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La decisión de Ángelo Calcaterra de buscarle comprador a IECSA responde a obstáculos que van desde el parentesco con Macri hasta negocios con Báez
26/05/2016 - 13:46hs

Desalentar todo tipo de suspicacias. Desactivar las presunciones. Evitar que el ingreso en un negocio, en una licitación u otro tipo de movimiento comercial haga mella en la gestión presidencial de su primo, Mauricio Macri.

Esas premisas parecen ir guiando las decisiones que está tomando Ángelo Calcaterra. En particular, la vinculada con su salida de una de las constructoras más poderosas de la Argentina.

En el negocio del ladrillo proliferan las versiones. La sola mención de su apellido por parte del controvertido Lázaro Báez encendió la luz roja en el tablero de mando de una de las empresas que más obra pública desarrolló durante la administración del kirchnerismo.

En el último tramo de su gestión, el entonces ministro de Planificación, Julio De Vido, mencionó a IECSA -comandada por Calcaterra- entre las tres firmas más beneficiadas, al haber recibido gran parte de los últimos proyectos de la "década ganada", junto con Techint y Electroingeniería.

Desde la propia IECSA llegaron los primeros argumentos para justificar el porqué del apuro por conseguirle comprador a una compañía que factura nada menos que u$s400 millones por año.

"Con Macri como presidente será muy difícil trabajar. Cada paso que la empresa realice siempre será cuestionado, aunque tenga la mejor capacidad técnica o muy buenos antecedentes en el mercado", indicó a iProfesional una fuente cercana a la constructora en estricto off the record.

Así, la sola posibilidad de que la firma sea utilizada con fines políticos, para "pegarle" a Macri, han acelerado el proceso de venta, según confirmaron a este medio directivos de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco).

Por lo pronto, luego de la denuncia presentada en marzo por la AFIP al Grupo Indalo por supuesta "insolvencia fiscal fraudulenta", el balance de IECSA muestra que Calcaterra decidió acogerse a un plan de regularización de deudas impositivas similar al suscripto por Cristóbal López.

Entretelones

La constructora es comandada por Grupo ODS, que cuenta con una participación minoritaria de la italiana Ghella.

Esta última es, precisamente, una de las compañías que suena para quedarse con el manejo de la firma.

Fue en febrero cuando IECSA quedó bajo la lupa. A poco tiempo de haber asumido el macrismo, la empresa resultó elegida para desarrollar una megaobra de gasoductos en Córdoba por $9.000 millones, en combinación con Electroingeniería, la brasileña Odebrecht y dos compañías chinas.

Desde Camarco señalaron a iProfesional que el escándalo Báez y el desarrollo de algunos proyectos en conjunto con Calcaterra no hicieron más que acelerar la decisión de poner en venta la compañía para desactivar cualquier sospecha. 

Con este objetivo en carpeta, el Grupo ODS puso en marcha el "operativo traspaso" en el que incluye no sólo a la citada Ghella como candidata firme sino también a dos jugadores asiáticos. En concreto a:

-China Communications Construction Company, socia para desarrollos en Córdoba.

-Sinohydro, otra firma del gigante asiático que -asociada con IECSA- se presentó para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz.

Precisamente, la compañía de Calcaterra junto con Sinohydro y Austral Construcciones -de Lázaro Báez- integran la Unión Transitoria de Empresas (UTE) que diseñó el plan de obras para el desarrollo de los dos emprendimientos energéticos.

Para avanzar en la venta, IECSA contrató al banco de inversión suizo MBA Lazard, a cargo de las negociaciones con los interesados.

Por lo pronto, el mayor empuje que Macri le dará a la obra pública hace que la firma que ahora controla Calcaterra se haya vuelto muy atractiva para ser adquirida.

Más aun, si a esto se le suma un sistema de funcionamiento ya aceitado, contactos y muy buenos antecedentes en su historial.

Sin embargo, en el sector de la construcción también surgen voces que afirman que el apuro del primo de Macri por vender su compañía guarda un vínculo directo con lo que pueda conocerse de Báez en los próximos meses.

Off the record, señalan que se vienen nuevos contratos para obra pública y necesariamente va a ir quedando a la vista cómo se dividió el negocio en los últimos años.

"Báez tuvo vínculos comerciales por lo menos con el ‘top 5' de los constructores de la Argentina. Ahora lo que está haciendo Calcaterra es salir de escena, no quedar bajo la lupa", sostuvo una fuente consultada.

En su visión, habrá más investigaciones en torno al arco empresarial se vio beneficiado durante la era kirchnerista y en el entorno del primo de Macri temen que quede mal parado.

