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La ex presidenta les pidió la responsabilidad a sus legisladores, pero cada vez le responden menos. Algunos ex ultra kirchneritas apoyarán el proyecto
29/06/2016 - 10:13hs

El debate que tendrá lugar en el Senado para aprobar la ley de blanqueo de capitales y de pago a los jubilados en juicio con la Anses terminará de confirmar lo que muchos sospechaban.

Concretamente, que el bloque de legisladores kirchneristas -al que antes de las elecciones se temía por su capacidad para frenar todas las iniciativas del macrismo-, sufrió un duro proceso de desgaste, a punto tal que quedó convertido en una fuerza minoritaria.

Hoy se comprobará que desde aquella bancada mayoritaria que metía miedo con sus 40 senadores, solamente quedaron 8 fieles a Cristina Kirchner.

Y la segura aprobación express del proyecto de blanqueo, que ya cuenta con media sanción de Diputados, será la confirmación de cómo CFK ha ido perdiendo influencia sobre quienes, hasta hace pocos meses, le juraban lealtad.

De hecho, en todas las decisiones importantes que ha abordado el Congreso, el Frente para la Victoria ha mostrado actitudes que iban explícitamente en contra de sus órdenes.

Lo que ocurrirá hoy con la ley de exteriorización de capitales -que fue enfáticamente rechazada por Cristina en una carta pública- es apenas un hito más en la larga saga.

Sucederá luego de que su bancada:

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Votara a favor del acuerdo con los "fondos buitre"

- Después de no haberse animado a derogar el veto de Mauricio Macri a la ley antidespidos 

- Tras haber convalidado los nombramientos en la Corte Suprema.

En cada una de esas votaciones, un nuevo grupo de legisladores se alejó formalmente del bloque parlamentario kirchnerista.

El escándalo acaecido con el ex secretario de Obras Públicas, José López, tuvo el impacto de un golpe final.

Hasta entonces, si bien algunos buscaban despegarse de la figura de Cristina Kirchner, otros continuaban defendiendo la gestión anterior a diestra y siniestra. Pero la detención del exfuncionario y hombre de confianza del exministro de Planificación, Julio De Vido, generó una nueva "fuga" dentro del espacio.

La diputada Diana Conti criticó a quienes dejaron el FpV, afirmando que tendrían que renunciar a las bancas en vez de irse a otro bloque. No obstante, reconoció que el kirchnerismo está "en un mal momento", pero que precisamente por eso "hay que tratar de bancar. Uno tiene que estar en las buenas y en las malas".

Desde su reaparición pública tras haber dejado su mandato, Cristina Kirchner conminó a 22 de los 40 senadores del FpV que asistieron a su convocatoria en el Instituto Patria, en abril pasado, a que bloquearan la aprobación de los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz para ocupar la Corte Suprema y que habían sido propuestos por el macrismo.

Sin embargo, Miguel Pichetto, jefe del Frente para la Victoria en el Senado, hizo que la gran mayoría del bloque avale los nombres impulsados por el oficialismo.

"Hoy hay un fuerte compromiso del peronismo con lo institucional", ya que "tuvo una visión de apostar por el país", justificó.

De esta manera, son varios los que consideran que tras los triunfos del macrismo por la ley que habilitó el pago a los holdouts, los nombramientos de la Corte y la detención de José López pusieron al kirchnerismo más puro contra las cuerdas.

Una de las últimas cartas que jugará la ex mandataria para mantener el poder de su bloque se dará este miércoles, cuando el Senado trate el proyecto de blanqueo de capitales y el pago de juicios a los jubilados.

Cristina publicó una dura carta contra la propuesta elaborada por el equipo económico.

"Quiero decirle a los legisladores y legisladoras nacionales (que llegaron a sus bancas en las boletas del Frente para la Victoria), que no voy a decirle a ninguno de ellos, ni tampoco de ellas, cómo tienen que votar. Son todos mayores de edad. Y algunos y algunas, legisladores desde los años 90, cuando quien suscribe votaba en soledad casi absoluta en los entonces bloques oficialistas", remarcó en uno de sus párrafos.

El golpe de gracia se podría dar este jueves durante la reunión del Consejo Nacional Justicialista, en la que se adoptarán decisiones importantes.

Entre ellas, la cúpula partidaria buscará eliminar la denominación Frente para la Victoria y adoptar simplemente la del PJ.

De hecho, en Diputados este año el bloque FpV pasó a llamarse FpV-PJ, mientras que en el Senado la denominación es la misma, pero al revés. Tal planteo no sería acompañado por todos, puesto que el núcleo duro del kirchnerismo no se muestra dispuesto a negociar.

Surge entonces el interrogante de saber qué determinación tomarán. Sin embargo, no se generaría un reagrupamiento con aquellos que, por ejemplo en Diputados, ya formaron el bloque Justicialista. A lo sumo, podría hablarse de un interbloque.

Un dato ilustra claramente el proceso de erosión: en el Senado, el kirchnerismo puro y duro quedó limitado a tan sólo 8 voluntades tras la votación para avalar los pliegos de los candidatos a ocupar la Corte Suprema.

