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Fuentes del sector estiman que hay unas 20 compañías que se están preparando para abrir su capital a inversores en los próximos 18 meses
27/06/2016 - 11:51hs

Mercado Libre marcó el camino, allá por 2007. Luego continuó Globant, en 2014, y ahora, en 2016, se animaron Banco Supervielle y Havanna, aunque hay un pelotón de otras 25 empresas -entre las que sobresalen Despegar, Puente y TGLT- dispuestas a seguir sus pasos. Es una realidad: las compañías argentinas volvieron a mirar con buenos ojos financiarse en la Bolsa.

De a poco, el mercado bursátil local quiere recuperar el esplendor perdido. Hoy en la Bolsa de porteña cotizan un poco más de 100 empresas contra las más de 350 que operaban 40 años atrás y los negocios por u$s40 millones diarios que se generan en la actualidad están muy lejos de los u$s500 millones de la década del '90.

Sin embargo, las perspectivas son positivas y en los pasillos de la City destacan que los desembarcos de Havanna y Supervielle llegaron para romper una racha de cinco años sin que se emitieran nuevas acciones.

"Hoy, el apetito por créditos argentinos es fenomenal, y eso lleva a las empresas a abrir su capital o a tomar deuda en el mercado", asegura Emilio Ilac, CEO de Puente, firma que asesora a compañías que quieren hacer una IPO (oferta pública inicial, por sus siglas en inglés).

Según adelanta el ejecutivo, sólo entre sus clientes hay 20 compañías que saldrán a la Bolsa en los próximos 18 meses. Provienen principalmente del consumo masivo, farmacéutica, agro, energía y real estate.

Ilac dice que estas salidas a Bolsa pueden ayudar a un aumento de la inversión en la economía real. "Ojalá tuviéramos en la Argentina el modelo estadounidense donde cualquier ahorrista puede terminar siendo un inversionista en las marcas icónicas del país. Así, el mercado de capitales actuaría de canal del ahorro hacia la inversión", explica el ejecutivo.

Entre los que se encuentran a la espera de su oportunidad para salir a la Bolsa está Despegar. Su CEO, Roberto Souviron, explicó a La Nación que tiene la intención de aterrizar en Wall Street, con su debut en el índice Nasdaq.

También la firma Puente analiza hacerlo en 2017 o 2018. Tal como lo confirmó su CEO hará una oferta pública en Londres o Nueva York por el 20% de su capital. "Podríamos hacer la emisión ahora, pero queremos esperar a estar en otro momento de nuestro ciclo productivo", remarca Ilac.

Otra que está en las "gateras" es la desarrolladora TGLT, de Federico Weil, que ya presentó la documentación necesaria para su aprobación ante la Securities and Exchange Commission de Estados Unidos.

Para Marcelo Villegas, abogado de Nicholson & Cano, estudio que asesoró a Havanna en su salida a la Bolsa, esta tendencia actual se da porque las compañías están anticipando que van a mejorar las condiciones económicas en el país, y frente a este escenario posible estar cotizando es una ventaja desde el punto de vista empresarial. "En el caso de los bancos, lo que buscan es tener acceso a un mercado internacional", explica el letrado.

"Estar en la Bolsa nos permite apalancar al grupo y aprovechar el crecimiento que se va a dar en el país. Si no estaríamos acotados al capital propio", coincide José Luis Panero, gerente general del Banco Supervielle, que hace un poco más de un mes debutó en la Bolsa de Buenos Aires y en Wall Street, aunque la historia de esta IPO comenzó mucho antes.

Una de las ventajas de salir a la Bolsa, según explica Alan Aurich, gerente general de Havanna, es que se hace muy fácil determinar el valor de participación de los accionistas.

"Antes, cuando uno vendía a otro, era muy difícil poner el valor de la acción", dice el ejecutivo. La marca de alfajores, con 70 años de historia, salió a buscar cash y se desprendió de 10% de su paquete accionario en u$s11 millones (4,2 millones de acciones a un valor de $ 37).

Sin dudas que otra de las ventajas que da cotizar en Bolsa es la transparencia, sobre todo cuando, como en el caso de Havanna, se tiene la intención de internacionalizar la compañía. "Con toda la información de gestión que hicimos, cualquier inversor puede hacer una radiografía de la empresa", comenta Aurich.

La disciplina interna que conlleva la decisión de cotizar en Bolsa es otro de las ventajas de esta operatoria, destacan los empresarios. "A nosotros nos dio mucha visibilidad para poder sentarnos de igual a igual con nuestros clientes, que son todas compañías públicas", asegura Martín Migoya, CEO de Globant.

Globant salió a la Bolsa de Nueva York el 18 de julio de 2014 y recaudó u$s70 millones que empleó para pagar deudas y expandir sus oficinas y capital de trabajo. De entrada, su acción cotizó a u$s10 y hoy está en u$s39.

"Me parece que es un gran paso para cualquier compañía; yo lo recomendaría, porque necesitamos muchas más empresas que se manejen con estándares de este tipo", opina Migoya.

Salir a la Bolsa es una tarea ardua: se necesitan abogados, auditores y bancos de primera línea. ¿Requisitos? Villegas -que está trabajando en otro caso de salida a la Bolsa- hace un rápido repaso: dejar la órbita de la Inspección General de Justicia para pasar a la de la Comisión Nacional de Valores, tener un código de administración aprobado por el directorio, presentar balances trimestrales en lugar de anuales e informar hechos relevantes una vez que se está en el régimen.

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