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El "gigante sudamericano" confirmó que su PBI se retrajo 3,8% en 2015. Es la mayor recesión que sufre en el último cuarto de siglo
04/03/2016 - 11:14hs

La economía de Brasil tuvo en 2015 su peor recesión en 25 años. Este jueves el "gigante sudamericano" anunció que su PIB se contrajo 3,8% en ese año.

La noticia fue divulgada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Más aún, los expertos prevén que el PIB brasileño retrocederá 3,45% en 2016, lo que marcaría la primera vez que el país pasa dos años consecutivos de recesión desde 1930-31, cuando el mundo sentía los efectos de la Gran Depresión.

Brasil figura como uno de los países que tuvo peor desempeño económico el año pasado a nivel regional -después de Venezuela- y del club BRICS de naciones emergentes (que incluye a Rusia, India, China y Sudáfrica).

Con su índice de aprobación pública por el piso, la presidenta Dilma Rousseff sostuvo recientemente que la crisis se debe a problemas internos y externos, como la sequía del año pasado o la inestabilidad de la economía China.

Sus funcionarios salieron a apoyar esta idea. Tras conocerse los nuevos datos sobre la contracción brasileña en 2015, la peor registrada desde 1990 (cuando fue de 4,3%), el ministro brasileño de Comunicación aseguró que "la economía va a recuperarse".

Edinho Silva dijo, en declaraciones relevadas por la BBC, que quizás las medidas que adopta el gobierno creen condiciones de crecimiento este mismo año, pero evitó señalar una fecha segura para el repunte.

Por otra parte, diversos economistas sostienen que, más allá de China o la baja de los precios de las materias primas que afecta a la región en general, hay factores estructurales que explican la fuerte caída del PIB brasileño. La cadena británica resumió estos factores en cuatro causas del desplome, que son las siguientes: 

Modelo agotadoLa sorprendente expansión económica de Brasil en la década pasada, que llegó a 7,5% en 2010, se basó en gran medida en un aumento del consumo de las familias, que ahora cae en picada.

"Ese modelo se agotó", dijo Luciano Rostagno, estratega jefe del Banco Mizuho do Brasil, en declaraciones a BBC Mundo. El consumo de los brasileños cayó en 2015 tras 11 años de crecimiento, afectando la actividad en general.

A su juicio, la diferencia es que antes la tasa de desempleo era tan alta en Brasil que las medidas del gobierno para estimular el consumo -como el aumento del salario mínimo, excenciones fiscales y subsidios para la adquisición de bienes- lograron mover la actividad económica.

"El problema es que cuando el mercado de trabajo pasó a estar apretado por una tasa de empleo a bajo nivel, comenzó a generar inflación", explicó Rostagno. "Y el gobierno dobló la apuesta: intentó controlar la inflación por la vía de precios administrados, lo que generó un problema fiscal enorme", continuó.

El recorte de inversiones y la pérdida de competitividad de la industria por el alza de los costos de producción debilitaron la actividad, llevando al país al actual espiral descendente, concluyó el analista. Se estima que Brasil pedió 1,5 millones de puestos de trabajo formal el año pasado.

Crisis política

Algunos expertos señalan que la madre de la recesión económica en Brasil es la crisis política que se ha desatado en el país, con un pulso intenso entre el gobierno y el Congreso.

"Hoy el problema económico más importante no es fiscal", sostiene Margarida Gutierrez, profesora de macroeconomía en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).

La tensión entre el Congreso y el gobierno de Brasil es vista como una clave del desastre económico. Según Gutierrez, si Brasil tuviera un ambiente político mejor, ya habría medidas en marcha para devolverle dinamismo a la economía.

"Pero como el Gobierno no tiene una base aliada (en el Congreso) no consigue aprobar ninguna reforma fiscal que indique una luz al final del túnel o una posibilidad de regresión del déficit primario a dos, tres o cinco años", señaló.

CorrupciónOtro problema que está hundiendo la economía brasileña es la corrupción, con un escándalo de sobornos en la petrolera estatal Petrobras que salpica bastante más allá del gobierno.

La propia Petrobras recortó 25% su plan de inversiones entre 2015 y 2019, lo que representa u$s32.000 millones que no se inyectarán en la economía del vecino país. "La reducción de las inversiones de Petrobras tiene un impacto muy grande en el crecimiento económico", aseguró Luciano Losekann, un especialista en economía industrial de la Universidad Federal Fluminense (UFF), en diálogo con BBC Mundo.

El escándalo de corrupción ha comprometido además a las mayores empresas brasileñas de ingeniería y construcción, como Odebrecht, Andrade Gutierrez y OAS. Son firmas que solían ejecutar grandes obras de infraestructura, que impulsaban el PIB brasileño, pero ahora lidian con arrestos y procesamientos de quienes eran sus ejecutivos.

Los resultados oficiales divulgados este jueves señalan que durante 2015 la contracción en la industria brasileña fue de 6,2% y en los servicios de 2,7% respecto al año anterior. Sólo el sector agropecuario registró un alza de actividad, aunque leve: 1,8%.

Crisis de confianzaLos economistas señalan además que Brasil se ha visto perjudicado por un deterioro de la confianza de los mercados en su economía.

Un reflejo de ello fue la reciente decisión de las principales calificadoras internacionales de riesgo de quitarle el grado de inversión al país, un preciado sello de buen pagador que le habían otorgado en la década pasada.

A medida que el gobierno de Rousseff pierde recaudación por impuestos y pide dinero prestado a intereses mayores para combatir la inflación, la deuda pública bruta de Brasil aumenta en relación al PIB: llegó a 66% en 2015 y se proyecta que este año seguirá creciendo.

Los datos oficiales de este jueves muestran diez trimestres seguidos de caída de las inversiones en Brasil, que sólo en los últimos tres meses de 2015 tuvieron un retroceso de 4,9% respecto al trimestre anterior.

Según los expertos, esto no sólo se debe al recorte de las inversiones de Petrobras y del Estado en general, sino también a que el índice de confianza industrial se desmoronó al nivel más bajo desde 2001.

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