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Argentina "blanqueada": 10 efectos en la economí­a y por qué la lluvia de dólares puede traer dolor de cabeza
06/06/2016 - 03:04hs

Son muchas las discusiones con respecto a si el precio actual del dólar es el adecuado o si, por el contrario, quedó atrasado frente a la alta inflación y al que necesitan tanto la industria como las economías regionales para colocar sus productos en el mundo.

No ha pasado mucho tiempo desde que el mayorista tocara su valor máximo de esta nueva etapa.

Concretamente, en febrero llegó a cotizar a algo más de $16, lo que generó cierta tensión en el equipo económico de Macri.

A partir de este momento, el Banco Central impulsó un ciclo descendente que lo llevó a perforar el piso de los $14, tal como se observa en estos días.

Por lo pronto, el precio actual es prácticamente el mismo que el que tenía la divisa estadounidense cuando se le puso fin al cepo cambiario. 

El problema es que este recorrido (cerca de los $14 de arranque, pico de algo más de $16 y regreso a un precio por debajo de los $14) se dio en un contexto en el que la inflación, lejos de pegar la vuelta, acumuló nada menos que un 25%.

Entre aquellos que sostienen que hasta el momento no hay evidencias claras de que se haya entrado en otro período de atraso cambiario, está la consultora Economía y Regiones (E&R).

Para sustentar tal afirmación, sus economistas afirman que en la Argentina el dólar es más caro que en el resto de los países de la región, en un rango que va del 35% a casi el 60%.

Tras un relevamiento y un cruce de variables, desde E&R expresan que "el tipo de cambio real está condenado a apreciarse en el largo plazo".

Por su parte, el economista Maximiliano Castillo, director de ACM, pronostica que el Banco Central seguirá con sus intentos de contener el precio y que apelará a recurrir al billete verde como "ancla" de la inflación

Expresa que, para estos fines, le resulta funcional el fuerte ingreso de divisas provenientes del campo.  

Por otro lado, ve como poco probable que pueda darse un movimiento alcista abrupto del tipo de cambio.

Quien también se refirió al dólar fue el controvertido ex ministro de economía, Domingo Cavallo. En contraposición con Castillo, ve al billete verde para arriba.

"Si se estabiliza, estará más cerca de los $16 que de los $14" afirma, tras haber efectuado un análisis de los precios relativos de la economía y de comparar el poder adquisitivo en diferentes países.

Más allá del corto plazo

Como ya es tradición en la Argentina, los continuos cambios políticos y económicos hacen que las proyecciones, en general, se centren en lo que pueda ocurrir en el corto plazo. 

En este sentido, existe cierto consenso de que la cifra actual del dólar responde en gran medida a tres cuestiones:

1. Mayor ritmo en la liquidación de granos, que venía retrasada por las lluvias e inundaciones. 

2. El incremento en el nivel de colocaciones de deuda de provincias y empresas tras la salida del país del default.

3. Las elevadas tasas de interés que se ofrecen para títulos en pesos, que le resta demanda a la divisa estadounidense.

No obstante, si se extiende la mirada a un lapso más extenso, aparece un cuarto factor, que ejercerá alta influencia en la cotización de la divisa: el blanqueo

De confirmarse las cifras que maneja el Gobierno (u$s20.000 millones como objetivo de piso) puede ocurrir que el billete verde no muestre signos de reacción por un tiempo prolongado e, incluso, haya que frenar su caída.

Diego Giacomini, director de E&R, considera que "el dólar está condenado a abaratarse en el mediano y largo plazo", para desgracia de las empresas que exportan y de las economías regionales.

Advierte que el ingreso de dólares por la vía financiera y para obra pública intensificarán ese proceso.

Los analistas de Ecolatina se expresan en igual sentido: "La Argentina volverá a entrar en un ciclo de atraso cambiario". 

Vislumbran un escenario en el que el Gobierno "no tendrá presiones alcistas sobre la divisa", por lo que puede encaminarse hacia un nivel inferior al actual.

"Volvemos a entrar en un ciclo de atraso cambiario. Si el Banco Central mantiene su plan de no intervenir, entonces la reducción del tipo de cambio real tenderá a deteriorarse aun más”, adelanta Federico Semeniuk, gerente de Estrategia Financiera de la consultora.

¿Cuánto puede caer? Buena parte de esta respuesta la dará el mayor grado de éxito o de fracaso que tenga el blanqueo. Es decir, cuántos dólares retornarán al circuito financiero.

Desde el sector industrial, Cristiano Rattazzi, presidente de Fiat, fue de los que pidió que "no se vuelva a dejar retrasar el tipo de cmabio, como sucedió el año pasado, porque necesitamos ser un país competitivo que exporte muchos más productos con valor agregado de los que importa".

"Tener un 30% o 40% de inflación es muy complicado y es un problema que este Gobierno debe solucionar lo más rápido posible", añadió. 

El efecto del ingreso de capitales

Sin entrar en detalles sobre el monto definitivo que pueda entrar, la experiencia muestra que ante un movimiento de capitales como el que se prevé, se darían algunos de los siguientes efectos sobre la economía: 

1. Persistente presión a la baja del tipo de cambio

2. Aumento de la cantidad de pesos en circulación

3. Baja en los niveles de tasa de interés 

4. Incremento de los depósitos bancarios

5. Expansión del crédito a particulares y empresas

6. Mejora en los niveles de consumo

7. Reactivación del mercado inmobiliario

8. Mayor volumen del mercado de capitales

9. Reducción del riesgo país

10. Suba de los precios de bonos y acciones

En cuanto al mercado cambiario, una mayor oferta de dólares inducirá a una previsible baja de la cotización.

