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Deben adoptar ante esta prueba una actitud dinámica y proactiva, reimaginar sus modelos de negocios, y pensar en el concepto de “banca como servicio”
28/07/2016 - 10:38hs

La economía digital redefine los modelos de negocios: basados en la innovación, surgen nuevos esquemas y otros se vuelven obsoletos.

Un fenómeno al que muchos llaman “uberización”, debido a la manera en que el servicio de transporte persona a persona Uber afectó los sistemas tradicionales de transporte público.

En el caso del sistema financiero, el “Uber” de ese mercado tiene nombre propio: fintech.  

Un término que combina “finanzas” y “tecnología” y que define a las startups que aprovechan el potencial de las nuevas tecnologías para desarrollar servicios financieros al margen de los grandes bancos, como préstamos directos entre personas, pagos electrónicos o créditos entre particulares.

Un dato es descriptivo del tamaño que representa este desafío para los bancos tradicionales: Kabbage, un startup fintech de los Estados Unidos, demora exactamente siete minutos en aprobar un microcrédito.

Es decir, 5.000 veces más rápido respecto de los 20 días que le toma a una entidad financiera clásica, de acuerdo a un estudio de McKinsey.

Basta ponerse en los zapatos de un pequeño propietario que necesita calificar para un crédito: ¿Existe alguna razón por la cual no aprovechar la propuesta de Kabbage?

Los bancos deben adoptar ante este desafío una actitud dinámica y proactiva, reimaginar sus modelos de negocios, pensar en el concepto de “banca como servicio” y comenzar a orientar sus productos y servicios para llegar al cliente justo en el momento preciso con la propuesta que mejor se adecúa a las necesidades de éste.

Pensar “más allá de la banca”. ¿Por qué limitarse a ofrecer préstamos hipotecarios si se puede brindar un servicio de compra de propiedades end-to-end, que incluya la investigación de mercado, la asistencia en el proceso de aplicación de préstamos, la creación de ofertas hipotecarias personalizadas, la consultoría en términos contractuales y hasta la organización de la mudanza.

¿Acaso, en la cadena de valor, no es el banco el jugador mejor posicionado para brindar todos estos servicios?

En este proceso, la transformación digital juega un rol fundamental.

Porque el banco necesita adquirir nuevas capacidades para poder ampliar de manera tan significativa su abanico de servicios.

Herramientas analíticas para conocimiento de nuevas fuentes de datos y predecir necesidades de clientes, participación en redes de negocios para llegar a cada cliente con una oferta relevante, digitalización para automatizar y depurar cada paso del proceso de crédito (¡y volverse tan rápido como una fintech!) y herramientas de cross-selling para habilitar la comercialización de productos complementarios, como podría ser en este caso una póliza de seguros.

Las soluciones de computación en tiempo real, por su parte, son el arma imprescindible para poder navegar sin riesgos por enormes volúmenes de información que incluyen tanto los datos recogidos a lo largo de los años por el banco en las transacciones con los clientes hasta información del mercado o incluso comentarios en las redes sociales.

El nivel de personalización de productos y servicios que se puede alcanzar una vez que se gestiona este big data de manera adecuada es absoluto.

El tiempo para iniciar el proceso de transformación digital es hoy mismo: los clientes ya no están dispuestos a esperar 20 días si saben que sus problemas pueden quedar resueltos en siete minutos.

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