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El Estado será el principal "enemigo" de los ahorristas y empresas a la hora de pedir crédito barato

El Estado va a ser el principal "enemigo" de los ahorristas y empresas a la hora de pedir crédito barato
09/02/2016 - 11:00hs
El Estado será el principal "enemigo" de los ahorristas y empresas a la hora de pedir crédito barato

Tan solo dos meses pasaron desde que el Gobierno asumió y, entre tantos desajustes encontrados, resalta la dificultad para acceder al crédito que tienen las pequeñas y medianas empresas, que representan alrededor del 90% de las firmas que operan en el país.

Uno de los temas centrales, que aun no encuentra solución, es la falta de líneas de financiamiento, la gran cantidad de requisitos solicitados y las elevadas tasas de interés que tienen que afrontar aquellos que solicitan préstamos privados, que confluyen en una explicación generalizada: escasez de incentivos.

Desde el Estado, en la gestión kirchnerista se había establecido a fines del 2012, a través de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN), el recordado "inciso K".

Este apartado estipulaba la inversión en proyectos productivos de la "economía real" en base a un porcentaje de las utilidades obtenidas (entre 10% a 20%) por las grandes empresas, aunque este "mandato" oficial recayó principalmente en las compañías de seguros.

La condición para todos los instrumentos establecidos por esta herramienta era su oferta pública. Es decir, los plazos y tasas tenían que ser las de mercado.

Al respecto, el actual Gobierno intenta desarticular esta normativa kirchnerista que se mantuvo a lo largo de dos años, según lo que indica el cronograma establecido oficialmente para desarmar posiciones, para evitar que se genere una avalancha de ventas de las compañías de seguros.

Y para que no se genere esta "fuga", días atrás la SSN también publicó una resolución que obliga a las aseguradoras a colocar un mínimo del 3% y un máximo de 20% de sus inversiones en cuotapartes de fondos comunes de inversión (FCI) Pyme.

El monto que las compañías de seguros "invirtieron" durante la existencia del inciso K no es despreciable: alrededor $30.000 millones, cifra que representa un 15% de sus carteras y que fueron canalizados a través de unos 30 FCI.

Dilema para el nuevo Gobierno

El objetivo propuesto cuando nació esta iniciativa era que los capitales recaudados sean destinados a proyectos productivos de pequeñas y medianas empresas.

Pero la realidad marcó otra cosa: pocas firmas accedieron a este instrumento y, encima, las que pudieron aprovechar esta herramienta lo hicieron para conseguir dinero "barato", a una tasa de interés subsidiada del 18 por ciento.

Y, lo más desfasado, es que muchos de estos beneficiarios no utilizaron estos fondos para volcarlos a proyectos expansivos sino para financiar gastos corrientes.

Esta desvirtualización del inciso K fue ayudado por el contexto.

 

Desde que fuera lanzado el sistema, la marcha contractiva de la economía contribuyó a no alentar las inversiones en infraestructura ni en nuevos emprendimientos.

"¿Para qué íbamos a invertir si ya teníamos un estructura ociosa y la actividad del país no crecía?", dijo a iProfesional un empresario.

A lo anterior se sumó otro factor clave: en realizas, fueron las grandes compañías las que más se favorecieron con este instrumento pensado para las medianas y chicas.

"Petroleras -como YPF y PAE-,  aprovecharon en la mayor parte del inciso K, y se llevaron ese beneficio para obtener créditos a tasas subsidiadas, ya que tenían muy buena relación con el ente regulador", resume a este medio Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment.

"Encima, muy pocas Pymes pudieron acceder a este beneficio y, para colmo, la gran mayoría era elegida a dedo, por sus vínculos políticos", completa.

Es que, según Di Giorno, las empresas "comunes", las que no tenían contactos, no podían acceder fácilmente a los créditos subsidiados, ya que eran escasos y también debían cumplir con una serie de requisitos muy exigentes.

Para peor, la mayoría de los empresarios entiende que existe un tema de fondo que es tan sencillo de explicar como una regla de tres simple: si las firmas no tienen rentabilidad, por más incentivos financieros que tengan, no invertirán para hacer crecer sus estructuras.Nuevo escenarioEn este contexto, surge la pregunta: ¿cuál es el nuevo escenario crediticio tras la derogación del inciso K?

Para Di Giorno, "como en cualquier país, una pequeña o mediana empresa tiene que poder presentarse a un banco, con su contabilidad ordenada, y acceder facilmente a un crédito".

Esos bancos, claro está, tienen un rol central, que es precisamente el de facilitar el otorgamiento.

El problema es que contra ese objetivo atenta el "premio" que les ofrece nada menos que el Banco Central por la compra de sus títulos (Lebac).

Al ser tan alto (y a riesgo muy bajo), entonces los desvía de lo que debiera ser su foco principal, que es el de financiar al sector privado

De hecho, la tasa que el BCRA les brinda es de algo más del 30%, por lo que las entidades prefieren hacer negocios con la máxima autoridad monetaria y desplazar al resto.

"Los bancos optan por hacerse de Lebac ya que les conviene más que los préstamos minoristas, que conllevan el riesgo de la incobrabilidad, la mora o los temas judiciales", resume Di Giorno.

Y agrega otra cuestión clave: si préstandole al Banco Central ganan una tasa muy alta, entonces terminan exigiéndole a los particulares y a las empresas un tipo de interés muy superior a este "piso" fijado por esos títulos.

Esto se comprueba rápidamente viendo lo que sucede hoy día en el mercado: 

- En el Banco Nación, por ejemplo, se ofrecen créditos de 36 a 120 meses para líneas de Inversión Productiva.