Esto, se puede potenciar a raíz de una demanda que se verá superada y que obligará al Banco Central a incrementar sus compras para que el precio no caiga más de la cuenta.

Tal situación es vista por muchos comoun "revival" de aquellos tiempos en los que el Banco Central implementaba su régimen de flotación administrada, que tuvo a Martín Redrado como ferviente defensor.

Bajo este esquema, el BCRA compraba todo el excedente para evitar que el precio cayera por debajo de cierto piso. Del mismo modo, vendía grandes cantidades si el billete verde superaba un determinado techo

En aquel momento, esa estrategia iba a contramano de las adoptadas por otros países de la región, que dejaban fluctuar libremente sus monedas y que las llevaba a fortalecerse frente al dólar. 

Pasó el tiempo y el contexto actual muestra ciertas similitudes, aunque también algunas diferencias

Por lo pronto, ahora en la Argentinase observa un mayor uso de la variable "tasa" como herramienta para controlar al dólar.

¿Cómo? Desalentando la demanda de billetes verdes, generando un mayor incentivo a las colocaciones en pesos, a partir de darle como "premio" a particulares y empresas un muy elevado tipo de interés.

"La corta experiencia acumulada, desde el 18 de diciembre de 2015, sugiere que el manejo de la tasa de interés de las LEBAC influye más sobre el tipo de cambio que sobre la tasa de inflación", afirma Domingo Cavallo.

El Banco Central, árbitro y jugador

Por lo pronto, el Banco Central sigue moviendo sus fichas en forma correctiva pero también preventiva.

En tal sentido, cobra relevancia el incipiente proceso de reducción de tasas.En particular, de las de más largo plazo, en pos de acompañar la menor inflación que el Gobierno espera para dentro de unos meses.  

Para que esta estrategia (bajas de tasas) no derive en una marcada expansión de la cantidad de dinero, la autoridad monetaria dispuso una suba de los encajes bancarios.

Se entiende como tal al porcentaje del dinero que los bancos deben inmovilizar del total de fondos que reciben de particulares y empresas.

La baja de las tasas de interés suele desalentar los depósitos bancarios y mejorar las condiciones del crédito, lo que repercute en mayores niveles de consumo financiado.

Claro que esta suerte de "panacea" no es para siempre. Sólo aplica para un determinado período que depende de lo que ocurra tanto a nivel interno como internacional.

Dinero en juego

En relación con el monto que surgirá del blanqueo, hay opiniones muy diversas.

Están aquellos que ven un potencial de hasta u$s50.000 millones hasta quienes creen que Alfonso Prat Gay debería contentarse con cifras mucho más modestas.

Para el economista jefe de FIEL, Daniel Artana, el cambio del clima político es, de por sí, un factor que jugará a favor: "Puede funcionar mejor que las últimas veces, ya que ahora no existe la percepción de que el Gobierno te pueda manotear el dinero".

Artana hace referencia a unos u$s50.000 millones, algo así como el 20% de las divisas que los argentinos atesoran fuera de los bancos locales, según estadísticas del INDEC.

Lo cierto es que en los despachos oficiales toman como referencia esa misma cifra al estimar el dinero que podría volver al sistema. 

Por el lado de los bancos, los directivos consideran -bajo ciertas condiciones de seguridad jurídica y en un contexto en el que los rendimientos a nivel mundial son muy bajos para las inversiones financieras- que ese número podría superar los u$s40.000 millones.

En cuanto al dinero que se sumaría a las arcas del Tesoro -por el cobro de tasas- se calcula que rondará entre los u$s4.000 millones y u$s5.000 millones, desde que se apruebe la ley y hasta fines del 2017.

Estas cifras tienen la capacidad de poner en marcha una economía que necesita de una mayor infraestructura para ser más competitiva. 

Sin embargo, el efecto "tijera" de costos (en pesos) en alza y ventas atadas a dólar más barato en términos nominales, está teniendo impacto en la industria. 

De hecho, cada vez son más las cámaras empresarias y los economistas que alertan que la competitividad comenzó a erosionarse a paso firme.

Tienen razones para estar preocupados. Hoy día (sin que aún haya entrado un billete verde por el blanqueo) se está frente a un escenario cambiario complicado.

Ya en marzo, la relación peso-dólar (descontando la inflación) era de $1,33, el nivel más ventajoso para la Argentina en 70 meses. 

Más aun. La posterior suba de precios y baja nominal del billete verde, lo llevó a $1,17. 

Vale decir que está peor que a fines de 2013, cuando el atraso cambiario se había hecho insostenible para el Gobierno de Cristina Kirchner.

Paradójicamente, los dólares que hasta hace unos pocos meses eran un inconveniente-dada su escasez -se pueden presentar como un problema con chances de potenciarse, a raíz del fuerte ingreso que pudiera darse con el blanqueo.

Por lo pronto, el Gobierno se enfrentará ante un nuevo desafío: que la alegría que le genere un eventual aluvión de dólares no se transforme en un dolor de cabeza para la industria local por un previsible aluvión de importaciones y en el otro extremo, para el sector exportador.

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