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"Lo único que podemos hacer es avisar. En cuestión de días nos quedaremos sin dinero. No podremos pagar ni salarios ni gastos"    
12/08/2016 - 10:29hs

Es más grave de lo que parecía. A la crítica situación que ya tenían las empresas del sector eléctrico -a raíz de años de congelamiento tarifario que durante la administración K - ahora se le suma la falta de caja, consecuencia del freno judicial al tarifazo.

Tras conocerse las millonarias pérdidas del primer semestre, fue la propia Edenor que advirtió sobre su probable disolución, si es que no hay un cambio en el negocio.

Tal advertencia encendió aun más las luces de alarma en el tablero de comando del Gobierno.

A punto tal que ve cómo una posibilidad cierta que la compañía -una de las mayores distribuidoras eléctricas- disuelva la sociedad y le entregue la operación a las autoridades.

Una re-estatización, en otras palabras. Pero, a diferencia de lo que ocurría en la época de Cristina Kirchner, sin festejos, discursos ni "relato épico". 

En este caso, dicha re-estatización forzosa sería sinónimo de que las cosas se pondrían aun peor.

Fuentes cercanas al ministro de Energía, Juan José Aranguren, confiaron a iProfesional la sorpresa generada en el Ejecutivo por el comunicado que la compañía controlada por EASA (cuya mayoría accionaria se encuentra bajo el poder de Marcelo Mindlin) elevara a la Bolsa de Comercio porteña.

"Esperábamos pérdidas, pero no la posibilidad del final de la compañía", apunta un funcionario cercano al ministro, quien pide reserva de identidad.

"Ahora hay que preparar un plan de contingencia por si eso tiene lugar. De hecho, Edesur también enfrentará serías dificultadas, y hasta peores", añade.

En el entorno de Aranguren ya dan por hecho que los fondos que origine el blanqueo poco ayudarán a mitigar la delicada situación energética, en caso de que el Gobierno tenga que hacerse cargo de la operatoria.

¿Qué tan grande es el riesgo de que ocurra una re-estatización forzosa? Para los funcionarios consultados por iProfesional, será un escenario inevitable si no hay marcha atrás en el bloqueo judicial a la suba de tarifas.

En un contexto politizado como el actual, nunca falta la especulación sobre si la situación económica y financiera de las firmas prestadoras de servicios es realmente tan dramática o si sus advertencias incluyen cierta dosis de exageración como modo de presión para que suban los importes.

En este sentido, Emilio Apud, ex secretario de Energía de la Nación y actual director en YPF, afirma que al Gobierno se le despejaron las dudas después de ver los números en rojo.

"Los balances de Edenor, al igual que en el caso de Edesur, son muy claros y no dejan mucho margen para pensar de que se trata de una movida de las distribuidoras para meter presión".

El experto recuerda que son empresas que durante años pudieron funcionar en base a subsidios estatales, que les permitieron hacer frente a los sueldos y a las compras de energía.

"Ambas distribuidoras han venido aguantando a la espera de un cambio. Con los aumentos que dispuso el Gobierno ni siquiera cubren el 30% de los costos", agrega Apud.

Una advertencia desesperada

Edenor reportó pérdidas que no sólo encendieron las alarmas en la city porteña, sino además en el propio Gobierno: $1.185 millones durante el primer semestre.

Según la empresa, ese quebranto es producto de la "la decisión judicial de frenar el aumento de las tarifas", al tiempo que notificó formalmente que podría encaminarse hacia "una eventual disolución".

Desde Edenor advierten que "el resultado del período se vio afectado significativamente por las cautelares -tanto individuales como colectivas- que, en conjunto, representan aproximadamente el 30% de las ventas".

Ricardo Torres, presidente de Edenor, ya abrió el paraguas: "Lo único que podemos hacer es avisar".

"El Gobierno nos indicó que dejemos de facturar las nuevas tarifas. Es decir, que todos los clientes van a recibir las facturas con saldos a favor", completó.

Precisó que la empresa cuenta con 7.000 empleados, en forma directa e indirecta, y que el 80% de los costos son de recursos humanos.

Por otro lado, señaló que los frenos judiciales al alza de tarifas han puesto en jaque a las empresas eléctricas y provocarían que "Edenor no tenga más ingresos por un año".

"Como los clientes pagaron cuatro meses, entonces por un año recibirán facturas con saldo a favor. Eso nos pone en una situación gravísima", sentenció el propio CEO de la empresa.

En tanto, advirtió que "en cuestión de días nos vamos a quedar sin dinero para pagar el servicio", al tiempo que remarcó que "no podremos abonar los salarios y tampoco los gastos".

¿Quién se hace cargo?La perspectiva de una "Edenor estatal" causa preocupación a nivel oficial por un motivo bien concreto: la escasa capacidad operativa del Gobierno para garantizar el suministro.

Para Apud, el sólo hecho de que se baraje esta posibilidad ya "es jugar con fuego".

De disolverse Edenor, prosigue el experto, "para mantener el servicio, el Gobierno tendría que aumentar las tarifas, hacer algún tipo de emisión y endeudarse afuera".

