El titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, acordó este jueves con la mayoría de las cámaras de la actividad un adelanto de $2.600, a cuenta de las paritarias que vencen el 31 de marzo. 

Se trata de un pago extraordinario no remunerativo de $1.300 en la primera quincena de este mes y otro tanto en la segunda mitad de febrero, para compensar la pérdida de poder adquisitivo que vienen denunciando varios gremios.

"El pago es para reforzar el salario ante el tema inflacionario porque la situación es bastante difícil", dijo a iProfesional el secretario de organización de la UOM, Antonio Cataneo.

El reclamo había surgido a mediados de diciembre, cuando el metalúrgico y dirigente de la CGT oficial le planteó a Mauricio Macri la necesidad de un bono navideño, con la intención de que cada gremio negociara luego el monto.

Después de que varios gremios lograran un plus, el bono de los metalúrgicos llegó este jueves durante una reunión en la sede del sindicato con la mayoría de entidades empresarias del sector (Adimra, Camima, Caiama, Fedehogar y Afac). En cambio, el sector siderúrgico liderado por Techint y Acindar se mantuvo al margen.

"Los empresarios ratificamos una vez más nuestro compromiso y vocación por alcanzar un punto de entendimiento que permite sostener el poder adquisitivo del salario de los trabajadores, mantener las fuentes de empleo y preservar la industria pyme local", señaló José Luis Ammaturo, presidente de Camima

En vísperas de las paritarias, Mauricio Macri tuvo que salir a calmar las aguas esta semana con una convocatoria de urgencia al sindicalismo para "la semana próxima o la que viene", ante el rechazo generalizado que suscitó el "techo" del 25% sugerido por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca.

Aunque no precisó quiénes serían los invitados, este jueves trascendieron negociaciones secretas entre el Presidente y el líder de la otra CGT, Hugo Moyano, para encaminar la discusión hacia la pauta oficial, a cambio de concesiones extra salariales (Ganancias, asignaciones familiares, y obras sociales).

Ese rol protagónico es el que reclamaba Caló, cuando este miércoles le pidió a Macri un lugar en la mesa de conversacionesy se quejó de que "a los trabajadores les falta una caricia", tras las medidas oficiales a favor del sector empresario.

La jugada de Caló

Por otra parte, el sindicalista sumó presión esta semana al Ejecutivo al pronosticar que su paritaria oscilaría en torno al 32% de incremento, "porque la situación se puso muy turbulenta por los aumentos de precios y de la luz". 

Varios dirigentes de la UOM rechazan el presunto pacto entre Moyano y Macri, por entender que beneficia a los rubros con salarios altos, como es el transporte, mientras perjudica a aquellos de ingresos bajos, en particular a los metalúrgicos.

En ese esquema, gremios como el de los camioneros sacarían más ventaja con la modificación de ganancias que con una suba superior a la expectativa oficial. En cambio, la mayoría de los obreros de la metalurgia no notarían la diferencia en sus bolsillos, porque solo 10.000 de 250.000 pagan el tributo.

Los reclamos de Caló responden también a otros motivos. Por un lado, debe dar respuesta a aquellas seccionales, como las de Córdoba, Buenos Aires y Santa Fé, que se quejan por la pérdida de poder adquisitivo, los despidos y suspensiones en el sector automotriz, donde el miércoles se registraron protestas.

Para algunos el líder de la UOM se quedó corto con el pedido que adelantó esta semana y exigen que vaya por más en marzo, cuando arranquen las conversaciones con los empresarios.

"Hace mucho tiempo que Caló no acompaña a la mujer al supermercado. La inflación y la devaluación se comieron ese 32% hace rato. Tiene que ser más y lo compartimos muchos", se quejó un dirigente bonaerense.

A su vez, en simultáneo con las paritarias, el gremio metalúrgico iniciará la renovación de autoridades en las seccionales y en el secretariado nacional, que el año pasado quedó en el ojo de la tormenta tras la denuncia de apropiación de fondos sindicales. 

Los detractores de Caló sostienen que los miembros de la cúpula ya "tienen casi 80 años", por lo que presagian un recambio generacional. En ese caso se convertiría en una de las primeras organizaciones gremiales en llevarlo adelante.