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En el mejor de los casos, aseguran que 2016 será un año de transición y reordenamiento y que para ver un repunte en las ventas habrá que esperar hasta 2017
14/02/2016 - 14:02hs

Economistas y analistas no pronostican una recuperación de la demanda en el corto plazo, y en el mejor de los casos aseguran que 2016 será un año de transición y reordenamiento y que para ver un repunte fuerte en las ventas habrá que esperar hasta 2017.

La suerte del consumo está directamente ligada a la evolución del producto bruto interno, explican los economistas, y en este sentido coinciden con la proyección que hizo el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, cuando adelantó que, de acuerdo con los cálculos oficiales de 2016, la Argentina cerrará con un crecimiento muy moderado de la economía, que rondará entre 0,5 y 1 por ciento.

"Esperamos un 2016 mejor que 2014 pero parecido a 2015, con un consumo que tendrá un desempeño de 1% para arriba o para abajo en volumen. Creo que el gobierno de Macri se dio cuenta de las implicancias políticas y sociales que tiene el consumo y que por lo tanto no va a permitir una desaceleración muy fuerte. El escenario que estamos viendo es uno en que haya un empate entre la evolución de los salarios y la inflación", asegura Guillermo Oliveto, director de la consultora W.

A grandes rasgos, el economista Fausto Spotorno coincide con el diagnóstico y a la vez precisa que espera un cambio en la evolución del consumo a lo largo del año.

"El escenario que esperamos es muy parecido al del año pasado, aunque con un cambio en el mix de ventas. En 2015, la demanda de bienes durables estuvo alimentada por las doce cuotas sin interés y cierta intención de anticipar compras para cubrirse de una devaluación. Ahora no vemos este factor y seguramente el consumo esté liderado por los rubros más básicos. Para la segunda mitad del año esperamos una desaceleración de la inflación, aunque no esperamos una explosión del consumo", explica el economista jefe del estudio Orlando J. Ferreres.

"A priori no esperamos un cambio positivo en el consumo. En la segunda mitad del año pueden empezar a aparecer algunos indicadores económicos positivos en materia de inversión y exportaciones, pero difícilmente haya buenas noticias en materia de consumo porque no vemos los salarios creciendo por encima de la inflación", coincide Luciano Cohan, economista de Elypsis.

El consuelo que le queda al gobierno actual es que, lejos de los pronósticos apocalípticos, lo que se anticipa es un panorama muy similar al que se vivió en los últimos cuatro años, es decir, una continuación del estancamiento de la economía y el consumo que se vivió durante toda la segunda presidencia de Cristina Kirchner.

La sensación de que se trata de una película ya vista también se confirma al analizar la evolución mensual del consumo en 2015. El último año se puede dividir en dos períodos muy diferenciados: con una primera mitad muy floja -todos los meses tuvieron bajas interanuales en las ventas, con una caída especialmente profunda en marzo y abril, cuando las bajas llegaron a 1,6%- y un segundo semestre mucho más positivo. De hecho, diciembre cerró con una suba del 0,5% y en septiembre se había alcanzado un pico del 2,1 por ciento.

El escenario 2015 no difiere demasiado del que se espera para este año que recién comienza. "Es un año difícil, especialmente en este primer semestre. A nivel consumo masivo, hasta que las paritarias tiendan a nivelar los aumentos de precios, 2016 va a ser más negativo que 2015. Los incrementos que ya tenemos más los que se vienen impactan más en el núcleo que generalmente mueve el consumo, como son los sectores medios", sostiene José Amodei, director de la consultora Scentia en declaraciones a La Nación.

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