de "apenas" u$s800 millones, mientras que el de las telcos casi triplicaron esa cifra (u$s2.100 millones).

En los años siguientes ,2011 a 2015, estas últimas incrementaron sus aportes en unos u$s2.500 millones, principalmente a raíz de la licitación del espectro y del inicio de construcción de las redes 4G.

Un repaso sobre lo realizado por cada rama de actividad en estos años es prueba bien elocuente de cómo las telecomunicaciones en la Argentina se convirtieron en el sector más activo en materia de inversiones.

Semejantes apuestas encuentran, por cierto, sustento firme. Esta industria no sólo es clave porque llega a millones de argentinos, ya sea a través de los celulares, de los servicios de banda ancha fija, voz e Internet.

También, porque de su existencia depende gran parte del desarrollo del país y la vinculación entre el mundo de las empresas y los nuevos negocios.

En materia de inversiones, el rubro de las telecomunicaciones adquiere un rol protagónico para el equipo de Macri. Incluso, más que cualquier otra rama de actividad.

El Gobierno pretende que se aceleren las inversiones. Pero sabe que para que esto ocurra deberá crear las condiciones necesarias para dinamizar, por un lado, este proceso en el plano interno y, por otro, para que lleguen capitales de afuera.

¿Qué exigen las compañías? Principalmente un marco regulatorio claro, que se dejen de lado las peleas políticas con los grupos de medios, que se eliminen asimetrías, que se favorezca la competencia y que también se definan mecanismos de control objetivos.El AFSCA y dos normativas claveLas leyes de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522) y la de Argentina Digital (27.078) fueron ideadas por el kirchnerismo para regular por separado algo que inevitablemente estará unido, producto del avance de las nuevas tecnologías.

- La primera de esas leyes está vigente y reglamentada, si bien ostenta un gran problema: insólitamente los legisladores no incluyeron a Internet cuando la pensaron. Por eso, la mayoría de los expertos afirma que ya ha "nacido vieja".

- En la segunda, si bien se aprobó, nunca fueron reglamentados aspectos básicos para el funcionamiento del mercado y para el aliento de nuevas inversiones. En este caso sí se incluyó a la web pero de manera muy "liviana", dejando más lugar a dudas que a certezas.

Que se avance sobre un nuevo marco regulatorio -a tono con los tiempos modernos- y que se contemple la necesidad de revisiones periódicas, se imponen como premisas para lograr el objetivo perseguido por el Gobierno.

Es decir, que se agilicen las inversiones e ingresen en el corto y mediano plazo esa caudal de "telco-dólares" que tanto busca Macri y equipo para reactivar la economía, más allá del efecto positivo que generará en los usuarios un mejor servicio.

Por cierto, trabajar en un marco regulatorio moderno no será un proceso libre de tensiones. Las empresas también tienen sus intereses, sus diferencias y sus peleas eternas, como la que vienen sosteniendo desde hace más de una década Telefónica y Cablevisión.

A este tipo de contiendas se irán sumando otras, como la puja que ubica a las proveedoras de red de un lado (Telefónica, Telecom, Cablevisión) y a las de servicios y aplicaciones por el otro (Google, Facebook, Netflix).

Todas son expertas en el arte de hacer lobby para impulsar aquellos temas que cada una necesita que sean tratados en la agenda oficial.Primero, la políticaLas primeras líneas del Ministerio de Comunicaciones pergeñado por Macri tienen una característica acorde con los objetivos que él persigue: son lideradas por políticos y no por técnicos. Y así lo entienden en la industria de las telcos.

Saben que en este primer tramo de la nueva administración habrá que jugar fuerte en ese terreno, hacer ejercicio del poder y encarar las negociaciones pertinentes. Por eso fue elegido al ministro Aguad, que cuenta con la habilidad suficiente para desarrollar una tarea de este tipo.

Algo de ello puede verse también en las designaciones de los interventores de la AFSCA y la AFTIC, y hasta en ArSat, la empresa estatal de servicios satelitales. 

Una vez despejadas las urgencias políticas será el momento de avanzar en las cuestiones técnicas. Básicamente en aquellas vinculadas con la definición de un nuevo marco regulatorio.

Se descuenta que cuando el Congreso inicie sus sesiones en 2016 ingresará un nuevo proyecto que integrará ambas leyes mencionadas.

Serán los tiempos de las segundas líneas, como la del vicepresidente de ArSat, Henoch Aguiar, ex secretario de Comunicaciones del Gobierno de Fernando de la Rúa y promotor de la apertura de este mercado en esos años.

También, del resto de los referentes con experiencia en la materia que estuvieron acercando propuestas a la Fundación Pensar. Eso traerá nuevas tensiones pero con un panorama político más despejado, al menos en materia de telecomunicaciones, medios y nuevas tecnologías.

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