Si bien meses atrás se anunció la intención del Gobierno de rebajar el impuesto a los autos de mediana y alta gama, esa modificación vencia este jueves y el oficalismo decidió prorrogarlo tal como estaba.

El ministro de Producción, Francisco Cabrera, dijo, en una rueda con periodistas que le hubiera gustado subir el piso a $ 400.000 pero no se pudo. El funcionario se refería al piso de $ 350.000, a partir del cual sus titulares pagan un 10 por ciento de impuesto. En otra instancia, los autos que tienen un costo superior a $ 800.000 pagan 20 por ciento.

Según se especulaba, modificar ese piso hasta $ 400.000 podía llevar una rebaja en el precio de los automóviles de hasta el 20%. También se habló de llevar la escala más alta a un piso de entre $ 900.000 y $ 920.000, pero en las deliberaciones del gabinete económico se acordó que aumentar esos valores sería una forma de convalidar los aumentos de precios que lanzaron a comienzo de años las propias terminales.

Sin embargo, no se abandonó en el seno del oficialismo la idea de una modificación gradual de este impuesto.

Ante la caída de las ventas, las automotrices buscan seducir a sus clientes con descuentos del hasta el 25% por pago al contado y 12 cuotas sin interés. Los precios de los autos aumentaron en los últimos meses al ritmo de la devaluación de diciembre y la inflación. En el primer cuatrimestre del año, los vehículos se encarecieron en promedio 21,4%.