"Tendrá que llevar adelante medidas claramente más duras que las actuales. Creo que a todos los argentinos les resultaría más beneficioso que la distribuidora continúe funcionando", afirma el representante del Estado en YPF.

BipolaridadUno de los aspectos más irónicos en toda esta situación es que las empresas energéticas -y Edenor en particular- han sido verdaderas estrellas bursátiles a lo largo de los últimos años.

Pese a sus crónicos números en rojo, la acción de esta compañía fue en la mayoría de las jornadas objeto de deseo por parte de los inversores más arriesgados, que solían preguntarse cuándo iba a llegar el momento de la corrección tarifaria.

En ese marco, Edenor aparecía apuntalada por uno de los paradigmas del negocio bursátil: comprar con el rumor y vender con la noticia.

Durante 2014 y 2015, el factor predominante para que su cotización avanzara en forma sostenida era la "inminente" readecuación del cuadro tarifario.

Ese reajuste nunca llegó, habida cuenta de que durante todo ese período la política se impuso sobre la economía y que cada vez que se planteó modificarlo aparecían motivos para su postergación.

Claro que esto no fue gratis. La situación patrimonial de la compañía quedó herida de muerte y se frenó toda iniciativa para mejorar la red de distribución. Paradójicamente, mientras los cortes de luz no daban tregua en la economía real, en la city financiera los inversores festejaban. Tenían sobrados motivos para hacerlo, ya que el precio del papel trepó un impactante 500%.

Es decir, más que triplicó el alza del Merval, que en igual lapso avanzó un (nada despreciable) 140%.

El interés de los inversores fue declinando con el paso del tiempo, algo que se corroboró por el descenso de su participación en la composición del índice, medida en volúmenes operados.Pasó de casi 8% en el primer trimestre del año pasado, al 4,5% en el tercero. Luego desapareció del panel líder a raíz de la caída del volumen negociado.

Ya en el primer trimestre de 2016 -y ante la expectativa de mejores resultados- recuperó un lugar entre las empresas protagonistas, con una participación del orden del 3%.

En la city porteña consideran cuanto menos llamativo que el precio de la acción no se haya desplomado luego de que el propio presidente de la empresa advierta sobre la posibilidad de una disolución (como sí sucedió en circunstancias parecidas con otras compañías).

Por ahora mejor no, pero...En este contexto, surge la pregunta sobre si es o no un buen momento para hacerse de acciones de Edenor, considerando que el servicio que presta es esencial y que, tarde o temprano, el marco actual tendría que tender a resolverse.

"La situación todavía no da para comprar ya que la incertidumbre legal es muy alta. En cambio, para su controlante Pampa Holding estamos ‘bullish', porque tiene mucho para crecer", afirma Gustavo Neffa.

En dialogo con iProfesional, un banquero que pidió no ser mencionado, consideró que en algún momento las tarifas van a tener que aumentar. Y no ve con malos ojos tomar posiciones, aun a costa de aguantar las turbulencias de corto plazo.

"Si en los próximos días la situación se complica aún más y el papel cae, entonces más fuerte será el rebote", apunta.

Acto seguido, deja planteado un par de interrogantes: "¿Alguien cree que las tarifas van a quedar cómo están? ¿Que la Corte Suprema se va a hacer cargo del costo inflacionario que implica mantener subsidios tan altos?"

Para Rafael Di Giorno, Investment Management de Proficio, "Edenor es la más perjudicada por los fallos de la Justicia contra el tarifazo. Pese a ello, sus múltiplos están en línea con el mercado".

Para los analistas de la city, los puntos centrales pasan por:

-La forma en que se destrabará el tema tarifas en la Justicia

-El sistema que el Gobierno luego vaya a aplicar de cara al futuro

Sobre este último punto, iProfesional anticipó las dos alternativas que maneja el equipo de Aranguren:1. Opción tarifa "plana": se tomaría el historial de consumo anual de cada cliente durante años anteriores. A partir del mismo, se estimaría el (consumo) mensual y se lo prorratearía a lo largo de los 12 meses.

Es decir, el usuario abonaría lo mismo cada 30 días, sin importar si se trata de épocas de invierno -con alto consumo de gas- o de pleno verano, donde el uso del fluido es muy bajo.2. Opción "consumo base": las empresas les cobrarían a sus clientes un "consumo base" todos los meses. Luego, a ese cargo fijo se le añadiría uno variable en función del uso mensual que se le dé al servicio.

De esta manera, evalúan los técnicos, se les otorgaría una suerte de premio a quienes ahorren energía.

Por lo pronto, habrá que esperar hasta que uno de estos dos escenarios se materialice, lo que claramente repercutirá en el valor de la acción.

"Con un horizonte de mediano plazo, se trata de un papel ideal para un inversor amante del riesgo", apunta Diego Martinez Burzaco, economista de Inversor Global.

En línea con lo anterior, en el foro de inversores de uno de los principales corredores online del país, la consideración es que puede ser redituable comprar estos papeles, guardarlos en el cajón y olvidarse de ellos por un tiempo.