- El costo financiero total (CFT) para un préstamo a una Pyme tiene un piso del 35 por ciento.

- En el caso de un banco privado, se mueve entre un 40% y un 50%.

- Si por no calificar la firma se ve obligada a recurrir a entidades de segunda línea, le pueden solicitar hasta un 120% anual

"Los productos financieros para las Pymes están distorsionados", señala un directivo de un banco de capitales españoles.

En general, todo tipo de financiamiento se encareció en la actualidad para las firmas de menor porte.El problema del crowding out, en cifrasSe llama "crowding out" al desplazamiento de los privados que genera el Estado en el mercado de deuda, en su imperiosa necesidad de hacerse de recursos.

El elevado rojo estatal que tiene Argentina en la actualidad -y la necesidad de emisión de títulos- no hacen otra cosa que profundizar este fenómeno.

Para los analistas de Delphos Investment, los "damnificados" de este escenario (que se manifiesta en estado embrionario) son las minorías. Es decir, los emisores privados.

"Contemplamos que el significativo incremento que se espera en la demanda de fondos por parte del Estado Nacional se encuentra generando un efecto crowding out en el mercado local", señalan.

Esto "dejan a las emisiones privadas tales como obligaciones negociables corporativas y fideicomisos financieros (FF) en un plano secundario en términos de liquidez", completan.

¿De cuánta plata se habla? Si se cumplen las metas oficiales:

- El rojo fiscal se acercará a los $500.000 millones (6,5% del PBI). 

- Además habrá que pagar deuda por unos $280.000 millones

- Es decir que en total se necesitarán $780.000 millones

¿Cómo se pagaría?

- El Banco Central podría aportar $165.000 millones

- La Anses, uno $70.000 millones

- Refinanciaciones, $145.000 millones (por ser otros organismos del sector público)

- Organismos financieros, $30.000 millones (nuevos créditos para pagos que vencen)

Papel y lápiz en mano, el bache rondaría los $370.000 millones, que habría que cubrir... emitiendo

El financiamiento del Banco Central ($165.000 millones) obliga a absorber parte de la emisión con Lebac a altas tasas de interés, lo que potencia el "crowding out". 

Desde Economía y Regiones afirman: "El BCRA seguirá emitiendo para financiar al sector público en el corto plazo. De hecho, Prat Gay anunció que este año la entidad emitirá $165.000 millones para asistir al Tesoro".

Por otro lado, para ser consistente con la meta de inflación, "debería absorber la mitad con LEBAC".

Economia y Regiones un pronóstico severo sobre lo que denomina "gradualismo fiscal" del actual equipo económico: "Una reducción más rápida de los subsidios descomprimiría la presión del sector público sobre los mercados financieros y de capitales, lo cual sería positivo para el sector privado que podría acceder a más financiamiento para su inversión".

"El actual programa de gradualismo fiscal conduce a una fuerte presencia del sector público en los mercados financieros, provocando un crowding out del sector privado que desincentiva y encarece el financiamiento de su inversión productiva, concluyen desde Economía y Regiones.

El rol de la AnsesMás allá del encarecimiento de las tasas que tienen los préstamos para las firmas que precisan financiarse, surge otro tema relevante: el rol de la Anses.

Durante el kirchnerismo, la Administración Nacional de la Seguridad Social fue partícipe de varias líneas crediticias subsidiadas.

El gran problema, como sucedió con el inciso K, fueron sus controvertidos destinos y distribución de los fondos.

¿Y ahora que no habrá "créditos baratos"? Para Di Giorno, "la Anses no tiene por qué empezar a prestar, lo veo difícil, ya que va a tratar de maximizar la inversión. Creo que será más cuidadosa y con un perfil de portfolio manager. Antes tenía un rol social y su objetivo era generar el empleo a cualquier ‘precio'".

Al respecto, hace pocos días, la calificadora de riesgo Moody´s realizó un informe en el que consideró que el Ejecutivo necesitará de la Anses para ofrecer préstamos a largo plazo.

En poco tiempo, "el Gobierno podría depender de la agencia previsional para ofrecer alternativas de financiamiento a varios años, en la medida en que los mercados de capital privado del país se profundizan", puntualizó.

Claro, en este camino también tendrá un rol central la marcha de la inflación, para determinar los costos de las pequeñas y medianas empresas a la hora de pedir un préstamo.

Lo mismo sucederá con el precio del dólar y en cómo esto incidirá en las tasas de interés, la variable crítica para determinar si una empresa toma o no un crédito para avanzar con un proyecto de inversión. 

Impacto buitreEn relación a cómo puede impactar un entendimiento con los holdout o una dilación en el tiempo, desde la consultora INVECQ plantean los dos escenarios.

Si el Gobierno consigue resolver rápidamente el litigio en Nueva York y, de este modo, vuelve a tener acceso al crédito externo, la deuda podría saldarse con una "caja" financiada internacionalmente

Si bien Prat Gay declaró que la asistencia del BCRA no se cortará en este año, la entidad podría transferirle la misma cantidad de pesos que en 2015  y el resto de las necesidades se cubrirían con deuda

De este modo Prat Gay habría conseguido ayudar a Sturzenegger a lograr la meta de inflación de 20%/25% para el año.

Si, en cambio, el conflicto con los holdouts no encontrara solución rápida, el equipo económico tendría dos opciones:

- Recurrir a la emisión monetaria con mayor intensidad que la planeada e incumplir con las metas de inflación

- Recurrir al endeudamiento interno (directamente o vía LEBAC del BCRA) provocando una reducción de la liquidez y un alza de tasas.

Esto, añaden, amplificaría el fenómeno de "crowding out", impactando directamente en el nivel de actividad económica.