La recesión golpea fuerte en el rubro gastronómico, uno de los servicios que más había florecido en los últimos años. La Cámara empresaria y el sindicato del sector se unieron para difundir los datos de este duro presente: según la denuncia de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) y la Unión de Trabajadores de Hoteles y Gastronomía (Uthgra). en lo que va del año ya cerraron unos 400 restoranes.

A diferencia de otros años, en que se retraía el consumo en pequeños emprendimientos, en esta ocasión la crisis afecta a los locales tradicionales y con muchos años en este negocio.

"Los bares y restoranes están en emergencia -dice Camilo Suárez, presidente de la AHRCC-. No estamos en situación de hacer frente a los mayores costos, y si a eso le sumamos una caída brutal del consumo, el panorama es muy difícil".

Por su parte, el secretario general de la seccional Capital de Uthgra Dante Camaño señaló que la perspectiva tampoco es buena: "El año pasado registramos unos 260 cierres, pero a la vez unas 100 aperturas. En 2016 hay muy pocos emprendimientos nuevos".

Si bien los empresarios del rubro se venían quejando de que la creciente competitivdad del sector achicaba los márgenes de ganancia hasta volverlos prácticamente un negocio no rentable, la retracción del consumo y el tarifazo terminaron de liquidar a un gremio que supo ser un aspecto diferencial para el turismo que acudía a Buenos Aires.

Los empresarios señalan que en 2011 la rentabilidad era de 15% y hoy no supera el 2%.

"Para sostener el negocio el dueño tiene que poner plata todos los meses y como el costo del cierre es muy alto muchos empresarios intentan estirar la agonía lo máximo posible, pero la realidad es que muchos ya no tienen alternativa", agrega Verónica Sánchez, presidenta de la Cámara de Restaurantes y miembro de la AHRCC.