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Brasil empezó reclamando liberar el comercio mientras que la Argentina propuso mantener el statu quo                            
10/06/2016 - 12:55hs

La relación comercial con Brasil siempre es conflictiva. Por mucho o por poco, la puja por el intercambio entre los dos países es un clásico regional y el automotor es uno de los sectores donde se disputan las principales batallas. Funcionarios del Gobierno de Michel Temer llegaron al país para analizar la prórroga del régimen automotor que vence a fin de este mes.

Hay claras discrepancias. Brasil empezó reclamando liberar el comercio -que hoy está administrado- mientras que la Argentina propuso mantener el statu quo. Ayer se realizaron diferentes reuniones que continuarán hoy.

Si bien todo hace pensar que se llegará a un acuerdo, hay preocupación en las automotrices argentinas por la dilación de las negociaciones. El problema es que si antes de fin de mes no hay una posición común, se comenzará julio con el comercio bilateral totalmente frenado.

En el problema de los autos no sería un gran inconveniente porque hay suficientes ofertas y una interrupción de las importaciones por unos días no impactaría en las ventas en concesionarias. La gran preocupación se da en el sector de las autopartes ya que podría provocar que se paralice la producción en las plantas locales.

Las fábricas argentinas trabajan con el sistema "just in time" que implica trabajar con el mínimo stock de piezas. Si éstas dejan de ingresar al país por la caída transitoria del régimen automotor, automáticamente faltarán autopartes para terminar de producir los 0 km. Hay que tener en cuenta que los vehículos fabricados en el país cuentan con más del 70% de piezas importadas, la mayoría de Brasil.

Pero esto no es nuevo. La experiencia muestra que en los últimos años hubo momentos de interrupción del flujo comercial cuando el acuerdo se alcanzó el último día de vigencia del convenio. La oficialización de la prórroga, por cuestiones burocráticas, toma varios días y hace que en ese período se suspenden todas las operaciones de comercio porque tendrían que pagar un arancel que con el régimen no pagan.

El ministro de Producción, Francisco Cabrera, dijo el martes que se acordaría prorrogar el acuerdo tal como está por un año pero la delegación brasileña que ayer llegó al país proponía una extensión corta (de tres meses) en las actuales condiciones para seguir negociando cambios y dar tiempo a que las autoridades de Brasil se acomoden en sus cargos tras la salida de Dilma Rousseff, señala Ámbito Financiero.

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