La asamblea de accionistas de YPF en la que Miguel Galuccio se desvinculó como presidente y CEO de la compañía no estuvo exenta de polémicas.

Un accionista minoritario incomodó al ejecutivo preguntándole una y otra vez cuál era su sueldo. "¿Es cierto que usted cobraba u$s5,5 millones?", lo cuestionó.

Frente a la evasiva de Galuccio, el accionista -Ricardo Paz Herrera- insistió: ¿Podría decir por sí o por no si su sueldo era de u$s5 millones".

La respuesta del saliente CEO fue que se trataba de "información confidencial".

"¿Qué tiene de confidencial que se conozca su sueldo? No es algo de lo que pueda sacar ventaja ningún competidor, no entiendo por qué no se puede saber", subió la apuesta Paz Herrera.

El encuentro del directorio tuvo mucho de repaso de gestión de Galuccio. "Cuando asumí, había plata para poder pagar sólo 22 días de operaciones y hasta llegamos a pensar en valuar el edificio (la torre de Puerto Madero) para venderlo", quiso ufanarse.

Paz Herrera volvió a cuestionarlo por no haber investigado si la gestión anterior (Repsol y grupo Petersen) habían generado perjuicios durante su manejo de la compañía.

Miguel Ángel Gutiérrez, que fue designado presidente de YPF, miraba la situación en silencio. Daniel González, ex director financiero que fue nombrado CEO interino, estaba más atento. Este último fue lugarteniente de Galuccio, pero también posee buen vínculo con Mario Quintana, uno de los responsables del gabinete económico.

Entre sus autoelogios por haber subido la producción y lo hecho en Vaca Muerta, Galuccio dijo algo que pareció una crítica al ministro de Energía, Juan José Aranguren.

"No estoy de acuerdo con quien considera que es desmesurado el endeudamiento de YPF", planteó. Una reunión de Aranguren con el bloque de senadores de Cambiemos, en el que se abordó el tema del endeudamiento, disparó una serie de acontecimientos que terminó con la renuncia de Galuccio.

Los ejecutivos nombrados por el oficialismo actual (Carlos Felices, Daniel Montamat, Octavio Frigerio, entre otros) intercambiaban comentarios por lo bajo.

Frente a la caída en el precio del petróleo y la decisión de bajar el nivel de actividad, la compañía cree que necesita más fondos para poder seguir funcionando, consigna Clarín.

Por eso, se votó una ampliación de la capacidad para tomar deuda, que pasará de u$s8.000 millones a u$s10.000 millones.