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El titular de Fehgra, Roberto Brunello, se quejó de la situación del sector y pidió medidas concretas al Gobierno nacional      
30/05/2016 - 13:18hs

La salida del cepo cambiario y el ajuste en el valor de la moneda norteamericana fueron noticias muy esperadas por la industria turística y gastronómica, pero no fueron suficientes para que el sector levante cabeza.

"Vemos con preocupación que si bien el Gobierno plantea una salida, no tenemos medidas concretas para salir de la situación en la que estamos", explicó el titular de la Federación de Hoteleros y Gastronómicos (Fehgra), Roberto Brunello.

Una de las quejas pasa por los impuestos. Al respecto, señaló: "De $100 que paga un cliente, $40 se van en compromisos tributarios, sin considerar los costos laborales. Sufrimos una carga tributaria que hace que la tarifa no sea competitiva y casi negativa".

En esa dirección, retomó reclamos históricos del sector, como pasar a un IVA del 10,5% en vez del 21% y eximir del pago de IVA a los extranjeros, algo que hoy se aplica en países vecinos como Uruguay o Chile.

"Con un dólar a 9 y 18 cuotas, era lógico que la gente optara por viajar fuera de la Argentina. La baja del verano se sintió mucho, hay establecimientos operando en el límite de la zona de rentabilidad. La preocupación es generalizada porque no vemos que esto se esté revirtiendo", aseguró Brunello.

El primer trimestre del 2016 arrojó un balance negativo para el sector. Según el Central, la pérdida neta de divisas llegó a los u$s2.300 millones. El "tarifazo" de gas también provocó airadas protestas en los últimos días, especialmente entre los establecimientos del sur del país que lo utilizan más intensivamente. Según denunciaron, el aumento llegó al 1.200 por ciento.

Diferente es la situación de los restaurantes. "Se trata de un negocio más dinámico, donde se cierra y se abre con más facilidad. Por eso era muy complicado aplicar en este segmento la doble indemnización, hace falta flexibilidad", sostuvo.

Y añadió: "Pero concretamente se nota mucho la crisis. Para graficarlo doy ejemplos muy caseros, la gente acotó sus salidas a comer afuera, por ahí antes iba dos o tres veces por semana y ahora sale una".

"Las familias se cuidan mucho para pedir una segunda gaseosa o directamente no piden postre para que no salga tan cara la cuenta. Y en los hoteles la tarifa la termina poniendo el cliente", concluyó Brunello.

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