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Un ajuste "de Temer": por qué ahora Brasil ve en la Argentina y en el plan de Macri un espejo que adelanta
24/05/2016 - 09:06hs

Allá por los años ochenta, Argentina y Brasil sufrían serios problemas inflacionarios. Intentaron superarlos a través de distintos planes de estabilización que terminaron casi todos en estruendosos fracasos.

En esa época, en el país vecino se emitía una publicidad televisiva de vodka, marca Orloff, en la que el personaje al mirarse en el espejo veía una versión futura de sí mismo. 

-"¿Quién sos vos?", le preguntaba el personaje.

-"Yo soy vos, mañana", le respondía la imagen.

En el despacho de un encumbrado funcionario -y en el marco de la visita del canciller brasileño- se recordó graciosamente esta publicidad.

Es que esa narración aplica casi a la perfección al ver lo que sucede hoy día en ambas naciones, ya que Brasil deberá anunciar duras medidas de ajuste al igual que Macri debió hacerlo apenas asumió.

Claro que uno pudo gozar de una popularidad que el otro no tiene y contó con una "luna de miel" que le ha permitido transitar ese difícil camino.

Brasil mira en el espejo al mandatario argentino y ve una "imagen que adelanta", habida cuenta de que aún no ha hecho explícita ninguna iniciativa impopular, algo que tendrá que hacer más temprano que tarde.

Por lo pronto, el punto de partida es muy similar y una economía es casi espejo de la otra:

1. Caída del nivel de actividad 

2. Abultado déficit en las cuentas públicas

3. Alta inflación

4. Dólar apreciado

5. Suba del desempleo

6. Elevadas tasas 

7. Pesada carga de intereses en cuentas públicas

8. Desplazamiento del crédito privado (crowding out)

9. Marco político complejo

10. Fin del "súperciclo" de las materias primas exportables

En el "Yo soy vos, mañana", así como existen similitudes, también aparecen grandes diferencias en cuanto a la situación política de ambos mandatarios.

El caso brasileño

A la profunda crisis que afecta a Brasil se le suma otra cuestión clave que, lejos de mejorar las expectativas, empeora las cosas: el factor tiempo. 

A diferencia de Macri, que cuenta con un mayor lapso para revertir el difícil panorama económico,  el reemplazante de Dilma Rousseff tiene apenas 180 días para mostrar gestión. 

Sólo en caso de que sea declarada culpable, Michel Temer podrá mantenerse en su cargo de presidente hasta fines de 2018. 

En términos políticos, comenzó su mandato con escaso poder. No sólo él sino parte de su equipo. De hecho, a poco de asumir, su ministro de Planificación tuvo que pedir licencia al salir a la luz un nuevo escándalo de corrupción. Duró tan solo diez días.

Temer (proveniente del partido PMDB) no sólo sigue siendo investigado sino que, además, no cuenta con el suficiente apoyo popular por el simple hecho de no haber ganado en las urnas.

El Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) es un histórico partido de centro derecha que curiosamente se unió con otro de centro izquierda (el Partido de los Trabajadores o PT), para conformar el endeble gobierno de Dilma.

Si bien es la primera minoría en ambas Cámaras legislativas no tiene ninguna posibilidad de contar con quórum propio: apenas le responden el 13% de los diputados (69 sobre 513) y el 20% de los senadores (17 de un total de 81). 

Así las cosas, a Temer le costará mucho alcanzar las mayorías necesarias para aprobar o modificar leyes, especialmente las más conflictivas. 

Ni hablar de aquellas que algunos analistas enmarcan dentro del denominado "camino argentino" que Macri viene recorriendo desde diciembre

Entre ellas, deberá reducir el gasto público, aplicar ajustes en el personal estatal y anunciar otras medidas impopulares. Esto, sin contar con el suficiente respaldo ni parlamentario ni de la ciudadanía.

Más aun, buena parte de su programa económico se basa en profundas modificaciones legislativas e incluso constitucionales. 

Claro que no todas son pálidas para el ahora presidente. La figura estelar de su equipo económico es el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, que cuenta con el visto bueno de los empresarios y ha sido recibido con beneplácito por inversores de Wall Street.

También cobra relevancia la designación del presidente del Banco Central, a quien el mercado considera como un funcionario que contribuirá a mejorar la credibilidad de la política monetaria.

La designación de ambos tuvo como principal objetivo llevar un mensaje tranquilizador a los inversores

El contexto económico

La crisis institucional de Brasil, si bien es de origen político y judicial, se da en medio de un contexto económico negativo y prolongado, habida cuenta de que acumula casi tres años de caída.

Precisamente, los malos resultados económicos fueron los que derrumbaron el nivel de popularidad de Rousseff para hacer insostenible su mandato.  

La situación actual guarda similitudes con la destitución de Fernando Collor de Mello en 1992, momento en el que arreciaba una profunda crisis económica en medio de una elevada inflación

Temer ahora enfrenta a un panorama muy similar. Necesita mostrar resultados económicos rápidos pero el reloj le juega en contra a la hora de construir gobernabilidad.  

Las cosas se le presentan no muy diferentes respecto de quien fuera el sucesor de Collor de Mello, Itamar Franco, a quien le costó bastante tiempo (dos años) iniciar un camino exitoso.