En el Senado, manda el peronismo

Desde un principio, la situación en la cámara alta fue distinta a la de Diputados. Si bien se presentaba como un bloque kirchnerista, de los casi 40 integrantes sólo una docena respondía al cristinismo más duro.

La primera demostración de que el poder de CFK estaba mermando se dio en el debate por los holdouts: recibió un apoyo de 54 legisladores sobre 72.

Muchos de los que enarbolaban las banderas del kirchnerismo terminaron convalidando el proyecto del macrismo para pagarle a los fondos buitre. Algunos justificaron ese golpe de timón señalando que lo hicieron por pedido de sus gobernadores.

Luego, hubo otra muestra durante la sesión por los pliegos de la Corte. Tanto Horacio Rosatti como Carlos Rosenkrantz necesitaban el aval de 48 votos. El primero recibió 60 y el segundo, 58.

Sólo las ultrakirchneristas Ana Almirón (Corrientes), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), Marcelo Fuentes (Neuquén), Virginia García (Santa Cruz), Nancy González (Chubut), María Labado (Santa Cruz), Marilín Sacnum (Santa Fe), María Pilatti Vergara (Chaco) votaron siempre de acuerdo con la voluntad de Cristina Kirchner.

La senadora Teresita Luna -quien se definía como cristinista- es una de las que no ocultan su disconformidad con la actitud expuesta ante esta coyuntura complicada para el kirchnerismo.

Hace pocos días, la legisladora riojana expresó que esta "evaluando" su incorporación al Movimiento Evita, que formó bloque propio en la cámara baja y con ella tendría representación en la otra cámara. Además, algún otro senador podría acompañarla.

En paralelo, la senadora por Misiones Sandra Giménez anunció su alejamiento del PJ-FpV. Formará parte del flamante bloque Frente Misionero de la Concordia, que cuenta con tres diputados, encabezados por el exgobernador de la provincia, Maurice Closs.

La grieta K en DiputadosDurante la última semana, el gobernador entrerriano Gustavo Bordet movió fichas para que Ana Gaillard, Lautaro Gervasoni, Jorge Barreto y Julio Solanas también abandonen la bancada que conduce Recalde.

En el caso de Sergio Uñac, ocurre lo mismo con Sandra Castro y Héctor Tomas.

Lo cierto es que esta sangría comenzó incluso antes de que los legisladores electos asumieran en octubre.

En efecto, la bancada conducida por Héctor Recalde debía haber tenido 98 integrantes. Pero el "mellizo", Juan Fernando Orellana, y el radical K, Juan Manuel Pereyra, formaron sendos monobloques.

Desde entonces, el primero se ha convertido en un aliado más de Cambiemos. El segundo, a pesar de haber hecho rancho aparte, mantiene un interbloque con sus colegas k.

La escisión más fuerte se produjo el 3 de febrero cuando Diego Bossio -extitular de la ANSES durante los gobiernos de CFK - tomara la decisión de formar el bloque Justicialista.

Fue acompañado por los gobernadores de Salta (Juan Manuel Urtubey), Chaco (Domingo Peppo), Catamarca (Lucía Corpacci), La Rioja (Sergio Casas) y otros diputados descontentos con el ala más dura del kirchnerismo.

Totalizaron 14 los que se corrieron del FpV. Junto al bonaerense Alberto Roberti (ex Frente Renovador) y a los pampeanos Gustavo Fernández Mendía y Sergio Ziliotto, formaron la nueva bancada, llamada Bloque Justicialista.

La votación por el pago a los fondos buitre significó otro punto de inflexión.

Un poco antes, a mediados de marzo, el cordobés Ramón Bernabey había abandonado el bloque. Un día después del debate en el recinto, también lo hizo la sanjuanina Graciela Caselles, del Partido Bloquista.

Ambos avalaron el arreglo con los holdouts, aunque la segunda lo hizo aun integrando el Frente para la Victoria.

El proyecto del Poder Ejecutivo además fue respaldado por los misioneros Maurice Closs, Silvia Risko y Daniel Franco, quienes hace pocos días -tras el escándalo López- también optaron por conformar un nuevo bloque: el Frente para la Concordia Misionero.

Las bajas siguen a la orden del día.

Días atrás el Movimiento Evita, que responde a Emilio Pérsico, se fue de la bancada que preside Héctor Recalde para darle vida a un bloque propio.

La votación para habilitar el allanamiento a Julio De Vido fue otro punto de quiebre, con 26 ausentes en el recinto para votar por el "no".

Pasaron apenas algo más de seis meses desde que Cristina Kirchner dejara el poder y se despidiera con un masivo acto, en el que instaba -por enésima vez- a defender "el modelo".

En aquel entonces, con el "relato" a pleno, pocos imaginaban que un bloque mayoritario k en el Parlamento (que amenazaba con hacerle la vida imposible al macrismo) iba a terminar reducido a una mínima expresión.

Pero en la política se prioriza el instinto de supervivencia a las lealtades.

Más aun, en un contexto en el que la sociedad observa impávida cómo afloran los escándalos por corrupción de la gestión anterior, que no han hecho otra cosa que herir de muerte al proyecto "nacional y popular".

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