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Dólares prestados o más maquinita: se necesitarán $300.000 M para "bancar" el déficit versión 2016

Dólares prestados o más "maquinita": se necesitarán $300.000 M para "bancar" el déficit estatal versión 2016
09/02/2016 - 11:00hs
Dólares prestados o más maquinita: se necesitarán $300.000 M para "bancar" el déficit versión 2016

Tipo de cambio y déficit fiscal. Estos son dos de los temas centrales que el equipo económico necesita resolver más temprano que tarde. 

Según cómo le vaya, podrá estirar la "luna de miel" con el mercado o sufrir la erosión del principal activo que tiene hoy día que es, ni más ni menos, la confianza

Una confianza que le ha permitido tirarse a una pileta semivacía con el desarme del cepo y salir "ileso", habida cuenta de que al día de hoy aún no ha recibido esos u$s25.000 millones que -a priori- decía que iba a necesitar para "nadar" en tranquilidad.  

Respecto al primer punto (tipo de cambio), definir el "precio justo" del billete verde resulta clave para motorizar el nivel de actividad. Con más divisas en su poder, podrá abastecer mejor a todas aquellas empresas que necesitan importar insumos para alimentar sus líneas de producción.

¿Cómo viene moviéndose en este frente? El Gobierno todavía está buscando la "sintonía fina" en la clásica puja dólar vs. tasas. 

Es decir, proponer una combinación entre ambas variables que cumpla con dos finalidades:

-Por un lado, que "invite" a quienes tienen activos dolarizados (sojeros) a desprenderse de sus tenencias, al ver que el billete verde está alto.

-Por otro, que ese incremento esté acorde con un nivel de tipos de interés que incentive a los ahorristas a mantener sus plazos fijos y no los conviertan en moneda estadounidense.

Respecto al segundo punto (déficit fiscal), achicar el rojo en las cuentas públicas lo ayudará a emitir menos y esto, a su vez, contribuirá a que los precios de los bienes y servicios moderen su escalada alcista, al tiempo que lo ayudará a reducir las presiones sobre el mercado cambiario.

El desafío que se le presenta al macrismo es que esto requiere de algo más que una sintonía fina de variables. 

En principio, para reducir el fuerte rojo de las cuentas públicas, el equipo económico está trabajando en achicar algunos gastos: nómina de empleados estatales, obras ya pautadas y los polémicos subsidios. 

Sin embargo, la herencia recibida es demasiado pesada como para ilusionarse con poner rápidamente las cuentas en orden.

De acuerdo con un informe del Instituto Argentino para el Análisis Fiscal (IARAF), la base monetaria se expandió $160.000 millones en 2015, mientras que la emisión para "bancar" al fisco ascendió a casi $180.000 millones.

De ese total, prácticamente la mitad correspondió a préstamos de corto plazo otorgados por el Banco Central al Tesoro. 

Así, en el transcurso de los últimos cuatro años, el financiamiento por esta vía se cuadruplicó, hasta llegar a la friolera de $80.000 millones.

¿Alcanza el gradualismo?

"Ni siquiera eliminando todos los subsidios –que rondan el 5% del PBI– se puede revertir el déficit fiscal", afirma el economista Nadin Argañaraz, director del IARAF. 

Según sus estimaciones, el rojo en las cuentas públicas llegó a ser de un 7,3% del PBI en 2015.

Su opinión coincide con la de uno de sus colegas, Dante Sica, director de la consultora Abeceb: "Al Gobierno le resultará muy difícil reducir drásticamente el déficit en 2016".

Miguel Bein, el economista "estrella" del sciolismo, cree que los anuncios fiscales del Gobierno de Mauricio Macri implicarán un alto costo, que rondará los $145.000 millones (de ese total, más de un tercio se debe al alivio en retenciones).

El problema, añade Sica, es que la herencia que dejó el kirchnerismo es tan compleja que bajar un punto el déficit implica un esfuerzo demasiado importante: "No veo que tenga mucho margen para achicar el rojo drásticamente".

Cuando se apagan los micrófonos, varios funcionarios cercanos al equipo económico reconocen que no pueden reducir "de un saque" el rojo fiscal con una estrategia tipo shock y que deben transitar un camino gradualista.  

El problema es el "círculo vicioso" que se forma al seguir "bancando" esos gastos del Estado, aun cuando tiendan a la baja. 

Dicho "círculo vicioso" consiste en que: 

-Necesariamente se debe emitir

-Esa emisión alimenta la inflación.

-La inflación corroe el valor de la moneda.

-Entonces, el ahorrista pide más tasa por plazos fijos.

-Si se paga más por plazos fijos también se encarecen los préstamos.

-Préstamos al consumo más caros resienten el nivel de actividad. 

¿Qué hacer entonces? La estrategia oficial pasa por obtener una buena dosis de financiamiento interno y externo para romper ese círculo vicioso.

¿Para qué? Para ir transitando ese camino gradualista (de ir achicando el rojo fiscal) pero reduciendo la emisión, para así ir morigerando la alta inflación.