¿Por qué? Sencillamente porque IECSA estuvo entre las tres principales constructoras del país en cuanto a obtención de licitaciones.

"Lo más lógico es suponer que Calcaterra ahora se concentrará en Creaurban para ejecutar obras dentro de la Ciudad de Buenos Aires. En ese ámbito nunca se lo ha cuestionado", agregó la fuente.

Quien no dudó en vincular la venta de IECSA con el "ruido" judicial en torno al caso de Lázaro Báez es Gabriela Cerruti, kirchnerista a ultranza y con una postura muy crítica de la gestión de Macri y su entorno.

"Lo que está haciendo Calcaterra se enmarca en el apuro de los grandes contratistas de la Argentina por desligarse de los vínculos que tenían con Báez", aseguró.

"IECSA igual ya obtuvo su beneficio apenas asumió Macri como Presidente. Y esto quedó reflejado en la licitación para el desarrollo de gasoductos que obtuvo este año en Córdoba", afirmó.

Cerruti agregó que IECSA obtuvo licitaciones para emprendimientos que luego no fueron llevados a cabo. A modo de ejemplo, señaló "el soterramiento del ferrocarril Sarmiento".

"En la Ciudad hizo el entubamiento del Maldonado, la obra más grande de Buenos Aires, por gestión del macrismo", expresó.

Un traspaso familiar

Hasta 2007, año en el que la adquirió Calcaterra, IECSA fue una de las principales compañías dedicadas a la construcción con las que contó el grupo SOCMA -propiedad de Franco Macri- tío del empresario.

En ese momento, la versión que más pesaba era que el traspaso se había llevado a cabo para no complicar la carrera política de Mauricio, quien recién hacía pie en el Ejecutivo porteño.

Además de IECSA, Franco Macri le vendió a Calcaterra la constructora Creaurban, aunque esas operaciones se terminaron de cancelar recién el año pasado.

Además de estas compañías, Calcaterra es dueño de:

-Fidus SGR

-Compañía Americana de Transmisión Eléctrica

-Cincovial

-La minera Geometales

Ángelo tiene en Fabio, su hermano, a su mano derecha. Ambos son hijos de María Pía, la hermana menor de Franco Macri.

Los Calcaterra también encabezan una empresa que lleva su apellido y que opera de modo similar a IECSA.

Según Cerruti, "Calcaterra SA fue la encargada de realizar la restauración, pintura e iluminación de la fachada de la Casa Rosada".

IECSA, por su parte, levantó casas en Monte Grande, dentro del Plan Federal de Construcción de Viviendas.

Según Cerruti, "fueron detectados sobreprecios de hasta un 98% del valor previsto. También recibió las obras de ampliación de la ruta nacional N°14".

Durante el kirchnerismo -siempre según Cerruti- la compañía recibió, junto con la española Isolux, la adjudicación de dos centrales térmicas de generación eléctrica (en la localidad bonaerense de Ensenada y en la santafesina Sauce Viejo).

La sociedad entre IECSA e Isolux dejó en evidencia el estrecho vínculo que Calcaterra mantuvo con el anterior gobierno.

Incluso, ambas empresas fueron mencionadas para llevar a cabo la construcción del finalmente trunco tren bala.

Salir para entrar

Más allá de lo que ocurra con IECSA y del aparente repliegue en el sector de la construcción, los Calcaterra lejos están de reducir sus operaciones.

En ese sentido, Fabio, hermano de Ángelo, cerró a fines de abril la compra de Interfinanzas, un banco comercial propiedad de capitales nacionales.

La adqusición, según indicó el mismo Banco a la Comisión de Valores, la hizo Calcaterra "en forma conjunta con otra persona, con el consentimiento de los vendedores".

Fue por el 100% del capital social y de los derechos de voto del banco.

El Banco Interfinanzas en el año 1997 pasó a tener la mitad de las acciones a nombre de una entidad austríaca, UniCredit Bank Austria AG, que se retiró del país en 2002.

Desde ese entonces, fue administrado por sus accionistas argentinos -Miguel Angelino y José María González de la Fuente-, los dueños de la firma controladora San Mateo.

Al parecer, ambos estuvieron buscando accionistas para abrirse del negocio financiero. Entre los candidatos desfiló el nombre de Eduardo Eurnekián quien, en 2012, había cerrado la operación pero no contó con el aval del Banco Central.

Luego, intentó hacerse de otro banco pequeño -el Finansur- que finalmente terminó en manos del cuestionado empresario del juego, Cristóbal López.

Por el momento, la transferencia del paquete permanece sujeta a una aprobación del Banco Central.

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