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Manzanas en la ruta, otra vez: por qué el dólar alto no alcanza para aliviar a los productores
26/01/2016 - 10:10hs

Las peras y las manzanas volvieron a quedar tiradas en las rutas, tal como ocurrió hace un año, cuando los productores del Alto Valle de Río Negro reclamaron medidas para poder exportar y salir de la difícil situación en que se encuentra esa economía regional desde hace ya un tiempo largo.

Pero esta vez el marco es diferente, porque la protesta ocurre después de una devaluación de más del 40% y de la quita de retenciones para la exportación implementadas por la administración Macri.

Contrariamente a lo que muchos pensaban, este alivio -que fue bien recibido por otros sectores del campo- no fue suficiente para evitar que esa postal de alimentos pudriéndose en las rutas se repitiera.

Algo que dejó al descubierto es que el problema era más complejo que una mera cuestión de atraso cambiario y que la devaluación de por no resultó una solución.

Las distorsiones en la cadena de valor de las economías regionales van mucho más allá de la corrección cambiaria y de la quita de retenciones.

Entran en juego la inflación, las paritarias, el poder de los grandes jugadores sobre los pequeños productores.

Por eso los reclamos se centran en la intervención de los funcionarios públicos, provinciales y nacionales, para que la situación ingrese en una etapa de resolución concreta.

La semana pasada iban a reunirse los gobernadores de Río Negro, Alberto Weretilneck, y de Neuquén, Omar Gutiérrez, con el ministro de Agricultura, Ricardo Buyraile, y otros funcionarios de esa cartera para avanzar con medidas concretas. Pero ese encuentro se suspendió hasta ayer lunes, cuando una vez más volvió a postergarse.

"La situación es muy complicada porque había expectativa de que el Gobierno comenzara a ayudarnos con otras medidas concretas, que ya planteamos en anteriores oportunidades", dijo a iProfesional Jorge Figueroa, presidente de la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén.

Lo que el conflicto ha dejado en claro es que resolver los problemas de las economías regionales es mucho más difícil que quedar bien con "el campo". Esto es así orque, en el caso de las economías regionales, no alcanza con modificar dos variables.

La cadena de valor está integrada por grandes jugadores, que suelen llevarse siempre los beneficios de las medidas iniciales, y por una enorme cantidad de medianos y pequeños actores, que siempre resultan ser los más perjudicados.

Los granos pueden guardarse en silobolsas por tiempos mucho más largos que lo que una pera o una manzana soporta en una cámara frigorífica.

Los productores insistieron en que la eliminación de las retenciones benefició a las grandes exportadoras, pero no favoreció tanto a los chacareros.

Las demandas que ya plantearon al Gobierno en diciembre pasado son:

1. Financiamiento a tasas subsidiadas para enfrentar la cosecha 2016.

2. Reducción del 50% de los aportes patronales por un tiempo determinado.

3. Acompañamiento oficial ante la inminencia de las paritarias del sector.

4. Un reintegro más acelerado del IVA.

5. 

Medidas para que el Estado mejore la infraestructura, de manera de reducir los costos de logística.

A esto se suma que ya al Gobierno anterior le habían reclamado un paquete de ayuda global de $1.200 millones para darle un espaldarazo a la actividad que nunca llegó.

En ese marco, recordaron que sólo para la actual cosecha se necesitarían unos $300 millones. Ni antes ni ahora ha sido posible avanzar en esta dirección.

Inclusive, en diciembre, desde el Banco Nación se había asegurado que se liberarían créditos para impulsar a las economías regionales, y hasta habían mencionado el caso particular de los productores de peras y manzanas del Alto Valle. Pero hasta ahora, nada de eso ha sucedido tampoco.

Los chacareros advirtieron que las exportadoras lograron aprovechar la eliminación de las retenciones para colocar sus productos en el exterior, que son de mejor calidad.

Pero como Brasil y Rusia -los principales destinos- están también comprando menos, eso impactó en la demanda de su propia producción.

Para completar las dificultades del panorama, señalaron que el precio que se ofrece para la fruta que se destina a la industria juguera ($0,17 por kilo), lo que desalienta cualquier intención de cosecharla.

Durante el fin de semana, en el que se celebró la Fiesta Nacional de la Pera, los productores mantuvieron reuniones para definir las próximas estrategias a seguir.

Mientras tanto, varios de ellos decidieron regalar cajones de peras y manzanas a quienes circulaban por la zona.

Pese a la intención de impulsar a las economías regionales, a un mes y medio de asumido el nuevo Gobierno, parece que no es tan fácil encontrar la punta del ovillo que, realmente, ayude a descomprimir la situación.

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