Para el economista Mario Blejer, "cuando se tiene déficit fiscal, hay que financiarlo de alguna forma: con deuda o con dinero que el Banco Central debe imprimir. O bien, equiparar el gasto público con los ingresos".

Dado que el Gobierno quiere bajar el ritmo de la "maquinita", todos los caminos conducen a los buitres. O, mejor dicho, a tener que solucionar rápidamente el conflicto para poder acceder al crédito externo.

En este sentido, resultó clave el avance de este viernes. El equipo económico ofreció cancelar la deuda con un 25% de quita y la oferta recibió el visto bueno de dos de los seis principales fondos. 

Déficit versión 2016

Por lo pronto, desde el ministerio de Hacienda estiman que este año podrán achicar el rojo en las cuentas públicas en no más de dos puntos.

Concretamente, desde un nivel cercano al 7% (2015) a un 4,8% (2016). 

Hablando en plata, afirman que "haciendo bien los deberes", el rojo fiscal quedará en unos $350.000 millones.

Claro que ese objetivo no sólo se logra compactando el gasto, sino también haciendo subir los ingresos.

Por lo pronto, el ministro de Hacienda ya anticipó que el Banco Central "bancará" al Estado por un monto ($180.000 millones) que equivale casi a la mitad del rojo previsto ($350.000 millones). 

¿Quién pondrá el resto? "Por descarte, el faltante se cubrirá con endeudamiento”, afirman desde M&S, la consultora de Carlos Melconian y Rodolfo Santángelo. 

A esta última cifra se le debe sumar unos $100.000 millones de deuda en pesos que colocó el Tesoro en 2014 y 2015 y que vencerán este año. 

Con estos números sobre la mesa, resulta más que claro que este 2016 será un año en el que el Tesoro será un fuerte demandante de crédito. 

Los riesgos de tomar dólares y pesos

Mientras que el déficit fiscal sea elevado, financiarlo con endeudamiento y menos emisión igual tendrá implicancias no deseadas

“Podrá ser menor la presión inflacionaria pero habrá más presiones por el lado de la alta tasa de interés, falta de crédito, ahogo sobre la actividad", afirman desde M&S.

Este escenario, a su vez, "presionará a la baja al tipo de cambio”, añaden.

A diferencia del kirchnerismo, el equipo de Cambiemos apunta a no depender exclusivamente de la salida monetaria para saldar las cuentas, sino recurrir al endeudamiento

“Se apunta a minimizar la emisión”, asegura Argañaraz.

Para Bein, este cambio en el mix (más deuda menos "maquinita" de imprimir billetes) conlleva algunos riesgos, como el de un escenario de altas tasas de interés.

En el mientras tanto, es decir hasta que el Gobierno de Macri pueda reducir el rojo en las cuentas públicas, ¿qué puede pasar con el dólar?

Gabriel Caamaño Gomez, economista de la Consultora Ledesma, arriesga una respuesta: "Cualquier déficit significativo y sostenido, cuyo ajuste se retrase, independientemente de cómo se financie, termina apreciando el tipo de cambio real".

Si la opción es recurrir a colocar deuda, el impacto se sentirá más sobre el mercado cambiario. 

Ese nuevo endeudamiento por unos $150.000 millones (el equivalente a u$s10.000 millones), serían dólares adicionales a los requeridos para cumplir con los vencimientos del año por un monto similar.

Desde ya no será tarea fácil que el Gobierno consiga u$s20.000 millones en los mercados de capitales para financiar el agujero fiscal y cumplir con los compromisos en agenda. 

Si los consiguiera, debería vender esa masa de billetes verdes en el mercado para poder hacerse de pesos, lo que generaría una oferta de dólares extraordinaria.

En cambio, si la opción es darle a la "maquinita" de imprimir billetes, el impacto se sentiría más sobre sobre el mercado de crédito que sobre el cambiario. 

Se generaría un fuerte "crowding out", que significa que los bancos se sentirán más atraídos a prestarle la plata al Estado desplazando así a los privados del financiamiento.

Es que el mercado local es demasiado pequeño para abastecer las necesidades del Tesoro, absorber cada vez más títulos emitidos por el BCRA (Lebac) y ofrecerle dinero a particulares y empresas. 

En otras palabras, la presión de demanda de crédito del Tesoro no dejará espacio para que el sistema bancario reactive el financiamiento al sector privado. 

Los factores que llevan al déficit

En cuanto al otro "gran enemigo público", como es la inflación, existe consenso en que una de sus causas es el agudo desbalance fiscal y monetario que viene desde años atrás. 

Ahora, según se manifestó en forma oficial, el principal objetivo del BCRA será tratar de bajar el índice. Un duro desafío, pues dependerá de:

-La forma en la que evolucione el rojo en las cuentas públicas.

-Hasta qué punto el Banco Central querrá "bancarlo". 

Por lo pronto, el déficit primario en pesos nominales de 2016 será más alto que los cerca de $300.000 millones del año pasado. 

Según cómo evolucionen dólar, tasas e inflación dependerá entonces de la dosis que el Gobierno deba utilizar para cubrir ese agujero, ya sea recalentando la "maquinita" de emitir o lubricando el problema con asistencia del mercado de crédito externo. 

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