Había llegado de la mano de su ministro de Hacienda, Fernando Henrique Cardoso quien pudo implementar el plan Real con logros que le permitieron luego postularse y ganar las presidenciales de 1995

Hoy día, la causa principal del problema económico de Brasil es el elevado déficit fiscal, en gran medida por la carga de los intereses de su deuda.

La economía atraviesa la recesión más profunda y larga de las últimas décadas. El PBI no creció en 2014, retrocedió casi 4% en 2015 y volverá a precipitarse en un nivel similar en 2016 (ver cuadro). 

El agujero en las cuentas públicas es otro de los problemas, que llega a ser de hasta 9 puntos del PBI.

Para Gustavo Segré, socio director de la consultora Center Group, "Temer debe divulgar el verdadero déficit fiscal de 2016 que rondará nada menos que los u$s40.000 millones". 

Ninguna variable parece jugar a favor:

-La deuda del país en función de su PBI trepó hasta el 70%.

-Las tasas de interés son altísimas, lo que afecta a las cuentas públicas y ahogan el acceso al crédito e inversión privada.

-Por la entrada de capitales "golondrina" (para aprovechar esas tasas) el real se apreció

-El fortalecimiento de esa moneda hace que resulte un poco más difícil exportar

"La combinación entre ahogo del crédito interno y pérdida de competitividad cambiaria llevó por doble vía a la recesión", apuntan desde la consultora M&S.

A su vez, esa recesión reduce la recaudación y genera una mayor presión sobre el gasto público.

Un programa "de Temer" Hay dos caminos que a ojos de los analistas pueden orientar al actual presidente a salir de laberinto. 

1. Reducir el rojo en las cuentas públicas

2. Achicar el endeudamiento 

Para avanzar en el primero, necesita recortar los gastos del Estado y aumentar la presión tributaria. Difícil e impopular.

Para transitar el segundo, debe disminuir la carga de intereses de la deuda pública y bajar el costo del dinero (tasas).

La primera opción (poner las cuentas en orden) sería las más sana y haría que la tasa baje de modo más natural, algo similar a lo que está haciendo Macri.

Claro que en el caso de Temer resulta muy difícil ya que no cuenta con el suficiente respaldo político y social. De hecho, Rousseff lo intentó sin éxito.

En cuanto al segundo (abaratar el costo del dinero), su implementación sería menos dura en términos sociales pero afectaría una variable clave la: inflación.

¿Qué hará Temer? Todo indica que se arriesgará a recorrer el primer camino: equilibrar las cuentas del Estado y aplicar medidas de carácter estructural aunque impopulares.

Esto requiere "toquetear" algunas leyes e incluso reformar artículos de la Constitución. Es por ello que será de gran importancia su relación con el Congreso y el poder de "lobby" de su equipo. 

Meirelles será el encargado de llevar estas ideas a la práctica. Goza de una buena reputación y, tal como aseguró en sus primeras declaraciones, está convencido de que "hay que cambiar el rumbo" de manera sustancial. 

Anticipó que su prioridad absoluta es la de revisar todas las cuentas públicas: "Vamos a tomar aquellas medidas que sean eficaces y definitivas. No haremos nada precipitado", insistió.

¿Cuáles serían esas iniciativas? Si bien no fueron aún anunciadas, fuentes oficiales hacen referencia a: 

1. Eliminar la indexación en los pagos de salarios públicos, previsión social y programas sociales.

2. Establecer como norma constitucional el equilibrio en las cuentas públicas.

3.  Elevar la edad mínima actual para poder acceder a la jubilación.

4. Fijar un sistema de reacomodamiento automático del gasto (si los ingresos crecen menos de lo previsto).

5. Eliminar de la Constitución los requerimientos mínimos de gasto público en salud y en educación.

6. Reformar el sistema previsional para achicar el rojo fiscal.

7. Avanzar en una suba de los impuestos para equilibrar las cuentas.

El "plan Meirelles" no contempla -a priori- el recorte de programas sociales, aunque ya "avisó" que los revisará en busca de corregir desvíos o aplicaciones ineficientes

En cuanto a la reducción del empleo público, el encargado de dar las "malas nuevas" fue su colega Eliseu Padilha, quien anunció medidas de emergencia que incluyen el despido nada menos que de 4.000 personas. 

Inicialmente, y como forma de tratar de enfrentar la difícil situación, el gobierno impulsó un impuesto transitorio a las transacciones financieras.

¿Cómo le fue? fracasó de movida, debido al rechazo de la oposición y las organizaciones empresarias. Todo un indicio de lo que puede venir.

El programa económico de Temer plantea además:

-Incrementar la participación del sector privado en proyectos de infraestructura

-Reducir los impuestos a la importación

-Aumentar los acuerdos de libre comercio con otros países

-Impulsar una amplia reforma tributaria

Por otra parte, deja en claro que sólo bajará el costo del dinero (tasa de interés) cuando la inflación así lo permita y se alcance nuevamente superávit fiscal primario.

El plan económico de Temer apunta a trascender los 180 días que le corresponden por la suspensión de Dilma. Y esto queda reflejado en la complejidad de las reformas que propone

El tiempo y los acontecimientos dirán si podrá lograrlo y revertir la situación "a lo Henrique Cardoso".

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