Tras 12 años de conducción, Hugo Moyano organizó un acto para despedirse este jueves de la CGT Azopardo en el microestadio de Ferro, pero en medio del festejo se anunció que el camionero no se irá, seguirá liderando la central obrera hasta que se consiga la unidad con el resto de las organizaciones sindicales, las lideradas por el metalúrgico Antonio Caló y el gastronómico Luis Barrionuevo.

"Como dijo Evita, renuncio a los cargos pero no a la lucha" dijo Moyano. quien seguirá en el cargo de secretario general hasta el próximo 22 de agosto, cuando se elegirán las nuevas autoridades en el congreso de unidad del sindicalismo peronista.

"Me voy como secretario general de la CGT pero siempre estaré a la cabeza de toda la lucha. No podía ser de otra forma porque es mi temperamento, cuando vea una injusticia voy a estar presente", resaltó el líder camionero.

Al respecto, agregó: "Cuéntenme con ustedes porque la única forma en que estoy cómodo es representando a los trabajadores. Vamos a seguir peleando por los derechos y los intereses de los trabajadores, sea quien sea con quien tengamos que pelear".

Entre los que se postularon para dirigir esa nueva CGT se encuentra el titular del gremio de Dragado y Balizamiento, Carlos Schmid, a quien impulsa el propio camionero, el líder de los bancarios Sergio Palazzo, el de peones rurales, Gerónimo Venegas, el de sanidad y diputado massista, Héctor Daer, y  el estacionero Carlos Acuña.

El bancario Palazzo reclamó una conducción colegiada para la futura CGT unificada.

En tanto que el rural "Momo" Venegas hizo público su deseo de encabezar la nueva conducción de la CGT, al expresar que "si soy prenda de unidad, no tengo problemas en ser el secretario general", de la CGT. 

Venegas se pronunció enfáticamente en favor de una conducción unificada con "un solo secretario general y un consejo directivo de 35 miembros como señalan los estatutos de la CGT".

Para Venegas la elección de un solo secretario general "es la única forma de logar la unidad”.

La incertidumbre se adueñó del proceso de unificación que persigue el sindicalismo peronista que busca aglutinarse para tratar de conquistar espacios de poder en los estamentos de decisión. 

Pero el deseo de los sindicalistas de logar la unidad del movimiento obrero, choca a diario con las falencias de sus referentes hasta ahora incapaces de resignar espacios de poder en pos de ese objetivo.